Desaparecido

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO, A LAS 11:30 DE LA NOCHE

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO,  A LAS 11:30 DE LA NOCHE Orizaba, Veracruz.- Llevaba una playera negra, pantalon de mezclilla, es de complexion delgado y piel morena...Es militante del Frente Popular Revolucionario y activista de Organizaciones Sociales.

27 octubre 2006

El Yunque en la cima


Álvaro Delgado

La postulación de Felipe Calderón como candidato presidencial del PAN cambió los planes de la organización El Yunque, que apostaba por Alberto Cárdenas. El presidente electo –advierte en entrevista Luis Paredes Moctezuma, quien durante tres décadas formó parte de esa agrupación secreta– quedará aislado como gobernante si cede a las presiones del grupo derechista más influyente de México, convertido ahora en “macroagencia de colocaciones” e instalado en la cima del poder político y burocrático.

“El Yunque es un asunto de seguridad nacional”, advierte Luis Paredes Moctezuma, militante de jerarquía durante más de tres décadas en esa organización secreta de ultraderecha que controla al Partido Acción Nacional (PAN), la primera fuerza política de México.

Paredes Moctezuma, militante activo del PAN, alcalde de la capital de Puebla hasta el año pasado y expresidente del Frente Universitario Anticomunista (FUA), afirma que no exagera: “Se trata de un peligro real para México”.

Decidido a enfrentar a la organización que lo formó, y en la que escaló importantes posiciones políticas y orgánicas, no tiene duda: Los jefes de El Yunque acechan a Felipe Calderón. “La clara estrategia es aislarlo, impedirle pactar con otras fuerzas y que dependa solamente de ellos para mantenerse en el poder. Ese escenario sería el peor para México”.

Por ello llama a los intelectuales y analistas, “a la gente seria”, a superar el “temor” y valorar el nivel de penetración e influencia de esta organización en el país para evitar que su estrategia prospere. “El Yunque debe entrar a la agenda nacional. No sólo es necesario, sino urgente”.

Y es que, advierte, uno de los principios que se impone a los militantes de El Yunque es la primordialidad –“la Organización antes que nada”–, lo que implica que la familia, el trabajo y el partido político, en este caso el PAN, son secundarios y sólo se acatan las instrucciones de los jefes orgánicos. “Esto es gravísimo. Atenta contra el orden natural del Estado mexicano”.

Dimensiona: “A sus consignas obedecen secretarios de Estado, gobernadores, presidentes municipales, diputados, senadores, así como dirigentes de todos los niveles del PAN en todo el país, incluyendo a Manuel Espino. Es gravísimo que los jefes de El Yunque puedan dar órdenes precisas a prominentes miembros de la clase gobernante en México y que tengan un amplísimo predominio en el PAN, la primera fuerza política nacional”.

Pero, además, El Yunque controla los

organismos de la iniciativa privada: Confe-

deración Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco), Con-

federación Nacional de Cámaras Indus-triales (Concamin), Cámara Nacional de la

Industria de la Transformación (Canacintra) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

“En el ámbito educativo, El Yunque maneja, desde luego, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), que yo contribuí a fundar, y tiene presencia en colegios católicos lasallistas, jesuitas, maristas y salesianos, que han sido semillero de la Organización.”

Insiste: “Por eso es un asunto de seguridad nacional, una perversión del poder: Quien está en un cargo de gobierno o legislativo no está en función de su electorado, sino en función de los jefes de la Organización que imparten las consignas”.

Paredes revela, además, que la organización ha penetrado también en los partidos de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional, y que tiene presencia fuera de México: en países de América Latina, de Europa –particularmente España y Francia– y Estados Unidos. “El método de operación es el mismo que en México”, afirma.



Son miles…



Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús Paredes Moctezuma, que es su nombre completo, no fue un militante cualquiera: Fue iniciado en El Yunque en 1968 y fue presidente del FUA de Puebla, uno de los organismos mediante los que esa organización operó públicamente –como también el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO)–, donde cobró fama de usar la violencia.

“Nosotros respondimos siempre en igualdad de condiciones a las agresiones que sufrimos. No fuimos los primeros que sacamos armas, pero nos vimos precisados a usarlas”, se defiende. “No nos metíamos a las escuelas a golpear gente, pero cuando nos iban a golpear les rompíamos la madre. Y resultamos bastante cabroncitos para romper madres”.

