El fallo que falló..
Caricatura sin Monitos
Acaba de suceder una vez más. Con pruebas, con evidencias, le dan la razón a los delincuentes. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, debe ser sustituida por la televisión mexicana. Pues, ahí, lo que proyectan, aunque haya sido editado, es más que suficiente para condenar al objeto de su pasional e interesado proceder. Pregúntele a Bejarano, a Imaz y sobre todo al señor Andrés Manuel López Obrador.
El fallo que falló a la sociedad mexicana, me refiero al de Lydia Cacho, viene a corroborar todas las sospechas que los ciudadanos tenemos acerca de la impartición de la justicia. Dejemos a un lado por un momento los convencionalismos sociales y llamemos por su nombre a las cosas: vivimos en ranchote, en donde unos pocos son los que disfrutan lo mejor y muchísimos dormimos en las caballerizas. Este es el modelo de país que se ha construido y los más afortunados, no moverán un dedo para que cambie.
Es vergonzoso que tengan que ser afectados algunos legisladores, para que la policía de resultados al día siguiente. Es indigno que tenga que ser la televisión, coadyuvando a sus intereses, la que marque el rumbo de las leyes. Es asqueroso escuchar a magistrados decir, que sí, en efecto, existieron irregularidades (su palabra favorita), pero no llegaron a madurar como delito. Una calca de lo sucedido en septiembre del 2006 con la decisión del TRIFE.
Si lo que buscan es que el pueblo tome la aplicación de la justicia por su propia mano, están siguiendo los pasos convenientes. Si piensan que los tecnicismos deben estar antes que la dignidad personal del ofendido, entonces, a los que votaron dándole la razón al señor Marín, les sugiero de todo corazón, aprovechen este fin de semana para ir a importunar a su madrecita, de preferencia por la mañana y de paso la llevan a desayunar, con un consejo para que su conciencia pueda estar en paz.
Nosotros los ofendidos, una vez más, tendremos que tragarnos la bilis. Abriremos nuestras libretas y anotaremos todo esto, para que no se nos olvide. Y dejando de ver la televisión, esperaremos, leyendo, a que lleguen las nuevas elecciones. Como ya tenemos la experiencia, cuidaremos las urnas, como los políticos su hueso. Y cambiaremos el país de los agravios, por uno menos áspero y sobre todo más sonriente.
Caricatura sin Monitos caricaturasinmonitos@yahoo.com
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