Juan Pablo Fox Quesada -hermano del presidente Vicente Fox-, en aparente contubernio con Alfonso Romo Garza, ex presidente de Grupo Savia (empresa dedicada al desarrollo de productos transgénicos), intentó obtener de manera ilegal una industria farmacéutica y sus patentes, cuyo valor se estima en más de 400 millones de dólares.
Edgar Arroyo, presidente del consejo de administración de Grupo Industrial Aguascalientes (GIA), denunció mediante su libro En el nombre de mi hijo la existencia de una red de complicidades que involucran no sólo al hermano del mandatario, sino también a abogados de Vicente Fox, notarios públicos de San Luis Potosí, Jalisco y Monterrey y autoridades policiacas de Aguascalientes y Nuevo León.
En entrevista con La Jornada, Edgar Arroyo narró cómo logró desarrollar un producto capaz de atemperar enfermedades crónico degenerativas, al investigar un medicamento que sanara a su hijo de un mal aparentemente incurable.
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