MILENIO
A PUERTA CERRADA
Marcela Gomez Zalce
• La mafia y los de siempre...
• Una señal... una
Es mejor entronizar a un aliado dócil, mi estimado, que dejar pasar a un indócil. A unos días del aniversario del controvertido proceso de las elecciones del 2 de julio, las heridas siguen abiertas, los ánimos candentes y latente la dosis de intolerancia que ya pinta para quedarse como las toneladas de granitos de arena que sepultaron a quien era, indiscutiblemente, un peligro para sus intereses.
Hoy quizá comienzan los tiempos para que esos múltiples traviesos my friend, saquen la calculadora (sumen, resten y dividan) y hagan su balance de la gestión de Felipe Calderón y su inquieto Gymboree, ahora que ahí viene el simpático libro La mafia nos robó la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador que será en breve aderezado con el estreno de la divertida película bajo el liderazgo de Luis Mandoki.
Ya debe saber sobre algunos amenos detalles de las revelaciones del tabasqueño en aquellos agitados días de campaña donde siguen emergiendo los nombres de siempre y, claro, Televisa no podía estar fuera del original reventón de la guerra sucia mediática (ahí tiene otro botoncito de absoluta impunidad con la campaña de desprestigio contra Napoleón Gómez Urrutia y el sindicato minero) que tanto polarizó a los mexicanos.
El caso, mi querido lector, es que Andrés Manuel tomará este domingo nuevamente el Zócalo y en su seductor discurso dará a conocer más de las célebres complicidades que impidieron su llegada a Los Pinos y son las mismas voces que hoy, encabezadas por Felipe, andan como enloquecidos queriendo (copiar errores foxistas) meterle presión al jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard. Same hell, different devil.
El hecho es que a sólo siete meses de jugar al Tío Lolo y ante la falta de contundentes resultados, de oficio político y de simple creatividad, en el gobierno federal se quiebran los escasos sesos para continuar con el permanente hostigamiento (como cuchillitos de palo) ya sea vía correo electrónico, originales anónimos, enternecidas llamadas telefónicas y/o nuevas pendejadas veraniegas nueva contra cualquiera que simpatice, coincida o se divierta con el color amarillo. En resumen, el hecho es joder distrayendo, pues.
Por el otro lado el país, digamos, no va bien. En el terreno de la seguridad pública los chicuelos del narcotráfico son quienes deciden.
El cinismo de Genaro García Luna, quien parece mantener de rehenes a Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño y su ilustre inner circle, es ya sospechosista y de pena ajena. El titular de la SSP-F se hace bolas explicando la distintiva complicidad de los elementos policíacos y de sus mAFIosos, peligroso boomerang que por cierto, no tarda en tirarle los dientes por las formas y el fondo de la reciente reubicación de las más codiciadas plazas. Porque es ahí donde está el atorón, pues. O sea, ¿me explico?
En el terreno económico-financiero la reforma fiscal da señales de hacer agua y al inquilino de Los Pinos se le complica el panorama por su grotesca descortesía para el PRI quien se ha encargado de recordarle permanentemente que, gracias a su compromiso con la Nación, of course, fue posible su toma de posesión. Hoy los días de miel sobre hojuelas tricolores son anécdotas del pasado. Ya ni hablar de la distancia entre Los Pinos y la dirigencia azul porque también emergen las mismas enloquecidas voces exigiendo la hoguera para aquellos que se atreven a discernir con Calderón. Son los nuevos vientos azules de democracia.
Hoy no se vislumbra castigo alguno, o consecuencias de haber ocasionado ilegalidades, atropellos y travesuras en tiempos electorales que han dañado irreversiblemente la confianza de millones de divertidos renegados. Hoy más que nunca está vigente esa frase que enloqueció a the usual suspects: al diablo con las instituciones.
Sobre todo cuando la realidad devela lo que sucede tras bambalinas de la SCJN, lo que ocurrió en el ife y el tepjf (con minúsculas), el lamentable rol de la cúpula empresarial (que terminará pasando a la báscula calderonista) y la completa impunidad que reina donde la ley es... la de la selva. Y la justicia tiene precio. Ejemplos sobran.
La cuerdita generalmente se rompe por lo más delgado y López Obrador ya envió la única señal que debe prender todos los focos rojos: no a la privatización del petróleo. Todo lo demás tiene remedio y… salidas. Aunque sean my friend, de emergencia. Are u listening shitheads?
¡Adiós!
29 junio 2007
Las heridas abiertas del 2 de julio
Etiquetas:
2 de Julio no se Olvida,
AMLO
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