Cd. Juárez, Chihuahua a 16 de Enero del 2007
A R T Í C U L O
ENTORNO A LA TORTILLA
Por: Edna Lorena Fuerte
Cd. Juárez, Chihuahua, México
En las últimas semanas el tema del alza a la tortilla ha sido el privilegiado de las conversaciones familiares, los medios de comunicación masiva y sus analistas. En todas las esferas saltan los datos reveladores y las posiciones encontradas que, casualmente, la mayoría terminan en coincidencia: el aumento es un hecho grave en la economía nacional.
Pero por qué lo es, hagamos aquí un breve recuento de afirmaciones y posturas: afecta a los más pobres, prepara una reacción en cadena en alza de productos y servicios básicos, afectará al sector agrícola (a partir de la brillante solución gubernamental de aumentar las importaciones de maíz para evitar desabasto y aumentar competitividad), tendrá un impacto fuerte en el descontento social (ya se anunciaron las primeras manifestaciones). Podríamos seguir la lista con una larga cadena de etcéteras.
Si bien esas son algunas de las razones de la gravedad de este hecho, lo cierto es que también es un signo que evidencia la incapacidad del nuevo gobierno, no sólo por sus operadores, que salen al paso entre el silencio y la improvisación; sino del modelo mismo que representan. Al parecer, la solución posible para mitigar los efectos de esta alza, al menos los que cargarán los más pobres del país (2 de cada 3 ciudadanos) sería entrar a un esquema de control de precios, y lanzar un programa de apoyos a la industria agrícola nacional, productora de maíz.
Pero esto suena impensable para los iconoclastas del libre mercado que ven en el Consenso de Washington su único e irrenunciable mandato, entonces prefieren apretar más el bolsillo del pueblo, una vez más, con el firme pensamiento de que al fin y al cabo es un producto básico y lo tendrán que comprar. Irónica forma de acción si atendemos a un mínimo análisis del mercado neoliberal por excelencia: Estados Unidos está lleno de subsidios, protección al mercado interno y fideicomisos que aseguran los precios de sus básicos.
Para nuestro gobierno y su modelo es impensable “apoyar” al agro, pues eso sería un deleznable subsidio; pero sin ningún empacho manifiesta que está dispuesto a comprar más maíz de importación, producto de una industria subsidiada y protegida por su gobierno. Quienes vivimos en la frontera estamos cerca de esta paradoja, vemos la forma de vida estadounidense y nos sorprende lo mucho que rompen las reglas del libre mercado.
Aquí en Ciudad Juárez comprar kilos de tortilla en un dólar, con la previsible alza hasta uno y medio, tendrá un efecto especialmente dañino, si pensamos en toda nuestra población migrante, proveniente del sur y centro del país o del continente, que basa su sustento diario en este producto; y yendo un poco más lejos en el panorama, una posible crisis económica, como la que se prefigura, propiciará un aumento enorme en las oleadas de compatriotas que se aglomerarán en esta frontera esperando la oportunidad de salir del país.
Entonces, la capacidad de nuestras ciudades, ya bastante sobre explotada, estará al límite de sus fuerzas: desde la oferta de empleo, pasando por la vivienda y el transporte, no tendrán las posibilidades de sostener esta oleada. Ojalá nuestros gobiernos locales lo estén considerando para ponerlo en la mesa de la discusión nacional, en los canales que tienen con el Gobierno Federal, a ver si a ellos les da una mejor respuesta que la que hasta ahora le ha dado a todo el país en el asunto de la tortilla.
Para la reflexión: en la columna de hace unos días en el diario El Universal, Ricardo Rocha lanza como colofón de su artículo esta frase “habría que recordar que por ahí de 1808 hubo una crisis de maíz en la todavía Nueva España y ya ven lo que pasó. Y que en 1907 hubo otra crisis de maíz y ya ven lo que pasó”. La historia siempre abona elementos para pensar con mayor amplitud en el presente.
Soy Edna Lorena Fuerte y mi correo es edna_fuerte@yahoo.com para sus comentarios. Gracias.
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