PRENSA APPG - 1 de Diciembre 07
ASAMBLEA POPULAR DE LOS PUEBLOS DE GUERRERO EN PIE DE LUCHA
¡FUERA EL TIRANO ZEFERINO TORREBLANCA GALINDO Y TODO SU GABINETE!
“Por la Unidad de la Lucha Popular en Guerrero"
MUERA EL SUPREMO GOBIERNO.
1810 comenzamos, 1910 nos preparamos, 2010 estamos listos
A que la izquierda domada de la presidencia del perredismo guerrerense, de lengua me como un taco, y para colmo el nazi Zeferino se empeña en agredir al CECOP
PRESOS POLITICOS LIBERTAD
Federales desalojan con violencia a normalistas
Xavier Rosado
Efectivos de la Policía Federal Preventiva (PFP) desalojaron con disparos al aire, golpes y gases lacrimógenos a estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa que habían tomado la caseta de La Venta de la Autopista del Sol. En la acción policiaca fueron detenidos 56 jóvenes, uno está herido de gravedad y tres reporteros fueron agredidos mientras tomaban fotos.
Los normalistas se encuentran detenidos en la agencia del Ministerio Público federal en el fraccionamiento Las Anclas de Acapulco, donde fueron presentados por elementos de la PFP con base en una denuncia hecha por la administración de la caseta de La Venta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que acusa a los normalistas de destruir cámaras de vigilancia y conos de tránsito.
Ayer a las 11 de la mañana unos 80 estudiante y egresados de Ayotzinapa llegaron en dos autobuses a la caseta de cobro de La Venta, donde tomaron los seis carriles, sacaron a los cobradores de sus lugares, dejaron pasar a los automóviles sin pagar, pidieron cooperación voluntaria a los ciudadanos y repartieron volantes con sus demandas. Sin interrumpir la circulación de los vehículos, los estudiantes escribieron consignas con pintura en aerosol en las que pedían la salida del secretario de Educación, José Luis González de la Vega Otero y en contra del gobernador del estado Zeferino Torreblanca Galindo, al que le piden más plazas para los egresados.
Después de 10 minutos, llegaron tres camiones y cuatro camionetas de la PFP, con efectivos de las fuerzas antimotines, que se formaron en valla para replegar la protesta. Al ver que llegaron los policías, los normalistas salieron de las casetas y suspendieron las pintas, mientras la valla de policías avanzaba hacia ellos en los carriles rumbo a Chilpancingo. Los estudiantes, la mayoría de ellos con el rostro cubierto, se carearon con los granaderos a unos 100 metros de distancia, les gritaron “gobierno represor, “sólo así puedes, por la fuerza” y mostraban su indefensión en caso de que fueran a dispararles, abriendo los brazos y mostrando el pecho. Los estudiantes llevaban petardos y cohetones amarrados a la cintura y habían incendiado conos de tránsito para quemarlos.
Los policías antimotines, con sus flamantes cascos y escudos, algunos todavía cubiertos con plástico, iniciaron el ataque con bombas de gases lacrimógenos, avanzaron y al ver que los estudiantes corrieron, los persiguieron y fue entonces cuando hicieron dos disparos al aire para tratar de inhibir su huída. Para escapar de la represión, los estudiantes se subieron a los autobuses en los que llegaron, otros corrieron por la autopista y el resto huyó hacia el cerro. Sin embargo, uno de los dos autobuses fue detenido por los agentes de la PFP, mientras que el otro se llevó a más de la mitad de los estudiantes.
En la conglomeración por tratar de subir a los autobuses se dio el accidente en el que el estudiante de Ayotzinapa, Óscar Cotino Molina sufrió la fractura de la rótula y la pérdida de tejido epidérmico al ser atropellado con la defensa de un autobús, cuando el chofer era presionado por los estudiantes para que avanzara. A pesar de las graves lesiones que tenía y cuando estaba tirado en el asfalto, los policías arremetieron contra él a golpes, patadas y toletazos. Al mismo tiempo golpeaban a muchos otros jóvenes que ya estaban sometidos.
