Círculos de Estudios

El día de ayer se presentó en el círculo de estudios el Dr. Julio Bolvinik, investigador del Colegio de México y articulista de la Jornada desde hace 12 años, quien dio una excelente plática sobre “La pobreza y el Florecimiento Humano”.

Comenzó comentando que los seres humanos necesitamos cuestiones básicas para subsistir, necesitamos cubrir nuestras necesidades, en la escala de Maslow habló de las necesidades fisiológicas -como el alimento que nos da energía y el mantener la temperatura-, de la necesidad de seguridad -que es física, económica y social- de las necesidades emocionales, de las necesidades de autoestima y de autorrealización y definió la pobreza no solamente como el no poder satisfacer las necesidades humanas, sino también como el no poder desarrollar las propias capacidades También explicó que además de estas necesidades existen las cognitivas, que consistirían en saber y entender, y de cómo en las sociedades capitalistas el saber es lo que importa y no el entender. Hizo hincapié en la necesidad de tomar en cuenta todos estos factores al estudiar la pobreza.

El ser humano tiene que satisfacer sus necesidades a través de la actividad, lo cual le lleva a desarrollar sus capacidades pero también sus necesidades, es pobre quien tiene pocas necesidades o las más elementales (pobreza humana) y quien no tiene satisfechas estas pocas necesidades elementales (pobreza económica).

La pobreza económica y humana han aumentado enormemente en el neocapitalismo, ya que tanto hay una pauperización y disminución en la calidad del nivel de vida, como un severo obstáculo para el florecimiento humano.

Los modelos neoliberales aumentan la pobreza al deteriorarse el salario, al empeorar los servicios públicos, al haber menos empleos, empleos peor pagados, y los programas gubernamentales solamente han consistido en administrar esta pobreza, no en disminuirla.

Comentó que de los años 80s a la fecha la pobreza se ha incrementado en México casi sistemáticamente, siendo actualmente el 80% de pobres de nuestra población (aunque las cifras gubernamentales hablen de un poco menos del 50%). De los 40 millones que trabajan en México, solamente 13 tienen seguridad social, y no tienen seguridad en el trabajo. Estos alarmantes porcentajes indican la urgente necesidad de otro orden social más justo y equitativo para la mayoría de la población.

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