José Vilchis Guerrero
jvilchis1@yahoo.com
* Estados Unidos no necesita del TLCAN para hacer lo que quiere: Noemí Levy * El gobierno reza para que no haya recesión * Los legisladores deben impulsar las salvaguardas y la OMC: Basave * Organizar a la sociedad para enfrentar los retos de 2008
México debería recuperar independencia económica frente a Estados Unidos para poder negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó Noemí Levy, investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, para despejar la cuestión de cuáles serían las consecuencias económicas de no revisar el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá y si habría una catástrofe al seguir perdiendo empleos en nuestro país.
“Las habilidades de negociación dependen de las personas que lo hagan. Peor no le puede ir a México. La distribución del ingreso empeoró, no hay buenos empleos; el gobierno reza para que no haya recesión. Estados Unidos no necesita tratado para hacer lo que quiere. Nuestro país debería volver a la relativa independencia con Estados Unidos no alineándose tanto con dicho país.
Los famosos deseos de navidad y año nuevo que tendrían canadienses y estadunidenses para modificar el TLCAN nadie los conoce. Está raro. También causa extrañeza el hecho de que no se han utilizado por el gobierno mexicano los mecanismos que incluye el TLCAN para defenderse en caso de que sus socios incumplan, como ya ocurrió en los 90 cuando cerraron las fronteras a productos mexicanos. “Parecería que hay mecanismo de revisión cuando hay perjuicios grandes”.
¿Hay negociadores capacitados para establecer los contactos para su revisión o de plano falta voluntad política para defender los intereses de los campesinos mexicanos?
—Gente capaz hay mucha, el problema es la voluntad política.
Por otra parte, la llegada de 2008 significó intranquilidad para los productores del campo, al iniciarse la apertura del capítulo agropecuario del TLCAN.
La doctora Noemí Levy evaluó la situación que se plantea con esta nueva realidad en la que los hombres del campo son abandonados a su suerte.
“Obviamente, la entrada en vigor del TLCAN no fue benéfica para los campesinos que se dedican a las actividades tradicionales del campo, eso se refleja en la gran migración de campesinos a Estados Unidos y, en general, a las ciudades.
“Debe resaltarse que el gobierno aduce que hubo une mejoría en la cuenta corriente de la agricultura, lo cual es cierto, pero se olvidan mencionar que eso fue aprovechado por un grupo reducido de agricultores, ligados a la siembra y cosecha de frutas y verduras que se exportan a Estados Unidos y están ligados a agroexportadores que fueron beneficiarios de importantes subsidios a la producción”.
Otro elemento clave que aduce el gobierno –y es parcialmente cierto– está relacionado a la entrega de subsidios a los campesinos. Efectivamente a través de los diferentes programas sociales se entregó dinero a las familias para que incrementen su nivel de vida.
Sin embargo, señaló, no hubo apoyo a las mayorías para mejorar la productividad del campo, se desmantelan los centros de investigación ligados a esta actividad y se pretende que los campesinos sin recursos tecnológicos ni técnicos sean capaces de competir con los agricultores de Estados Unidos.
A pregunta específica, dijo que el incremento del precio del maíz amarillo no será benéfico para los productores mexicanos porque jamás tendrán los bajos costos de producción estadunidenses y habrá un aumento del precio que se transformará en una reducción del poder adquisitivo de las clases de bajos ingresos que consumen gran cantidad de estos alimentos.
Explica cómo los dos países del norte prevalecieron en sus intereses a la firma del tratado comercial en 1993, en el que por un lado pugnan por la apertura de las economías al libre mercado y por el otro subsidian con suficientes recursos a sus productores.
“Hay lógicas naturales. Estados Unidos, y en menor medida Canadá, tienen suficiente fuerza para imponer condiciones a los demás países que no son aceptadas al interior de sus economías. Los políticos estadunidenses consideran el abastecimiento de alimentos un problema de seguridad nacional; si no cumplen a sus electores sus demandas, simplemente perderán su apoyo”.
Más desventajas para los mexicanos
México por otro lado, agregó, es un país (por sus líderes) históricamente dependiente que está dispuesto a plegarse a las decisiones de los países industriales, especialmente si depende de ellos.
“De tantos ejemplos que se puedan dar al respecto, sólo menciono uno: El trato de los trabajadores mexicanos. Si en México se maltrata, asesina o perjudica a ciudadanos de países industrializados hay fuertes protestas a las que México debe responder sin demora para evitar sanciones. Pero en caso contrario esto no ha sido posible hasta ahora: México no defiende igual a sus ciudadanos maltratados en otros países.
