Dentro del documental de Luis Mandoki, Andrés Manuel López Obrador, confiesa que, fue un error el no haber cuidado el momento de votar y sólo haber concentrado el esfuerzo en conseguir el voto. Declaración harto importante, pues indica que no tuvo un verdadero equipo de pensadores detrás de su labor.
Hoy, para desgracia, de sus muchos seguidores, vuelve a mostrar ese flanco descubierto.
El ajedrez, es un juego maravilloso, en donde la concentración gasta al menos el cincuenta por ciento del tiempo, en ver que hará el adversario de enfrente. Es bueno saber los alcances propios, pero es mejor conocer los del posible rival.
El domingo pasado, una simple provocación, que absurdamente nunca fue prevista, echó por tierra la importante elocución respecto a la inminente privatización energética. Y lo que es peor, arrastró leña a la hoguera mediática deformante, de la realidad mexicana, que constituyen la mayoría de medios al servicio del gobierno salido del lodazal.
Pero, no tan sólo quedó al descubierto la inocencia con la que combate el bando López-Obradorista, sino además, la lentitud de reacción, y no precisamente para pensar brillantemente. La actitud de la jerarquía del Partido de la Revolución Democrática, no se puede considerar extraña, porque han demostrado en varias ocasiones que sus intereses son más terrenales que basados en un ideal sólido.
Lo que sí, considero insólito, son las declaraciones de Gerardo Fernández Noroña y las del mismo AMLO. Porque darles la espalda a seguidores que los han apoyado siempre en las malas, porque no ha habido buenas, es una traición a la más desinteresada aportación que hacen los grupos deseosos del verdadero cambio.
No era menester irse contra los del mismo conjunto, para ello estaban los medios unidos, más bien olvidaron que el número uno (la provocación), va antes que el dos (el reclamo), y todos los argumentos fueron para deslindarse. Con esa actitud, le dieron la razón al contrario, pues han limitado su movimiento y no precisamente porque haya la necesidad de la violencia, sino que, las incitaciones seguirán de muchas formas, más ahora que vieron las ganancias, y deberán contenerse, pero ya no, de una forma antes pensada, sino ahora, incluso, en una forma deshonrosa. Ya que los iniciadores de problemas, ganaron terreno, sus límites son ahora más extensos y cuentan con la aprobación de una cúpula política.
Reconocer errores, al hombre lo hace grande. No hacerlo, inhibe el crecimiento. No había necesidad de entregar parte del honor; ellos fueron los traidores con su cobarde acción retadora, y eso quedó en el olvido. Irónicamente, el uno quedó después del dos. Todo se acomodó de tal forma que, la agresión fuera la entrada al templo. Y esa fue la respuesta de los líderes, la disculpa.
Es importante que el movimiento, de Andrés Manuel López Obrador, replantee su estrategia y se haga de activos grises, que, con base en la inteligencia, ganen adeptos, para que los más desconfiados sepan que existe la agudeza necesaria para llevar las riendas de un país como el nuestro.
La resistencia civil pacifica, debe enfocar sus objetivos con mucha fineza. No ha ganado espacios con la reiterada manera de protestar, al contrario, la gente no comprende a primera vista y con el empujoncito de los medios de difusión, terminan por aborrecer los modos utilizados.
Las compañías incluidas en su boicot, se ríen en sus estados financieros. Siguen ganando igual o más que antes. La dispersión de fuerzas, por no haber una coordinación nacional, hace que no se llegue a ningún punto crítico y jamás se ponga en jaque al antagonista.
Si los seguidores del verdadero cambio, desean hacer mella en las conciencias colectivas, deben de inventar cosas que de verdad repercutan en el ánimo de las gentes; coordinadamente, como lo hacen las hormigas, las cuales trabajando afanosamente por el mismo fin, destruyen objetivos miles de veces mayores que ellas.
De otra forma, dentro de seis años seguiremos escuchando, como fondo, lamentaciones conocidas.
Caricatura sin Monitos caricaturasinmonitos@yahoo.com
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