Madre de tres niños violados por el cura Nicolás Aguilar exige indemnización y renuncia del cardenal
En puerta, tercera demanda contra Rivera por solapar a pederastas
Es culpable porque sabía que era un crimimal y lo mandó a EU a destruir más hogares: Valentina Mendoza
Luego del receso navideño acudirá a la Corte de Los Angeles; la querella, también contra Roger MahonySANJUANA MARTINEZ ESPECIAL PARA LA JORNADA
La tercera demanda contra el cardenal Norberto Rivera Carrera por el delito de protección a un sacerdote pederasta será interpuesta por Valentina Mendoza, madre de tres hijos abusados sexualmente por el cura Nicolás Aguilar, en Los Angeles, California, hace 12 años."No pienso quedarme callada. Ha llegado el momento de hacer justicia" dice entre sollozos Valentina, quien a pesar del tiempo trascurrido aún no cicatriza las heridas dejadas por la violación a sus tres hijos varones de entre 5 y 12 años. "Rivera tiene que renunciar a su cargo. El es uno de los protectores. Nicolás violó a mis hijos porque él lo envió a Los Angeles, en 1987".
El sacerdote pederasta fue transferido por Norberto Rivera, entonces obispo de Tehuacán, según consta en una carta que mandó al cardenal de Los Angeles, Roger Mahony, el 2 de enero de 1987, donde sustentaba el traslado del presbítero "por motivos familiares y por motivos de salud".
"En nueve meses abusó de 26 menores"
En sólo nueve meses, Nicolás Aguilar abusó sexualmente de 26 niños, según se señala en los reportes policiales de Los Angeles. El cardenal Mahony le escribió a Rivera Carrera el 4 de marzo de 1988 avisándole de las "acciones depravadas y criminales" que el sacerdote había cometido: "Es casi imposible determinar precisamente el número de jóvenes acólitos que él ha molestado sexualmente, pero el número es grande" dice el purpurado angelino. "Sabemos que ha regresado a México, y nosotros queremos cooperar totalmente con la policía de Los Angeles en buscarlo y arrestarlo".
Valentina asegura que el cardenal Mahony reconoció ante ella que él protegió a Nicolás Aguilar enviándolo a México para evitar la acción de la justicia: "Yo se lo dije en su cara: ¿Por qué lo hiciste? Y él me pidió perdón".
Originaria de Michoacán, Valentina llegó a Los Angeles a la edad de siete años. Sus hijos son ciudadanos estadunidenses. Después del ataque sexual del cura, nunca pudo hablar de lo que pasó, porque todo fue guardado bajo secreto por la arquidiócesis de Los Angeles. Intentó llevar a sus hijos al sicólogo, pero sin éxito: "porque, tristemente, se necesita dinero; es el dinero el que mueve toda la recuperación de las víctimas. ¿Qué podía hacer si nosotros no teníamos el modo?
Desde el primer día, buscó que Nicolás fuera detenido para que ya no siguiera dañando a más niños: "Como madre, a mi me preocupaba que siguiera abusando de menores. Y eso me atormentaba, así que hace algunos años decidí hablar y no callarme, porque pensé en los niños inocentes".
La tercera demanda contra Nicolás Aguilar y el cardenal Norberto Rivera está siendo preparada por el bufete de abogados de Jeff Anderson, que después del receso navideño la presentará ante la Corte Superior de los Angeles, donde fueron interpuestas las dos anteriores: el 19 de septiembre y el 16 de noviembre. Valentina prefiere mantener el nombre de sus hijos (los demandantes) bajo el anonimato de "John Doe", a fin de protegerlos.
Era temporada navideña
La época navideña es una de las más difíciles para toda la familia, porque fue precisamente en diciembre de 1988 cuando sucedieron los hechos: "El usó la sotana para ganarse la confianza de los niños y de nosotros (padres). Sacerdotes como él utilizan el nombre de Dios para hacer daño a nuestros hijos, el nombre de Jesús para abusar de los pequeños. Nos decía que se sentía solo en Estados Unidos, que no tenía a nadie, que necesitaba de nuestra compañía."
Nacida en el seno de una familia profundamente católica, Valentina señala que a ella le enseñaron a respetar a los sacerdotes y a quererlos "como si fueran Dios. Mi mamá nos decía que ellos eran Dios en la tierra. Nicolás nos contó que en Puebla le habían dado un balazo, y nos enseñó la cicatriz de la herida. Nos dijo que había sufrido mucho. Por eso le empezamos a dar todo nuestro cariño. Y así le dimos la entrada a la casa".
Nota completa: http://www.jornada.unam.mx/2006/12/27/index.php?section=politica&article=003n1pol
27 diciembre 2006
Sobre la demanda penal contra el encubridor de pederastas y santificador de fraudes...¡¡AL QUE VIOLA Y ASESINA NORBERTO LO PERSIGNA!!!
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