Presidente del Colegio de Arquitectos y de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Puebla, estado donde nació la organización clandestina hace medio siglo y cuya capital gobernó el exmilitante entre 2002 y 2005 bajo las siglas del PAN, Paredes revela su seudónimo en El Yunque: Enrique Cid.

Paredes es también uno de los fundadores de Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), otro de los organismos de El Yunque, mediante el cual se operó la penetración al PAN, “de manera definitiva desde principios de los ochenta” y ha tenido ya dos presidentes: Luis Felipe Bravo Mena, actual embajador ante El Vaticano, y Manuel Espino.

Es, además, viejo compañero de mujeres militantes de El Yunque mediante la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), como Ana Teresa Aranda, Cecilia y Gabriela Romero –casadas a su vez con los también yunquistas Emilio Baños Urquijo y Federico Müggemburg, respectivamente–, así como la senadora Cecilia Ortuño y la diputada Patricia Garduño.

Muchos de sus cofrades han ascendido a posiciones prominentes en el país, como Fernando Guzmán Pérez Peláez, quien, dice Paredes, “fue decisivo en el crecimiento de la organización en el occidente y es de las personas que veo más cercanas a los mandos de la Organización”.

Tres miembros de El Yunque ganaron elecciones de gobernador: Emilio González Márquez, en Jalisco; Marco Antonio Ada-me, en Morelos, y en Guanajuato Juan Manuel Oliva, quien sustituyó a otro militante, Juan Carlos Romero Hicks.

Tal como lo hizo en junio del año pasado, cuando en entrevista con este reportero anunció su “destierro” de México (Proceso 1495), Paredes afirma ahora que ha decidido enfrentar a la Organización Nacional de El Yunque, encabezada por Bernardo Ardavín Migoni, jefe general, y Guillermo Velasco Arzac, jefe operativo, así como a otros jerarcas como Gonzalo Robles Valdés, Federico Müggemburg y José de Jesús Castellanos.

La razón: “El Yunque sufrió una mutación y reproduce los mismos métodos del régimen que antes combatió. Se somete a los militantes a la absoluta obediencia de las jefaturas con la amenaza de la pérdida de empleo en la macroagencia de colocaciones en la que se convirtió al llegar al poder”.

Y esto, que lo practicaron en el gobierno de Vicente Fox –en cuyo triunfo “fue clave” El Yunque–, lo pretenden seguir haciendo con Calderón, cuyo planteamiento de un gobierno de unidad nacional quieren sabotear para seguir manteniendo sus posiciones:

“El presidente electo sufre las presiones de la derecha menos inteligente, El Yunque, que le exige gestos y acciones que lo distanciarán de las izquierdas moderadas y lo llevarían a depender cada vez más de su apoyo para poder gobernar.”

–¿El Yunque es un estorbo para Calderón?

–Desde luego. La Organización tiene un gran número de legisladores. Para lograr las grandes reformas, el presidente va a necesitar del mayor número de votos posible en ambas cámaras y él sabe que El Yunque maneja un buen número de estos votos.

“Lo están amagando, le están dejando ver que si no les mantiene las posiciones que tiene, no contará con los votos que ellos controlan en las cámaras. Esta es una amenaza. Calderón tendrá que medir el riesgo de ello y espero que lo haga bien. Sería un gravísimo error que sólo escuchara las voces de quienes le amenazan con no apoyarlo, porque quienes ahorita lo amenazan con no apoyarlo lo pueden hacer su rehén.”

–Pero con Calderón también hay personajes de El Yunque, como César Nava, Jorge Manzanera, Francisco Fraile, Alonso Díaz Caneja.

–Como diría un viejo dirigente de la Unión Soviética: “Aquí no hay clases sociales, pero sí hay categorías”. Así como César Nava, que está desvinculado desde hace mucho tiempo, hay decenas de miles de mexicanos que en algún momento hemos militado en El Yunque conforme a las reglas establecidas, pero la inmensa mayoría que estamos fuera y algunos que todavía obedecen parcialmente y siguen ahí podrían dejar de estar muy fácilmente.

Según Paredes, a El Yunque le tomó por sorpresa el triunfo de Calderón desde la elección interna. “Jamás pensaron que podía ganar, y cuando ocurre todos los planes que tenían para copar a Santiago Creel y echarlo fuera de la candidatura y reemplazarlo con Alberto Cárdenas, dejan de ser operativos”.

–Pero sí hubo trabajo de El Yun-que a favor de Calderón.