En ese momento se detuvo el autobús y los policías bajaron a los estudiantes a golpes. Alcanzaron a 19, que fueron detenidos para llevárselos más tarde a la agencia del Ministerio Público federal de Acapulco. Uno de los estudiantes Jesús Luis Castillo Jiménez trató de correr y escapar de los policías, pero fue alcanzado y detenido con violencia por granaderos de la PFP y del Sector Caminos, lo golpearon y lo tiraron al suelo y varios minutos lo tuvieron tres policías pateándolo y pisándolo en la cabeza, brazos y piernas. Al tratar de tomar fotografías del hecho, los reporteros Pedro Pardo y Allan García de La Jornada y Jesús Trigo de El Sur fueron agredidos por los policías, quienes con violencia verbal y física trataron de impedir que documentaran el suceso.
A Allan García le accionaron un extinguidor en la cara, a Pedro Pardo lo intentaron inmovilizar sosteniéndolo entre dos policías y a Jesús Trigo lo golpearon en los brazos para que dejara de tomar fotos. Dos camiones y dos camionetas de la PFP continuaron por la Autopista del Sol hacia Chilpancingo en persecución del autobús en fuga, que fue detenido unos 10 kilómetros más adelante, según informó el titular de la comisaría de Sector Caminos Acapulco, Roberto Gabriel Lemus Sámano.
El funcionario federal negó que hubiera habido disparos por parte de sus subordinados y aseveró que las detonaciones pudieron tratarse de los cohetes y petardos que portaban los estudiantes. Agregó que los estudiantes fueron detenidos bajo los cargos de vandalismo y ataques a las vías federales de comunicación. En el sitio se detuvo a Jesús Luis Castillo Jiménez, Raúl González Pérez, Alejandro Lorenzo de la Cruz, Bernardo Cortés Pérez y Marcos Sánchez Cruz, además del estudiante herido y de otros 13 que estaban al interior del autobús. Paramédicos de la Cruz Roja trasladaron al estudiante con las piernas fracturadas Óscar Cotino Molina al hospital Santa Lucía en calidad de detenido. Los rescatistas aseguraron que el estado del herido era estable al momento de llevárselo, a las 12:15 del día.
El conductor de uno de los camiones de la compañía Estrella Blanca, Emilio Salgado Jiménez declaró que llevaba retenido por los estudiantes de Ayotzinapa desde el 17 de noviembre, y que el autobús había sido utilizado por los normalistas durante ese tiempo para trasladarse a sus movilizaciones. Unos 15 minutos después llegaron los dos camiones y las dos camionetas que habían interceptado el autobús en la autopista con unos 30 efectivos de la PFP, que tenían ya en su poder el autobús y a los estudiantes detenidos. A este grupo se agregaron los 19 estudiantes que habían sido detenidos en la caseta de La Venta, que después fueron trasladados al MP federal.
Jalándolos del cabello o de la ropa, con insultos y empujándolos, los policías subieron a los normalistas a los camiones de la PFP.Los policías, mientras apuraban a los jóvenes, y como había camarógrafos y fotógrafos, se burlaban: “ahora sí tápate la cara cabrón”, y ordenaban: “esas mochilas quítenselas, a la chingada”. Los estudiantes se acomodaban en el suelo del camión, mientras los policías los obligaban a mantener las manos en la nuca, y les quitaban sus mochilas y las revisaban. Al llegar a la agencia del Ministerio Público federal se colocaron vallas de granaderos en los dos accesos a la calle Mar Mediterráneo, porque esperaban, según se escuchó en sus conversaciones telefónicas y por radio, que integrantes del movimiento estudiantil de la Normal de Ayotzinapa llegarían para apoyar a los detenidos.
La agencia, en plena tarde de viernes en Acapulco, se convirtió en un búnker al que no se podía entrar. Muchos reporteros trataban de llegar hasta la agencia para obtener información, pero se les impidió el acceso. A las 3 de la tarde llegó al lugar el presidente del Comité Ejecutivo Municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Martín Hernández y el presidente de la comisión de Derechos Humanos de este partido, Fernando Terrazas Sánchez, quienes solicitaron una lista de los detenidos en la agencia federal e intercedieron para que se respetara su integridad y su dignidad y ver los canales para que los liberen.
