Pocas semanas atrás, en el Wall Street Journal se publicó un curioso artículo sobre la globalización: “La globalización empeora la desigualdad de los ingresos”. El artículo fue redactado por Bob Davis y John Lyons desde México, y Andrew Bastón desde China, o sea desde dos de los rincones más globalizados del planeta. La nota fue reproducida en castellano por algunos periódicos pero no recibió la atención que merecía ya que cuestionaba algunos de los pilares ideológicos de los defensores de la globalización: que sus efectos son a la larga positivos para todas las personas, y que permite reducir la desigualdad.
Las advertencias en sentido contrario no son nuevas, y han sido repetidas desde las organizaciones sociales y unos pocos académicos. Lo llamativo es que ese curioso artículo en el Wall Street Journal, encierra la misma advertencia a pesar de haber sido publicada en un diario conservador y ligado a los intereses corporativos globales que animan la actualización mundialización.
Esta nota del Wall Street Journal es un nuevo ejemplo que indica que la globalización actual está acumulando efectos negativos de tal envergadura que hasta un diario que leen los ejecutivos corporativos termina dando lugar a las voces de alerta.
En el artículo se ofrecen muchos ejemplos contundentes, tales como los asalariados mexicanos que finalmente no se han beneficiado de la apertura de la economía de su país. Las fábricas radicadas en México enfrentan la competencia de sitios con costos más baratos, y terminan cerrando sus puertas ya que esas compañías se desplazan a algún otro rincón en el mundo que resulta por ahora más barato.
Las advertencias en sentido contrario no son nuevas, y han sido repetidas desde las organizaciones sociales y unos pocos académicos. Lo llamativo es que ese curioso artículo en el Wall Street Journal, encierra la misma advertencia a pesar de haber sido publicada en un diario conservador y ligado a los intereses corporativos globales que animan la actualización mundialización.
Esta nota del Wall Street Journal es un nuevo ejemplo que indica que la globalización actual está acumulando efectos negativos de tal envergadura que hasta un diario que leen los ejecutivos corporativos termina dando lugar a las voces de alerta.
En el artículo se ofrecen muchos ejemplos contundentes, tales como los asalariados mexicanos que finalmente no se han beneficiado de la apertura de la economía de su país. Las fábricas radicadas en México enfrentan la competencia de sitios con costos más baratos, y terminan cerrando sus puertas ya que esas compañías se desplazan a algún otro rincón en el mundo que resulta por ahora más barato.
Es un excelente texto síganle la huella aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario