Pedro Echeverría V.
1. Anoche, bajo pertinaz lluvia, unos mil obreros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) rodeaban el campamento en el que unos 25 obreros hacían huelga de hambre encabezados por Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra con alrededor de 90 días sin probar alimento sólido. Pude hablar con una decena de obreros que esperaban el desenlace fatal o algún arreglo de sus dirigentes y la secretaría de Gobernación que en ese momento negociaban. Debo decir que la mayoría de los obreros tenían un "ojalá" ("dios quiera") en sus labios, a pesar de que el gobierno de Calderón los ha tratado con la "punta del pie" mediante declaraciones retándolos desde octubre pasado que fueron expulsados del trabajo 44 mil electricistas. Dijo siempre retadoramente el gobierno: "Hagan lo que quieran o muéranse quien se muera, el gobierno no dará ningún paso atrás porque somos firmes en nuestras decisiones".
2. Pero los dirigentes electricistas y todos sus seguidores, como "corderos de dios", no dejaron en momento alguno de confiar en el gobierno de Calderón, aunque en algunas ocasiones se expresaran mal del secretario del Trabajo. Hoy en la madrugada autoridades y dirigentes firmaron un acuerdo en el que los electricistas depositaron su confianza en el gobierno y por cuarta ocasión levantaron protestas y huelgas sin tener nada concreto en la mano. Yo digo que ya se los "clavaron" como siempre, pero ésta puede ser la definitiva. Sin embargo durante la mañana, aproximadamente a las 10, comenzó a desmantelarse el campamente después de enterarme que desde la madrugada se llevaron al hospital a los huelguistas. Si les resuelven todas las peticiones que hicieron huelguistas y dirigentes, entonces habría que pensar que el gobierno de Calderón -el que ha sumido al país en la miseria y la opresión- es muy bueno.
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2. Pero los dirigentes electricistas y todos sus seguidores, como "corderos de dios", no dejaron en momento alguno de confiar en el gobierno de Calderón, aunque en algunas ocasiones se expresaran mal del secretario del Trabajo. Hoy en la madrugada autoridades y dirigentes firmaron un acuerdo en el que los electricistas depositaron su confianza en el gobierno y por cuarta ocasión levantaron protestas y huelgas sin tener nada concreto en la mano. Yo digo que ya se los "clavaron" como siempre, pero ésta puede ser la definitiva. Sin embargo durante la mañana, aproximadamente a las 10, comenzó a desmantelarse el campamente después de enterarme que desde la madrugada se llevaron al hospital a los huelguistas. Si les resuelven todas las peticiones que hicieron huelguistas y dirigentes, entonces habría que pensar que el gobierno de Calderón -el que ha sumido al país en la miseria y la opresión- es muy bueno.
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