De nuestro correo personal :
MAFIAS, MARAS Y ESTADO lunes, marzo 05, 2007
Lo que se esconde detrás de las maras.
La mafia y el desborde se apoderan de Guatemala y el continente.
Precariedad teórica y empírica.
La existencia de las maras y su potencialidad en los países de centroamericana se debe a la insuficiencia de información y análisis de los cientistas sociales.
Conflictos teóricos que se suman a la precariedad de argumentos empíricos y a la resistencia que anteponen al momento de refutar sus propias hipótesis.
Además, claro está, de la incompetencia de las autoridades gubernamentales en sus programas de seguridad.
Sucede que aún, varios sociólogos o especialistas en violencia e inseguridad, sostienen que las maras son un fenómeno emergente de la pobreza y la exclusión social.
De ello se aferran los gobiernos y así se pierde la verdadera génesis del conflicto.
En realidad, y tal como se estudia en el blog, esa afirmación es reduccionista y por ende, banaliza la problemática.
Estructura de maras
Es decir, la cantidad de crónicas que se publican a diario sobre diversos episodios de violencia e inseguridad revelan un cambio en el estado de situación del continente.
Un cambio que se produce en materia de tecnología, logística e industria de armas.
Una estructura e infraestructura de difícil acceso para aquellas pandillas que sí son producto del pauperismo y la relegación del sistema.
No en cambio para las maras propiamente dichas.
Maras, que conforman una mafia.
La mafia del tráfico de drogas aunque también, la mafia del Estado.
Sobre todo, si se considera que las maras, además tener una íntima relación con los ex integrantes de ejércitos de elite y ejércitos mismos, también se vinculan con la ex contrainsurgencia, ex mercenarios.
Guatemala brutal:
Asesinato mafioso
Tanto es así, que algunas semanas atrás, el crimen de tres legisladores conmocionaba a la región. Fundamentalmente, a Guatemala.
País en el cual sucedió el brutal hecho.
Tres diputados salvadoreños que asistían a la sesión plenaria del Parlamento Centroamericano fueron asesinados y quemados luego de ser secuestrados por un grupo de élite encabezado por el jefe de la Unidad contra el Crimen Organizado.
Pues observamos entonces, como la mafia se encuentra dentro del Estado y como la seguridad de Guatemala se encuentran en jaque.
De ahí, que pueda comprenderse, entre otras cosas, el por qué en dicho país solo se resuelve el 2% de los asesinatos.
Ahora bien, sobre éste hecho, una fuente especializada en segurida cuenta y deduce que:
“(…)
el padre de uno de los diputados salvadoreños asesinados, el mayor Roberto Dabuisson, estaba muy ligado a la contrainsurgencia, y probablemente su aparato financiero estuviese involucrado en cosas raras.”
El narcotráfico
De seguir por esta línea, Guatemala se convertirá en rehén del narcotráfico.
Porque toda el círculo de inseguridad que envuelve al país pone en cuestionamiento el orden social establecido y la credibilidad del gobierno de Oscar Berger.
Un gobierno que de no replantearse su forma de operar así como a sus funcionarios, invitarán a que el país se vaya paulatinamente colombianizando.
Por lo menos, así lo estiman “expertos y el Departamento de Estado norteamericano.”
(Diario El País; Guatemala se 'colombianiza')
Recordemos que Guatemala es un punto primordial de la ruta del narcotráfico que llega a los Estados Unidos.
México y Colombia
Colombia y México representan un intenso estado de terror.
Entre los narcos de ambos países, existe una vieja relación.
En un principio, los colombianos eran los jefes, ahora, los que digitan el accionar, son los mexicanos.
En México, muchos de los jefes de los cárteles son ex policías o militares.
Caso Cárdenas.
Mientras en Colombia, al principio, eran hacendados venidos a menos o personas muy pobres. Como es el caso de Rodríguez Gacha, Escobar. Personas que se transforman en narcos.
Algunos son criminales netos y natos, otros, en cambio (los colombianos) son una mezcla de Robin Hood con criminales transformados en políticos.
Según fuentes especializadas, los principales líderes del narcotráfico en México son:
Joaquín “El Chapo” Guzmán, Juan José Esparragoza “El Azul”, Ignacio Coronel, Arturo Beltrán Leyva e Ismael “El Mayo” Zambada.
Sin descartar a los cárteles de Tijuana de los hermanos Arellano Félix y del Golfo que encabeza el ya mencionado Osiél Cárdenas.
Quien desde la prisión mantiene el control sobre Los Zetas, formado originalmente por desertores de las fuerzas especiales del Ejército Mexicano y que reclutaron tropas de élite integradas por los Kaibiles de Guatemala, y maras centroamericana, especialmente, M13.
Por otra parte, según fuentes de inteligencia de Estados Unidos y México, los Zetas volvieron a arraigarse en Nuevo Laredo, Tamaulipas, controlando el movimiento de personas.
Para ello, utilizan espías, puntos de revisión y tecnología.
Por las rutas de distribución de la droga, Los Zetas, están en guerra con miembros del grupo rival de Sinaloa.
En Colombia, mientras tanto, desde hace más de cuarenta años existe una guerra interna.
Sus protagonistas son;
el Estado Colombiano, las Guerrillas Marxistas y los “paramilitares.”
Los intereses del narco intensificaron la dinámica de la guerra interna, tomando así, dimensiones internacionales.
En Bogotá, por ejemplo, existe un total de 803 pandillas integradas por 12 mil armados.
Mayoritariamente se concentran en las zonas más populares del sur de la ciudad.
Allí, tanto paramilitares como guerrilleros se disputan el control regional y el paso hacia otras ciudades.