“Éste es un caso semejante. Si un producto mexicano tiene bajos costos y compite con bienes producidos en dichas economías simplemente se inventa alguna razón (fitosanitaria para el aguacate y maltrato a delfines en el caso del atún) y se cierran fronteras”.
Simplemente, agregó, a pocos gobiernos se les ocurre entrar en tratados comerciales entre naciones tan desiguales como la de México y Estados Unidos y depender casi completamente del comercio con dichas naciones (80%). “Eso sólo se les ocurre a los mexicanos entrenados en Estados Unidos (Carlos Salinas y Ernesto Zedillo) o los que se sienten estadunidenses (Vicente Fox) o los que quieren ser correctos, como el actual titular del Ejecutivo”.
¿Cuál es el campo exitoso del que habla el gobierno y cuál es el que está en ruinas y genera cerca de medio millón de migrantes que se van detrás del sueño americano?
—Los sembradíos relacionados a las exportaciones han prosperado aunque con ayuda del gobierno para ser competitivos, pero los campesinos que están relacionados con granos básicos prefieren no sembrar, dedicándose al autoconsumo y ni esa actividad tiene éxito cuando hay trastornos climáticos.
Las consecuencias de la apertura de las fronteras al maíz, frijol, azúcar y leche en polvo si el gobierno mexicano se negara a promover una revisión del tratado comercial, serían que exista competencia desleal, bajen costos, más campesinos dejen de producir y que se incremente la dependencia de Estados Unidos en alimentos básicos. Y pónganse a rezar si hay devaluación. Ni eso ayudará.
La sociedad tendrá que actuar
Frente al panorama que se visualiza para 2008, en el que se resienten ya las alzas de precios como una consecuencia del gasolinazo que patrocinaron a finales de 2007 los legisladores en San Lázaro, y el gobierno federal se ha mostrado complaciente ante los abusos de comerciantes, surge la inconformidad de grupos sociales, sobre todo del campo, por la apertura comercial al maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, provenientes de Estados Unidos y Canadá por la entrada en vigor del capítulo agropecuario del TLCAN.
Para Agustín Basave, al frente de la Comisión Ejecutiva de Negociación de Acuerdos del Congreso de la Unión (Cenca), la sociedad mexicana tendrá que organizarse para enfrentar estos retos que se le presentan en 2008, sobre todo con organizaciones de oposición al gobierno.
Y definió las formas en que deberán actuar la izquierda y los grupos sociales: “Con la defensa de los intereses de los que menos tienen, con propuestas alternativas de políticas públicas que protejan a los campesinos y a los grupos urbanos marginados y con una buena estrategia de comunicación social que permita a la sociedad darse cuenta de que la izquierda no sólo protesta sino que también ofrece soluciones”.
En entrevista con Forum, Basave interpretó el aval de los legisladores para el aumento al precio de las gasolinas y los que se produjeron enseguida sin justificación, con la ausencia casi total de las autoridades, porque no hubo de por medio una intervención de la Secretaría de Economía para frenar los abusos de comerciantes e intermediarios. Y en contraparte, la Secretaría del Trabajo patrocinó el incremento del minisalario en la cantidad de dos pesos.
“Fue la visión imperante de que hay que dejar al mercado fijar los precios y usar al Estado para frenar los salarios”, afirmó Basave.
¿Qué responsabilidad tienen los legisladores frente a los conflictos planteados por los campesinos en la demanda al presidente Felipe Calderón para que se revise el TLCAN? ¿Deberían sumarse a la inconformidad de los hombres del campo y gestionar lo necesario ante la Presidencia de la República?
—Los legisladores deben impulsar las opciones previas a la renegociación del TLCAN: las salvaguardas y la OMC (Organización Mundial de Comercio).
¿Cómo ves que desde el gobierno –léase Instituto Nacional de Migración– se permite el mal trato a los trabajadores indocumentados provenientes de América Central y Sudamérica y las autoridades de Relaciones Exteriores abandonan a su suerte a los mexicanos que trabajan y viven en Estados Unidos?
—Esa situación debe corregirse. En los primeros días de enero de 2008 se difundió una investigación (Milenio Semanal) en torno al tráfico protegido de cubanos y centroamericanos en la que se hace notar que de 2003 a 2007 creció en 134 por ciento cada año. Desde entonces, se señala, han ingresado a México casi 14 mil cubanos “burlando” los controles migratorios. Pero lo que sobresalió fue el fortalecimiento del negocio de los polleros que cobran cerca de 10 mil dólares por internar a nuestro país entre siete y ocho al día y posteriormente conducirlos a Estados Unidos.
