Avenida Juárez, D. F. 2 de Mayo de 2007
México vive una secuencia de acontecimientos que van escribiendo la Historia. Nuevamente se han creado dos bloques sociales contrapuestos y enfrentados, como en cada etapa histórica de nuestro país. Nada ha cambiado, en el sentido más general, por un lado la dignidad del Pueblo que resiste, por el otro su enemigo histórico, la derecha.
Decimos que nada ha cambiado, porque igual como en otros tiempos el desarrollo del pensamiento y la libertad humana van tomando rumbos progresistas mientras la derecha mexicana, retrógrada y entreguista sigue planteándose un Estado mexicano no nacional supeditado a intereses ajenos a nuestro país.
¿De qué otra forma se entiende que desde la Secretaría de Hacienda, se operen las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional? En esta oficina de intereses del FMI opera, el poco famoso Agustín Carstens, el goloso persecutor de la riqueza mal habida de los pobres, el que se hambreado gordo que se gasta por concepto de comida un millón de pesos anuales, es decir, que el bebé del FMI, ahí pobremente, gasta en comida cada día lo que un obrero mexicano gana en dos meses de trabajo; este señor, Don Carstens, es el que cobra los impuestos, el que encabeza a la dependencia que persigue a los causantes, medios y bajos, para que no acumulen el más mínimo centavo, mientras se favorece a los grandes empresarios exentándoles y devolviéndoles jugosos botines.
Agustín Carstens, garante del cumplimiento de las “recomendaciones” del FMI, ha sido impuesto, tal cual lo hicieron con el pelele Calderón, para consolidar el proyecto neoliberal que sólo daña a nuestro país mediante el hambre.
Para nadie es nuevo que el Fondo Monetario Internacional es el principal impulsor de que México abra al capital privado la industria petrolera y que se modifique la política tributaria cargando preponderantemente los impuestos al consumo, bajo el esquema de gravamen a productos imponderables como la alimentación, la medicina y los servicios de educación y salud. Esto, lo dejaron claro en la última revisión del artículo IV del FMI elaborada cuando Agustín Carstens Carstens aún era subdirector gerente de dicho organismo.
El gobierno usurpador, anacrónico, acata absurdamente estas consideraciones, aun cuando nuestro país no está endeudado con el FMI. Va, el pelele, en sentido inverso del que se dirigen el resto de las economías nacionales de América Latina, como Argentina, Venezuela y Ecuador, países dignos y prósperos, cuyo alejamiento de las políticas económicas del Fondo les abren un camino de prosperidad nacional.
Hoy, en el marco de la jornada nacional de protesta, del paro cívico nacional, los ciudadanos mexicanos que nos hallamos en resistencia contra la usurpación y la suplantación de la voluntad popular, repudiamos las políticas económicas de la usurpación y protestamos para que el FMI retire sus manos de nuestra economía; vale más como advertencia, los mexicanos no permitiremos que ningún particular se apodere de nuestro petróleo y , bajo ninguna circunstancia, dejaremos pasar la iniciativa de gravar las medicinas y los alimentos. Porque ambas iniciativas tienen un solo objetivo y una sola consecuencia: enriquecer a los pocos y condenar a la pobreza a millones de mexicanos.
En este mismo contexto se circunscribe la Ley del ISSSTE. A sabiendas el impostor Fecal de que su gobierno es efímero e ilegítimo, ha decidido apostar su resto y granjearse el apoyo de los usureros internacionales del FMI y del Banco Mundial, imponiendo de un solo golpe, la reforma laboral, la energética y la fiscal. Atendiendo, con cinismo irritante, los “Planes de Ajuste Estructural” (de aquí lo de reformas estructurales), que el Fondo Monetario Internacional recomendó a sus deudores hace veinticinco años.
Hoy es un día muy importante para nuestro país, porque la sociedad civil se organiza y se moviliza. El pueblo mexicano mira hacia el sur del continente con optimismo y esperanza, allá se levanta un faro al que sin duda debemos dirigirnos. En todo el continente se yergue el espíritu de resurgimiento, florece ya, el renacimiento de las ideas libertarias que consagraron nuestras independencias. El pueblo mexicano también ha decidido ya sumarse a esa gran voluntad de cambio.
Sabemos que el monstruo es grande y poderoso, tan grande como el cuerpo de Carstens y tan poderoso como los intereses económicos que representa. Por eso contemplamos sólo una solución: o se corta de raíz el origen de estas reformas retrógradas o estaremos condenados al yugo del imperialismo trasnacional. Esa raíz no se halla en México, no es nada más el pelele y todo su gabinete compuesto de las expresiones perversas de los intereses creados; es el Fondo Monetario Internacional y su agotado modelo económico que a ningún país a beneficiado, salvo a los grandes cárteles financieros que tienen secuestradas las voluntades económicas de gran parte del mundo.
Así, como arengara, el General Ignacio Zaragoza, hace 145 años al ejército que luego derrotaría a los franceses en la Batalla de Puebla:
“Hoy vais a pelear por un objeto sagrado, vais a pelear por la Patria, y yo me prometo que en la presente jornada le conquistaréis un día de gloria. Nuestros enemigos son los primeros soldados del mundo; pero vosotros sois los primeros hijos del mundo y os quieren arrebatar vuestra Patria”
Hacemos un llamado al pueblo de México, a las organizaciones sociales, al presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador para continuar con más vehemencia nuestra lucha por deponer al usurpador, por instaurar un proyecto de nación alternativo y social; lo que constituye el objetivo primigenio, la instauración de una nueva República, que dignifique a nuestra nación y que dote al pueblo de la capacidad de darle dirección al futuro de la patria.
Sólo en la convocatoria a un constituyente cortaremos de tajo las reformas, no somos ingenuos, Fecal no se arredrara en la imposición de las reformas ni habrá posibilidad de diálogo con él ni con la derecha, porque no depende de ellos sino de quienes los impusieron, es decir, los intereses del Fondo Monetario Internacional.
Sólo hay Esperanza en la Acción
Liga Nacional de Comités Ciudadanos en Resistencia
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liganacionaldecomites@gmail.com
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