“El informe que yo tengo es de que ellos ya se estaban retirando y al replegarse la policía los persiguió y los golpeó, entonces no es posible, ¿quién dio esta orden tan estúpida?, no sabemos quién está detrás de todo esto, pero nosotros lo único que reclamamos es que los jóvenes sean liberados”, declaró Martín Hernández.
Los normalistas se encuentran detenidos en la agencia del Ministerio Público federal en el fraccionamiento Las Anclas de Acapulco, donde fueron presentados por elementos de la PFP con base en una denuncia hecha por la administración de la caseta de La Venta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que acusa a los normalistas de destruir cámaras de vigilancia y conos de tránsito.
Ayer a las 11 de la mañana unos 80 estudiante y egresados de Ayotzinapa llegaron en dos autobuses a la caseta de cobro de La Venta, donde tomaron los seis carriles, sacaron a los cobradores de sus lugares, dejaron pasar a los automóviles sin pagar, pidieron cooperación voluntaria a los ciudadanos y repartieron volantes con sus demandas. Sin interrumpir la circulación de los vehículos, los estudiantes escribieron consignas con pintura en aerosol en las que pedían la salida del secretario de Educación, José Luis González de la Vega Otero y en contra del gobernador del estado Zeferino Torreblanca Galindo, al que le piden más plazas para los egresados.
Después de 10 minutos, llegaron tres camiones y cuatro camionetas de la PFP, con efectivos de las fuerzas antimotines, que se formaron en valla para replegar la protesta. Al ver que llegaron los policías, los normalistas salieron de las casetas y suspendieron las pintas, mientras la valla de policías avanzaba hacia ellos en los carriles rumbo a Chilpancingo. Los estudiantes, la mayoría de ellos con el rostro cubierto, se carearon con los granaderos a unos 100 metros de distancia, les gritaron “gobierno represor, “sólo así puedes, por la fuerza” y mostraban su indefensión en caso de que fueran a dispararles, abriendo los brazos y mostrando el pecho. Los estudiantes llevaban petardos y cohetones amarrados a la cintura y habían incendiado conos de tránsito para quemarlos.
Los policías antimotines, con sus flamantes cascos y escudos, algunos todavía cubiertos con plástico, iniciaron el ataque con bombas de gases lacrimógenos, avanzaron y al ver que los estudiantes corrieron, los persiguieron y fue entonces cuando hicieron dos disparos al aire para tratar de inhibir su huída. Para escapar de la represión, los estudiantes se subieron a los autobuses en los que llegaron, otros corrieron por la autopista y el resto huyó hacia el cerro. Sin embargo, uno de los dos autobuses fue detenido por los agentes de la PFP, mientras que el otro se llevó a más de la mitad de los estudiantes.
En la conglomeración por tratar de subir a los autobuses se dio el accidente en el que el estudiante de Ayotzinapa, Óscar Cotino Molina sufrió la fractura de la rótula y la pérdida de tejido epidérmico al ser atropellado con la defensa de un autobús, cuando el chofer era presionado por los estudiantes para que avanzara. A pesar de las graves lesiones que tenía y cuando estaba tirado en el asfalto, los policías arremetieron contra él a golpes, patadas y toletazos. Al mismo tiempo golpeaban a muchos otros jóvenes que ya estaban sometidos.
En ese momento se detuvo el autobús y los policías bajaron a los estudiantes a golpes. Alcanzaron a 19, que fueron detenidos para llevárselos más tarde a la agencia del Ministerio Público federal de Acapulco. Uno de los estudiantes Jesús Luis Castillo Jiménez trató de correr y escapar de los policías, pero fue alcanzado y detenido con violencia por granaderos de la PFP y del Sector Caminos, lo golpearon y lo tiraron al suelo y varios minutos lo tuvieron tres policías pateándolo y pisándolo en la cabeza, brazos y piernas. Al tratar de tomar fotografías del hecho, los reporteros Pedro Pardo y Allan García de La Jornada y Jesús Trigo de El Sur fueron agredidos por los policías, quienes con violencia verbal y física trataron de impedir que documentaran el suceso.