Así, el mercado de la trata de cubanos genera unos 30 millones de dólares al año sin que se salve de los señalamientos de estar involucrada la entonces comisionada del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, y de ser aliada de cubanos anticastristas que abandonan la isla.
Se hace mención a la violencia asociada al tráfico de indocumentados y centroamericanos a través de Cancún, Quintana Roo, que es calificada en el informe Evaluación de las amenazas en 2008, del National Drug Inteligence Center, división de inteligencia estratégica del Departamento de Justicia de Estados Unidos, como “una nueva modalidad de la delincuencia internacional organizada, que es una variante del narcotráfico, junto con la trata de blancas y el contrabando de armas para los grupos subversivos en países latinoamericanos”.
El documento fue entregado al gobierno de México como una advertencia del “grave riesgo para la seguridad nacional en ambos países”, cuando en las fronteras de México y Estados Unidos y, por el otro lado, Belice y Guatemala, aparecieron desde 2006 conflictos entre organizaciones rivales del tráfico de indocumentados y las agresiones, secuestros y toma de rehenes atribuidos a este conflicto aumentaron en Estados Unidos, especialmente en Tucson y Phoenix, Arizona.
La corrupción, ahí está
Otra tragedia heredada del foxismo fue el incremento del contrabando “documentado”, aquel que entra al país con la autorización de las autoridades aduanales, con el aval que provenía de las altas esferas y que propició, en algún momento, la quiebra de la industria nacional. Agustín Basave expresó su opinión respecto a las quejas que se suscitaron contra la Dirección General de Aduanas, donde permiten el paso a toda mercancía que venga del extranjero y la Secretaría de Salud no impide la entrada de medicamentos que en otros países son peligrosos o están prohibidos:
“Hay dos problemas: por un lado la corrupción y por otro la falta de una política industrial que, más que cerrar fronteras, planee y apoye a nuestras industrias para encarar exitosamente la competencia comercial”, concluyó Basave.
jvilchis1@yahoo.com
* Estados Unidos no necesita del TLCAN para hacer lo que quiere: Noemí Levy * El gobierno reza para que no haya recesión * Los legisladores deben impulsar las salvaguardas y la OMC: Basave * Organizar a la sociedad para enfrentar los retos de 2008
México debería recuperar independencia económica frente a Estados Unidos para poder negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirmó Noemí Levy, investigadora de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, para despejar la cuestión de cuáles serían las consecuencias económicas de no revisar el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá y si habría una catástrofe al seguir perdiendo empleos en nuestro país.
“Las habilidades de negociación dependen de las personas que lo hagan. Peor no le puede ir a México. La distribución del ingreso empeoró, no hay buenos empleos; el gobierno reza para que no haya recesión. Estados Unidos no necesita tratado para hacer lo que quiere. Nuestro país debería volver a la relativa independencia con Estados Unidos no alineándose tanto con dicho país.
Los famosos deseos de navidad y año nuevo que tendrían canadienses y estadunidenses para modificar el TLCAN nadie los conoce. Está raro. También causa extrañeza el hecho de que no se han utilizado por el gobierno mexicano los mecanismos que incluye el TLCAN para defenderse en caso de que sus socios incumplan, como ya ocurrió en los 90 cuando cerraron las fronteras a productos mexicanos. “Parecería que hay mecanismo de revisión cuando hay perjuicios grandes”.
¿Hay negociadores capacitados para establecer los contactos para su revisión o de plano falta voluntad política para defender los intereses de los campesinos mexicanos?
—Gente capaz hay mucha, el problema es la voluntad política.
Por otra parte, la llegada de 2008 significó intranquilidad para los productores del campo, al iniciarse la apertura del capítulo agropecuario del TLCAN.
La doctora Noemí Levy evaluó la situación que se plantea con esta nueva realidad en la que los hombres del campo son abandonados a su suerte.
“Obviamente, la entrada en vigor del TLCAN no fue benéfica para los campesinos que se dedican a las actividades tradicionales del campo, eso se refleja en la gran migración de campesinos a Estados Unidos y, en general, a las ciudades.
