En la Luna

Con recursos públicos se lanzó una campaña publicitaria en la que se invitó a los mexicanos a votar por Chichén Itzá.-

Ni Felipe Calderón ni sus funcionarios se tomaron la molestia de indagar el verdadero propósito de la campaña mediática de las nuevas "siete maravillas del mundo" y por eso la apoyaron a ciegas/ Ahora, con el aumento de visitantes a Chichén Itzá también se incrementarán las probabilidades de deterioro de ese patrimonio


La ineptitud señalada por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia en torno a la aceptación del título de "nueva maravilla del mundo" para Chichén Itzá quedó de manifiesto al descubrirse que Felipe Calderón Hinojosa jamás buscó información acerca de la fundación del magnate suizo Bernard Weber.
Ni la Secretaría de Turismo, ni el Consejo de Promoción Turística, ni la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia, mucho menos la Presidencia de la República, tenían información clara de los organizadores de este concurso.

Empero, es innegable que la promoción que se le hizo a esa zona arqueológica incrementará la cifra de visitantes en los próximos años, con el consiguiente riesgo de deterioro de ese patrimonio cultural.

Anualmente visitan esa zona un promedio de 1.2 millones de turistas pero al incrementarse harán falta nuevas medidas de seguridad y conservación.
El director de la zona arqueológica, Eduardo Pérez de Heredia, dijo que las nuevas medidas se aplicarán en todo caso de manera gradual. "Estamos esperando que en los próximos meses se incremente la visita pública y tenemos preparadas medidas para que no haya deterioro a las zonas arqueológicas", agregó.
"Debemos intentar que el parque se disfrute de la manera menos restringida, pero es evidente que a más gente debe haber más restricciones", añadió. En principio se está pensando en restringir el paso a ciertos edificios y hacer rutas preestablecidas de visitas para otros.
Lo grave es que Calderón y sus funcionarios nunca supieron con precisión los detalles de la consulta ni de la página electrónica www.new7wonders.com, y desconocían la credibilidad de la fundación.
Eso no importó, pues con recursos públicos se lanzó una campaña publicitaria en la que se invitó a los mexicanos a votar por Chichén Itzá. Incluso a través del sitio oficial en Internet de la Presidencia de la República se hizo la misma invitación, a través de un boletín electrónico.
Turismo mantuvo en su portal electrónico una liga que remitía a la votación con el fin de que Chichén Itzá obtuviera ese reconocimiento.
Ninguna de las dependencias citadas emitió una opinión oficial sobre la página New7Wonders, o de su fundador, no obstante que desde hace seis meses el gobierno mexicano, a través de sus representaciones diplomáticas, llamó a los ciudadanos residentes en el extranjero a votar, y a hacer una cadena con sus contactos para reproducir el mensaje.

"Si bien esta clasificación sólo tiene un carácter denominativo, su impacto tanto en la imagen de Chichén Itzá como de México en general será relevante. Esta Delegación (de la SRE) prepara material de divulgación en coordinación con la Secretaría de Turismo del Estado de Yucatán, mientras tanto solicitamos difundir la página electrónica referente a la siete nuevas maravillas entre las comunidades mexicanas de su adscripción, así como amigos de esas embajadas y consulados", indicaba el mensaje.

El 2 de marzo de 2007, Bernard Weber, presidente de la fundación New7Wonders, entregó al director general del Consejo de Promoción Turística de México, Francisco López Mena, el documento como participante de ese certamen. Fue así como el 3 de marzo inició México de manera oficial la campaña en favor de Chichén Itza.
La iniciativa, promovida por la New7Wonders Foundation, ha dicho que tiene entre sus objetivos reunir fondos para la preservación del patrimonio cultural de la humanidad.
Pero desde el 20 de junio la Organización Educativa, Científica, y Cultural de las Naciones Unidas (Unesco) se deslindó del proceso de elección de las "7 nuevas maravillas del mundo", al decir que no existe ninguna relación entre su programa dedicado a proteger el patrimonio mundial.

"Para la UNESCO no basta con reconocer un valor sentimental o emblemático a ciertos sitios y clasificarlos en una lista nueva. Es necesario definir criterios científicos, evaluar la calidad de las candidaturas, definir marcos legislativos y de gestión, y conseguir que las autoridades responsables se comprometan a ponerlos en marcha", opinó la organización en un comunicado.
(Rafael Gómez Chi)