A R T Í C U L O
EL FESTEJO GUADALUPANO
Por: Edna Lorena Fuerte
Cd. Juárez, Chihuahua, México
El guadalupanismo mexicano no es sólo la manifestación de un rito religioso, es una suma de muchas características de nuestra Nación, una manera de dejar salir algunas de nuestras más arraigadas pasiones, una disposición natural a la fe.
Sea cual sea la creencia religiosa que profesemos, incluso la ausencia de ésta, no podemos dejar de considerar al 12 de diciembre como una de las fiestas más características del mexicano.
Desde el mestizaje que encuentra su reflejo en los rasgos españoles de la virgen morena, hasta la posibilidad de la fiesta con sus colores de fuegos de artificio y los mariachis que despiertan con sus sonidos a la madrugada. El mexicano es en sus fiestas alegría y constricción a sus creencias.
La opresión natural de la fe religiosa, con sus cánones y misterios, se ha moldeado en nuestro país, ha salido de los templos y ha encontrado en La Guadalupana su principal estandarte.
Naturalmente ecléctico, el mexicano sale de sus pueblos y ciudades rumbo a la Villa de Guadalupe, en la Ciudad de México, en procesiones de rodillas sangrantes y flagelaciones piadosas, con la alegría de los colores patrios y el sonido de la tambora.
Como Octavio Paz afirmaba, en México se puede ser ateo, pero no se puede dejar de ser guadalupano. La consolidación de la Patria ha estado, históricamente, ligada a esta figura que trasciende el plano del catolicismo para ubicarse como uno de los principales símbolos de la identidad nacional.
Desde el estandarte del cura independentista Hidalgo, hasta la actual cotidianidad, su imagen tiene una connotación sociológica que habla de identidad, de encontrar en un símbolo la unidad que nuestra historia y nuestro origen mestizo no podría darnos.
Símbolo que nos habla de una fuerza de cohesión natural y, sobre todo, de una capacidad de creer, de hacer milagro de la cotidianidad y esperar cada año este fecha para ofrendar a la figura de la Virgen de Guadalupe el esfuerzo de todo un año.
La noche de ayer fue de baile, de fiesta y convivio, en cada colonia, en los barrios de todas nuestras ciudades y en las plazas de nuestros pueblos, los mexicanos esperaron el primer minuto para festejar a La Guadalupana, para estar de nuevo, dispuestos a creer en su identidad.
Entonces pensamos en la importancia de las tradiciones, en el sentido de los ritos y el respeto de las creencias que construyen historia y unifican vivencias, los mexicanos nos estamos buscando en nuestras fiestas, en nuestras creencias.
Soy Edna Lorena Fuerte, muchas gracias por sus comentarios, me pueden seguir escribiendo a
edna_fuerte@yahoo.com
14 diciembre 2006
Porque no podia faltar ahi esta el comentario de Edna
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