“Debe resaltarse que el gobierno aduce que hubo une mejoría en la cuenta corriente de la agricultura, lo cual es cierto, pero se olvidan mencionar que eso fue aprovechado por un grupo reducido de agricultores, ligados a la siembra y cosecha de frutas y verduras que se exportan a Estados Unidos y están ligados a agroexportadores que fueron beneficiarios de importantes subsidios a la producción”.
Otro elemento clave que aduce el gobierno –y es parcialmente cierto– está relacionado a la entrega de subsidios a los campesinos. Efectivamente a través de los diferentes programas sociales se entregó dinero a las familias para que incrementen su nivel de vida.
Sin embargo, señaló, no hubo apoyo a las mayorías para mejorar la productividad del campo, se desmantelan los centros de investigación ligados a esta actividad y se pretende que los campesinos sin recursos tecnológicos ni técnicos sean capaces de competir con los agricultores de Estados Unidos.
A pregunta específica, dijo que el incremento del precio del maíz amarillo no será benéfico para los productores mexicanos porque jamás tendrán los bajos costos de producción estadunidenses y habrá un aumento del precio que se transformará en una reducción del poder adquisitivo de las clases de bajos ingresos que consumen gran cantidad de estos alimentos.
Explica cómo los dos países del norte prevalecieron en sus intereses a la firma del tratado comercial en 1993, en el que por un lado pugnan por la apertura de las economías al libre mercado y por el otro subsidian con suficientes recursos a sus productores.
“Hay lógicas naturales. Estados Unidos, y en menor medida Canadá, tienen suficiente fuerza para imponer condiciones a los demás países que no son aceptadas al interior de sus economías. Los políticos estadunidenses consideran el abastecimiento de alimentos un problema de seguridad nacional; si no cumplen a sus electores sus demandas, simplemente perderán su apoyo”.
Más desventajas para los mexicanos
México por otro lado, agregó, es un país (por sus líderes) históricamente dependiente que está dispuesto a plegarse a las decisiones de los países industriales, especialmente si depende de ellos.
“De tantos ejemplos que se puedan dar al respecto, sólo menciono uno: El trato de los trabajadores mexicanos. Si en México se maltrata, asesina o perjudica a ciudadanos de países industrializados hay fuertes protestas a las que México debe responder sin demora para evitar sanciones. Pero en caso contrario esto no ha sido posible hasta ahora: México no defiende igual a sus ciudadanos maltratados en otros países.
“Éste es un caso semejante. Si un producto mexicano tiene bajos costos y compite con bienes producidos en dichas economías simplemente se inventa alguna razón (fitosanitaria para el aguacate y maltrato a delfines en el caso del atún) y se cierran fronteras”.
Simplemente, agregó, a pocos gobiernos se les ocurre entrar en tratados comerciales entre naciones tan desiguales como la de México y Estados Unidos y depender casi completamente del comercio con dichas naciones (80%). “Eso sólo se les ocurre a los mexicanos entrenados en Estados Unidos (Carlos Salinas y Ernesto Zedillo) o los que se sienten estadunidenses (Vicente Fox) o los que quieren ser correctos, como el actual titular del Ejecutivo”.
¿Cuál es el campo exitoso del que habla el gobierno y cuál es el que está en ruinas y genera cerca de medio millón de migrantes que se van detrás del sueño americano?
—Los sembradíos relacionados a las exportaciones han prosperado aunque con ayuda del gobierno para ser competitivos, pero los campesinos que están relacionados con granos básicos prefieren no sembrar, dedicándose al autoconsumo y ni esa actividad tiene éxito cuando hay trastornos climáticos.
Las consecuencias de la apertura de las fronteras al maíz, frijol, azúcar y leche en polvo si el gobierno mexicano se negara a promover una revisión del tratado comercial, serían que exista competencia desleal, bajen costos, más campesinos dejen de producir y que se incremente la dependencia de Estados Unidos en alimentos básicos. Y pónganse a rezar si hay devaluación. Ni eso ayudará.
La sociedad tendrá que actuar
Frente al panorama que se visualiza para 2008, en el que se resienten ya las alzas de precios como una consecuencia del gasolinazo que patrocinaron a finales de 2007 los legisladores en San Lázaro, y el gobierno federal se ha mostrado complaciente ante los abusos de comerciantes, surge la inconformidad de grupos sociales, sobre todo del campo, por la apertura comercial al maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, provenientes de Estados Unidos y Canadá por la entrada en vigor del capítulo agropecuario del TLCAN.
