Conrado García Jamín
No hay lugar a dudas: esta semana fue de cosechar torpezas cometidas por los gobiernos blanquiazules de diversos niveles y el primer mandatario de Jalisco, el folclórico Emilio González Márquez, se llevó la de ocho con su discurso del pasado 23 de abril, cuando en plena cena con los integrantes de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos y sus distinguidos invitados, trató de hacerse el gracioso y en el discurso gritó: “Señor Cardenal, don Juan Sandoval, qué desmadre traemos. ¿Sí o no? Nos estamos haciendo famosos, don Juan… Digan lo que quieran, perdón señor cardenal: chinguen a su madre".
Los motivos de la mentada de madre son los siguientes, para aceitar la memoria de los lectores: en dicha cena, el gobernador vituperante entregó a la asociación mencionada un donativo por 15 millones de pesos mediante el cheque No. 0419240 de Bancomer, a pesar de que una semana antes había sido objeto de acusaciones y señalamientos por desviar 90 millones de pesos que en vez de ser aplicados a programas de beneficio social o infraestructura urbana, se los obsequió al cardenal Juan Sandoval Iñiguez, titular de la Arquidiócesis de Guadalajara, en una acción sin precedente en la historia de México.
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