No recontratación injustificada y situacion en la Universidad Intercultural del Estado de Mexico
San Felipe del Progreso a 22 de Febrero del 2007.
A las autoridades educativas federales y del Estado de México
A las organizaciones y pueblos indígenas
A las organizaciones de derechos humanos
A los medios de comunicación
A la sociedad civil nacional e internacional
Les escribo para hacer de su conocimiento, la penosa situación por la que me encuentro atravesando en estos momentos. El día jueves 15 de febrero recibí la notificación de que no había sido considerada para integrar la Plantilla de Personal Docente de la Licenciatura de Desarrollo Sustentable de la Universidad Intercultural del Estado de México (UIEM), para el segundo semestre del ciclo escolar 2006-2007. A pesar de haber exigido por escrito una explicación de dicha situación al Director de la División de Desarrollo Sustentable, el M en C. P. Mindahi Crescencio Bastida Muñoz, así como al Rector de la UIEM, Dr. Felipe González Ortiz, ninguno de los dos me ha respondido hasta el momento.
Este hecho me indigna mucho porque siempre he cumplido con mis labores académicas, además de que cuento con la preparación adecuada (estudios de doctorado en Antropología Ambiental en la University of Washington); así como con una trayectoria personal y profesional que incluye muchos años de trabajo con organizaciones y comunidades originarias.
Al entrar a la UIEM en agosto del año pasado consideré que esta institución respondería a mis intereses académicos, los cuales se enfocan al conocimiento ambiental tradicional y, por otra parte, también me permitiría ejercer la práctica docente que tanto disfruto y por la cual siento un profundo respeto.
Desafortunadamente, durante mi desempeño laboral me he percatado de los profundos problemas que adolece la institución, y he enfrentado situaciones difíciles tanto a nivel personal como académico. Por sólo citar algunos ejemplos, le expongo que considero haber sido objeto de prácticas discriminatorias debidas a mi género, además de tener que participar en un equipo de trabajo en el cual el plagio no es sancionado, en el cual se acepta abiertamente por parte del responsable que se trata de “aparentar” tener resultados cuando lejos estamos de tenerlos, y en una institución en donde no hay libertad de expresión, tanto para los docentes, como para los estudiantes.
Otros de los problemas que existen en la UIEM son la complacencia de las autoridades ante el mediocre desempeño laboral de algunos colegas, que es amparada por la falta de una evaluación seria. Además de que en muchas ocasiones la contratación del personal obedece a compromisos políticos y personales que ignoran el perfil que se requiere para una universidad de este tipo.
Por otra parte las instalaciones ¨temporales¨ en las que se ha ubicado la UIEM desde su creación (hace 3 años) son altamente inadecuadas; y sujetan a los estudiantes y docentes a condiciones inhumanas. En éstas se imparten clases en espacios extremadamente reducidos (considerando el número de estudiantes) que no cuentan con ventilación. Desde hace más de un año, y a pesar de solicitudes repetidas, no se ha podido conseguir ventiladores para los salones argumentando la falta de recursos.Las actividades de difusión y de corte folclórico son consideradas prioritarias antes que la docencia y la investigación, por lo que muchas veces los estudiantes y los profesores participan en ellas a costa de la no impartición de clases.
Esta situación está fortalecida por la verticalidad de la institución, la cual permite que un grupo muy reducido de individuos marque el camino de la universidad, sin que participen democráticamente todos sus integrantes y sin que existan órganos de representació
n tanto de docentes como de los estudiantes.
Lo arriba descrito ocurre en una universidad que se denomina “intercultural”, en la que sobran los discursos sobre el respeto hacia el otro, sobre la dignidad de los pueblos originarios y el valor de la institución como parte del pago de una deuda histórica hacia ellos. En esta institución comúnmente los derechos fundamentales como trabajadores y estudiantes, sólo se gozan con la benevolencia cobrada de los jefes, provocando un perverso sentido de agradecimiento que se combina con un sentimiento bien fundado de miedo.
Se preguntarán el porque permanecí en la institución a pesar de la situación arriba descrita, la respuesta es muy sencilla: por el gran respeto que siento por el trabajo y entusiasmo de algunos de mis colegas, y sobretodo por el compromiso que he adquirido con la comunidad estudiantil, que si bien ya existía desde antes de empezar a trabajar, éste se profundizo después de haber tenido la oportunidad de trabajar con ellos; y siendo este mismo compromiso el que me ha impulsado a tomar la decisión de realizar la presente denuncia.
Ante la falta notable de un compromiso real por parte de las autoridades que dirigen la UIEM, algunas de las cuales únicamente la utilizan como plataforma política, perdiendo con ello el verdadero objetivo que deben de tener estas universidades; considero necesario que se revisen las condiciones y el funcionamiento actual de ésta institución; así como el proceder de sus autoridades, con la finalidad de que se corrijan las profundas deficiencias que hasta hoy existen, y se transparente la utilización de los recursos destinados (los cuales frecuentemente son utilizados para beneficio personal: computadoras portátiles, vehículos, viáticos, recursos para la adquisición de libros, etc.).
Confío plenamente en que ustedes serán sensibles a esta situación y tomarán las acciones necesarias para denunciar estas injusticias y presionar a las autoridades correspondientes para que revisen las irregularidades que afectan el buen funcionamiento de la UIEM.
Sin otro particular se despide de ustedes,
Por una educación intercultural digna para los pueblos originarios
ATENTAMENTE
Elda Miriam Aldasoro Maya
Candidata a doctor en Antropología Ambiental
Universidad de Washington
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