A Allan García le accionaron un extinguidor en la cara, a Pedro Pardo lo intentaron inmovilizar sosteniéndolo entre dos policías y a Jesús Trigo lo golpearon en los brazos para que dejara de tomar fotos. Dos camiones y dos camionetas de la PFP continuaron por la Autopista del Sol hacia Chilpancingo en persecución del autobús en fuga, que fue detenido unos 10 kilómetros más adelante, según informó el titular de la comisaría de Sector Caminos Acapulco, Roberto Gabriel Lemus Sámano.
El funcionario federal negó que hubiera habido disparos por parte de sus subordinados y aseveró que las detonaciones pudieron tratarse de los cohetes y petardos que portaban los estudiantes. Agregó que los estudiantes fueron detenidos bajo los cargos de vandalismo y ataques a las vías federales de comunicación. En el sitio se detuvo a Jesús Luis Castillo Jiménez, Raúl González Pérez, Alejandro Lorenzo de la Cruz, Bernardo Cortés Pérez y Marcos Sánchez Cruz, además del estudiante herido y de otros 13 que estaban al interior del autobús. Paramédicos de la Cruz Roja trasladaron al estudiante con las piernas fracturadas Óscar Cotino Molina al hospital Santa Lucía en calidad de detenido. Los rescatistas aseguraron que el estado del herido era estable al momento de llevárselo, a las 12:15 del día.
El conductor de uno de los camiones de la compañía Estrella Blanca, Emilio Salgado Jiménez declaró que llevaba retenido por los estudiantes de Ayotzinapa desde el 17 de noviembre, y que el autobús había sido utilizado por los normalistas durante ese tiempo para trasladarse a sus movilizaciones. Unos 15 minutos después llegaron los dos camiones y las dos camionetas que habían interceptado el autobús en la autopista con unos 30 efectivos de la PFP, que tenían ya en su poder el autobús y a los estudiantes detenidos. A este grupo se agregaron los 19 estudiantes que habían sido detenidos en la caseta de La Venta, que después fueron trasladados al MP federal.
Jalándolos del cabello o de la ropa, con insultos y empujándolos, los policías subieron a los normalistas a los camiones de la PFP.Los policías, mientras apuraban a los jóvenes, y como había camarógrafos y fotógrafos, se burlaban: “ahora sí tápate la cara cabrón”, y ordenaban: “esas mochilas quítenselas, a la chingada”. Los estudiantes se acomodaban en el suelo del camión, mientras los policías los obligaban a mantener las manos en la nuca, y les quitaban sus mochilas y las revisaban. Al llegar a la agencia del Ministerio Público federal se colocaron vallas de granaderos en los dos accesos a la calle Mar Mediterráneo, porque esperaban, según se escuchó en sus conversaciones telefónicas y por radio, que integrantes del movimiento estudiantil de la Normal de Ayotzinapa llegarían para apoyar a los detenidos.
La agencia, en plena tarde de viernes en Acapulco, se convirtió en un búnker al que no se podía entrar. Muchos reporteros trataban de llegar hasta la agencia para obtener información, pero se les impidió el acceso. A las 3 de la tarde llegó al lugar el presidente del Comité Ejecutivo Municipal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Martín Hernández y el presidente de la comisión de Derechos Humanos de este partido, Fernando Terrazas Sánchez, quienes solicitaron una lista de los detenidos en la agencia federal e intercedieron para que se respetara su integridad y su dignidad y ver los canales para que los liberen.
“El informe que yo tengo es de que ellos ya se estaban retirando y al replegarse la policía los persiguió y los golpeó, entonces no es posible, ¿quién dio esta orden tan estúpida?, no sabemos quién está detrás de todo esto, pero nosotros lo único que reclamamos es que los jóvenes sean liberados”, declaró Martín Hernández.
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