Para Agustín Basave, al frente de la Comisión Ejecutiva de Negociación de Acuerdos del Congreso de la Unión (Cenca), la sociedad mexicana tendrá que organizarse para enfrentar estos retos que se le presentan en 2008, sobre todo con organizaciones de oposición al gobierno.
Y definió las formas en que deberán actuar la izquierda y los grupos sociales: “Con la defensa de los intereses de los que menos tienen, con propuestas alternativas de políticas públicas que protejan a los campesinos y a los grupos urbanos marginados y con una buena estrategia de comunicación social que permita a la sociedad darse cuenta de que la izquierda no sólo protesta sino que también ofrece soluciones”.
En entrevista con Forum, Basave interpretó el aval de los legisladores para el aumento al precio de las gasolinas y los que se produjeron enseguida sin justificación, con la ausencia casi total de las autoridades, porque no hubo de por medio una intervención de la Secretaría de Economía para frenar los abusos de comerciantes e intermediarios. Y en contraparte, la Secretaría del Trabajo patrocinó el incremento del minisalario en la cantidad de dos pesos.
“Fue la visión imperante de que hay que dejar al mercado fijar los precios y usar al Estado para frenar los salarios”, afirmó Basave.
¿Qué responsabilidad tienen los legisladores frente a los conflictos planteados por los campesinos en la demanda al presidente Felipe Calderón para que se revise el TLCAN? ¿Deberían sumarse a la inconformidad de los hombres del campo y gestionar lo necesario ante la Presidencia de la República?
—Los legisladores deben impulsar las opciones previas a la renegociación del TLCAN: las salvaguardas y la OMC (Organización Mundial de Comercio).
¿Cómo ves que desde el gobierno –léase Instituto Nacional de Migración– se permite el mal trato a los trabajadores indocumentados provenientes de América Central y Sudamérica y las autoridades de Relaciones Exteriores abandonan a su suerte a los mexicanos que trabajan y viven en Estados Unidos?
—Esa situación debe corregirse. En los primeros días de enero de 2008 se difundió una investigación (Milenio Semanal) en torno al tráfico protegido de cubanos y centroamericanos en la que se hace notar que de 2003 a 2007 creció en 134 por ciento cada año. Desde entonces, se señala, han ingresado a México casi 14 mil cubanos “burlando” los controles migratorios. Pero lo que sobresalió fue el fortalecimiento del negocio de los polleros que cobran cerca de 10 mil dólares por internar a nuestro país entre siete y ocho al día y posteriormente conducirlos a Estados Unidos.
Así, el mercado de la trata de cubanos genera unos 30 millones de dólares al año sin que se salve de los señalamientos de estar involucrada la entonces comisionada del Instituto Nacional de Migración, Cecilia Romero, y de ser aliada de cubanos anticastristas que abandonan la isla.
Se hace mención a la violencia asociada al tráfico de indocumentados y centroamericanos a través de Cancún, Quintana Roo, que es calificada en el informe Evaluación de las amenazas en 2008, del National Drug Inteligence Center, división de inteligencia estratégica del Departamento de Justicia de Estados Unidos, como “una nueva modalidad de la delincuencia internacional organizada, que es una variante del narcotráfico, junto con la trata de blancas y el contrabando de armas para los grupos subversivos en países latinoamericanos”.
El documento fue entregado al gobierno de México como una advertencia del “grave riesgo para la seguridad nacional en ambos países”, cuando en las fronteras de México y Estados Unidos y, por el otro lado, Belice y Guatemala, aparecieron desde 2006 conflictos entre organizaciones rivales del tráfico de indocumentados y las agresiones, secuestros y toma de rehenes atribuidos a este conflicto aumentaron en Estados Unidos, especialmente en Tucson y Phoenix, Arizona.
La corrupción, ahí está
Otra tragedia heredada del foxismo fue el incremento del contrabando “documentado”, aquel que entra al país con la autorización de las autoridades aduanales, con el aval que provenía de las altas esferas y que propició, en algún momento, la quiebra de la industria nacional. Agustín Basave expresó su opinión respecto a las quejas que se suscitaron contra la Dirección General de Aduanas, donde permiten el paso a toda mercancía que venga del extranjero y la Secretaría de Salud no impide la entrada de medicamentos que en otros países son peligrosos o están prohibidos:
“Hay dos problemas: por un lado la corrupción y por otro la falta de una política industrial que, más que cerrar fronteras, planee y apoye a nuestras industrias para encarar exitosamente la competencia comercial”, concluyó Basave.
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