–Cuando ya no tuvieron de otra. A El Yunque le convenía más luchar contra el Islam que contra Lutero. Es decir, el enemigo de dentro es más peligroso que el de fuera. Aunque el grueso de la militancia se da a la tarea de apoyar institucionalmente al candidato, esto no impide que otros miembros, muy bien colocados, jugaran las contras en tareas de “quinta columna”.

–¿Qué hubiera pasado si gana Andrés Manuel López Obrador?

–Revitaliza a la Organización, porque entonces hay que luchar contra el comunismo, el socialismo y la izquierda, y esto reaviva una llama bastante extinta de la derecha más activa.

Paredes no tiene duda: “El Yunque es una macroagencia de colocaciones en la que cada quien está viendo para su santo y obedecen, porque saben que si no lo hacen no tienen una chamba dentro de tres años. El sistema político mexicano está diseñado para eso, para que ningún político tenga poder propio y que todos dependan del poder detrás del trono que los va a tener siempre sujetos, ya sea de los genitales o del aparato digestivo: dolor o hambre”.

Por eso recomienda a Calderón romper los mecanismos de control de la Organización: “Si evita darles posiciones, El Yunque dejará de tener la posibilidad de apretar genitales o estirar las tripas, y perderá el control de la inmensa mayoría de sus militantes, y el presidente electo podrá contar con el apoyo de la inmensa mayoría de los militantes de El Yunque”.

–¿Qué reacción se puede esperar de los mandos?

–Tratarán de vetar las iniciativas del presidente, y él podrá en ese momento identificar, con toda claridad, quiénes son aquellos con los que no cuenta. No sólo él, también los demás actores políticos. Esto permitirá aislar a los que realmente representan un peligro.

–¿Y son muchos los militantes de El Yunque?

–Hay miles. Muchos se han ido apartando, pero otros se han acomodado al poder y surgen las rivalidades. En el momento en que todo era idealismo, había pocas cosas que reclamar y los acuerdos se daban con cierta facilidad. Hoy hablamos de poder y muchos miembros de la Organización ya probaron las delicias del poder y saben que si quieren seguir gozando deben obedecer. Si no obedecen, saben que sus carreras se verán truncas. Antes no había botín enfrente.



El Islam y Lutero



En dos entrevistas en la Ciudad de México –el miércoles 27 de septiembre y el 4 del presente–, Paredes reitera que no se arrepiente de enfrentarse a los jefes nacionales de la Organización, que sigue reclutando jóvenes en todo el país.

Incluso escribió el libro El Yunque, cancerbero del poder para describir el contraste entre la organización a la que le tocó ingresar y la vigente, y proporciona información desde su ingreso, adiestramiento, batallas con sus adversarios de la izquierda de la Universidad Autónoma de Puebla –a quienes se enfrentó con violencia y aun con armas– y con el régimen priista, la infiltración de los organismos empresariales y la “toma” del PAN.

Paredes fue expulsado de El Yunque en 2001 porque fue omiso para acatar la decisión de los jefes en Puebla, que le impedían ser candidato del PAN a la alcaldía de la capital. Decidido a buscar en 2004 la candidatura a gobernador, se produjo –según él– una colusión de esa organización con Mario Marín, entonces aspirante priista y quien triunfó en las elecciones.

Confrontado al interior de El Yunque que controla al PAN en Puebla, Paredes es un personaje controvertido por su historia y lo fue más en el ejercicio de gobierno: Las cuentas públicas de su gestión, reprobadas por unanimidad por el Congreso local, le implicaron la expulsión de su partido –que el Tribunal Electoral federal revocó–, la inhabilitación para ejercer el servicio público y multimillonarias multas.

“He ganado todos los juicios concluyentes y los demás están estructurados de la misma manera, así que lo lógico es que los ganaré”, se ufana, y subraya que en el “fondo” de este caso hay un pacto entre Marín y los mandos de El Yunque para manipular la justicia.

Por eso propone que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) retome su caso como parte de las investigaciones que realiza sobre el caso de la periodista Lydia Cacho, quien en diciembre fue detenida en Puebla por órdenes de Marín, a pedido de Kamel Nacif, el empresario textilero que mantiene relaciones con personajes prominentes de la política como Fidel Herrera, Pablo Salazar Mendiguchía, Joaquín Hendricks y Emilio Gamboa Patrón, entre otros.

“Si este siniestro personaje hace temer a la opinión pública porque puede mover la voluntad de políticos, yo agregaría que Kamel Nacif es un niño de pecho comparado con una fuerza aún más siniestra: La Organización Nacional de El Yunque. Este es un asunto de seguridad nacional.”

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