de la redacción
No obstante, negó que el conflicto oaxaqueño suponga la inestabilidad de todo el país, pues lo consideró de carácter local.
En una entrevista a la agencia española EFE, a un mes de traspasar su cargo a Calderón Hinojosa, el aún jefe del Ejecutivo federal negó que las fuerzas policiales estuvieran implicadas en las reciente muertes de oaxaqueños, e invitó a las organizaciones no gubernamentales y a Naciones Unidas a que viajen a la entidad para investigar los hechos.
En lo que se sabe es la primera entrevista a un medio tras el despliegue de las tropas federales en esa ciudad el pasado fin de semana, Fox defendió la actuación de las fuerzas del orden, las desvinculó de las muertes denunciadas, y señaló que sus causas se investigarán “en profundidad” para que “caiga todo el peso de la ley” sobre los presuntos responsables.
“Si hay una sola violación a los derechos humanos, de inmediato actuaremos y resolveremos”, dijo el mandatario, quien ordenó el sábado el despliegue de las tropas tras una jornada de violencia en la que murieron cuatro personas, entre ellas un periodista estadunidense, Brad Will.
El presidente destacó la “transparencia” con la que se realizó el dispositivo policial que recuperó el domingo el centro de esta turística ciudad, y señaló que “del operativo fueron testigos asociaciones de derechos humanos, los medios de comunicación y el ministerio fiscal.
“Fue una intervención no armada, además de anunciada, porque tiene que haber orden y legalidad ante el reclamo de los ciudadanos”, subrayó Fox.
Según Fox, el conflicto de Oaxaca, protagonizado por maestros y por la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) “está duro, pero no para decir que hay inestabilidad en el país entero”.
Vicente Fox admitió que puso todo su “empeño personal” en evitar la actuación policial mediante el diálogo, y se declaró “perseverante” en intentar solucionar el problema con negociaciones intensas.
Más aún, se mostró satisfecho de haber logrado un acuerdo con el sindicato de maestros, que el lunes comenzó parcialmente a regresar a las aulas en el estado de Oaxaca después cinco meses sin actividad docente.
Pero al referirse a la exigencia de los manifestantes de que renuncie el mandatario priista Ulises Ruiz, Fox dijo que el pueblo y el Congreso saben que un presidente democrático “no pone ni quita gobernadores”.
“Sólo el pueblo y la ley pueden nombrar gobernadores, yo no tengo ninguna facultad para hacerlo. No está en mis manos”, aseguró Fox.
“Oaxaca lo voy a entregar en el punto que esté”, reiteró y se preguntó por qué algunos analistas consideran que un presidente no debe dejar ningún problema a otro mandatario, si “todos los problemas están en proceso”.
Agregó: “Pese a los esfuerzos realizados en reducción de la pobreza, aún queda mucho camino, y si me van a decir que entregue el país sin pobreza, me lo ponen muy cuesta arriba”, se quejó el presidente.
Aseguró que dejará un país con estabilidad económica, inversiones, creación de empleo e indicadores que supondrán un “gran futuro” para los próximos seis años.
Declaró además que entregará el próximo 1 de diciembre la banda presidencial a Calderón en “cualquier condición y cualquier escenario”, en referencia a las advertencias de Andrés Manuel López Obrador, de boicotear la toma de posesión.
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