Desaparecido

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO, A LAS 11:30 DE LA NOCHE

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO,  A LAS 11:30 DE LA NOCHE Orizaba, Veracruz.- Llevaba una playera negra, pantalon de mezclilla, es de complexion delgado y piel morena...Es militante del Frente Popular Revolucionario y activista de Organizaciones Sociales.

08 octubre 2007

Ciudad de adictos


En el sexenio de Vicente Fox, Marta Sahagún consolidó su dominio familiar en Zamora, Michoacán, mediante obras que beneficiaron directamente a varios de sus parientes cercanos, como el controvertido Centro de las Artes, que se erigió sólo para darle lustre a su hermana Beatriz.

En contraste, Sahagún poco hizo para solucionar uno de los graves problemas que padecen los zamoranos: la adicción a las drogas, entre éstas la cocaína y las metanfetaminas.

En su libro Mi compromiso con México –un “informe de resultados” de la fundación Vamos México–, Marta afirma que de 2003 a 2005 se destinaron apenas 4.3 millones de pesos a 29 organizaciones civiles del país dedicadas a combatir las adicciones.

Fue precisamente en ese período cuando se disparó en Zamora el consumo de drogas, según un reportaje de The New York Times publicado el miércoles 3 en primera plana y firmado por el corresponsal James C. McKinley Jr. La nota se ilustra con cinco fotografías y un mapa.

La nota apunta que el problema de las adicciones es nacional, pero indica que en Zamora el panorama es desolador, con niñas que se prostituyen por unos cuantos pesos y jóvenes que roban y matan por dinero para comprar droga. Hace 10 años sólo se veía mariguana, pero desde “hace unos tres años vemos muchas señales ice, crack y heroína”, dijo a ese diario Juan Carlos Espinoza, comandante de la Policía Municipal.

En Zamora, dice McKinley, “la evidencia de las adicciones está en todas partes. Gente harapienta que duerme en lotes baldíos y en la calle. El crimen callejero es común. Algunas calles se han convertido en tianguis de drogas, con casas donde se vende crack desperdigadas entre carnicerías y salas de video. Los centros de rehabilitación privados han brotado en casi cada barrio pobre (…) La mayor parte de éstos son casas endebles en las que los adictos son encerrados durante tres meses y se les da un curso breve sobre el programa de 12 pasos desarrollado por Alcohólicos Anónimos”.

Uno de esos 24 centros de rehabilitación es La Esperanza, ubicado en la calle Matamoros. Es una casa unifamiliar que alberga a más de 30 adictos, quienes duermen en literas y comparten un solo baño hediondo. Entre los pacientes se encuentra Aurora Gómez, de 28 años, quien le cuenta al Times que se envició con las metanfetaminas y se prostituyó a los 13 años. Tiene tres hijos, a los que nunca ve. “Para mí es una vida perdida, triste, vagando por las calles, rechazada, humillada. La verdad es que nunca tuve un momento feliz”.

Otro caso es el de Joaquín Gutiérrez, de 39 años. Relató que se volvió consumidor de metanfetaminas cuando trabajaba como jardinero en San Diego, California. Dijo que al regresar a Zamora se sorprendió de que las metanfetaminas y el crack hubieran echado raíces en su pueblo natal. “Cuando era niño, casi nunca veías alguna droga. Ahora por cualquier calle que vayas ves gente vendiendo”.

Hace dos años, Gutiérrez empezó a rehabilitarse, con la ayuda de antidepresivos y psicoterapia, en el Centro de Integración Juvenil, “la única clínica federal para adictos que hay en el estado (Michoacán)”.

Esa es la Zamora de Marta Sahagún de Fox. (AJ) l

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