Durante la década del ‘90 estas pandillas crecieron notablemente.
"En 1994 eran 107 (pandillas), en el 2003 existían 691 y hoy son 803"
Las mismas, participan del complejo problema del narcotráfico en el país.
Desde los años setenta, Colombia es el principal país productor y exportador de hoja de coca, pasta base y cocaína en el mundo.
“Para algunos especialistas la economía colombiana misma depende ya en cierta medida de los ingresos del narcotráfico, en especial las cuentas externas.
Los carteles de la droga se han fortalecido porque han logrado infiltrarse en la estructura política del país.”
Para una parte de la juventud e incluso, de la población en general, los narco, son héroes.
En síntesis, el narcotráfico puede ser visto como un sistema de difícil acceso.
Es decir, ingresar en la verdadera complejidad de la red narcótica no es para cualquiera.
El narcotraficante propiamente dicho posee una capacidad mental diferente.
Modos de operación que aparecen como irreductibles y un trabajo de inteligencia, aunque para daño social, que suele ser impecable.
Por lo tanto, el narcotráfico puede ser pensado como un sistema que se auto regula, auto genera y auto sostiene.
En términos de Niklas Luhmann -con la adaptación propia al caso- sería un sistema autopoiético.
Sistema cerrado en dónde la acción es importante y la comunicación primordial.
No obstante, la lucha contra el narcotráfico en Colombia ha terminado fortaleciendo a los carteles mexicanos y alimentando el surgimiento de los grupos locales. (Op. cit)
Mafias de Estado
“Las mafias se han infiltrado fácilmente en las nuevas instituciones de seguridad quizás porque no las habían abandonado del todo.
"El germen de lo que estamos cosechando está en la contrainsurgencia", dice Héctor Rosada.
"Durante la guerra, esas estructuras actuaban de forma paralela, alimentándose de la corrupción y la impunidad.
Con la llegada de la paz, se van metiendo en el crimen organizado".”
(Op. cit)
Bajo estas características, la sociedad guatemalteca debe movilizarse.
Ser el reflejo de lo que son y lo que tal vez serán, otras sociedades del continente americano que se encuentran atrapadas en las redes de las maras.
Maras, que tienen ramificaciones complejas e insospechadas.
Producto del caos y el descontrol al que asiste la clase política en general.
Dado que sin límites y sin una ética, gran parte de los dirigentes legitima el narcotráfico en la acción aunque lo repudia en la retórica.
Ello se debe, a que el narco, también es funcional económicamente.
A pesar de que los costos en vidas sean elevados y la creación de parias una situación constante.
Laura Etcharren
Lugar: Buenos Aires, AR Socióloga- Analista de medios de comunicación y especialista en la problemática de Las Maras.
lauraetcharren@lexpress.net
www.sociedadymedios.blogspot.com
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Potencialidad de maras martes, enero 02, 2007
La violencia y la posible presencia de maras en el país carioca.
Brasil, una paradojal combinación.
Brasil es un país que combina la alegría innata de sus habitantes con la violencia, en algunos casos congénita y en otros, producto de la marginalidad y el pauperismo.
Paisajes de bellísimas playas e intensa vegetación.
Paraísos norteños ejemplares y favelas temibles conforman algunos de los escenarios de uno de los países más danzantes y rítmicos de América Latina.
Actualmente, Brasil se ha vuelto un caos y su tejido social se ha quebrado de modo progresivo y siguiendo la línea del continente.
Tanto es así, que según informa el Diario las Américas, la ciudad de Río de Janeiro atraviesa por un momento crítico en materia de seguridad.
Si bien la ciudad nunca se caracterizó por ser de las más tranquilas, en los últimos tiempos, la violencia y la inseguridad crecieron.
A tal punto, de incorporarse, al igual que en nuestro país (Argentina) la potencialidad de las maras.
De hecho, el barrio de Copacabana se encuentra en alerta máxima a causa de los ataques que han sufrido comisarías y otros espacios.
Enfrentamientos producidos entre bandas de narcotraficantes y fuerzas parapoliciales.
Ambas, luchando por controlar la mayor parte de las favelas.
Porque quienes controlan las favelas son, por carácter transitivo, quienes manejan los hilos del poder del narcotráfico, imparten el terrorismo y reciben los réditos del tráfico de armas y personas.
Las últimas noticias, indican que ya son 25 las víctimas de estas sangrientas contiendas que versan entre atentados a diversas comisarías y ataques al transporte público.
Razón por la cual, todo indica entonces, que Río de Janeiro asiste a un estado de situación grave cuya responsabilidad puede atribuírsele a grupos vinculados al crimen organizado.
Aquellos que han trascendido lo que muchos investigadores denominan pandillas.
En realidad, Brasil vive terribles momentos en los que los hechos sangrientos se apoderan de los paisajes demostrando que las maras, están llegando.
Dado que se ha librado una especie de guerra interna en la que los grupos antes mencionados poseen una logística específica y un armamento sofisticado.
Además, de un interesante entrenamiento para la comisión de delitos.
Sin dejar de lado la lucha física.
Grupos entrenados, podría arriesgarse, por ejércitos de elite.
Recordemos además, que Brasil es el país donde más se mata con armas de fuego.
Armas de corte nacional y otras importadas desviadas por contrabandistas, son las utilizadas en los enfrentamientos en mayor y menor escala.
Sucede, que la violencia atroz en Río de Janeiro, tiene su antesala en Sao Paulo.
Allí, las masacres y los delitos que se cometen dentro de las cárceles reflejan la descomposición social de la población carcelaria.
Sumado, por supuesto, a la ineficiencia de las autoridades.
Y a los arreglos con las mismas.
Aunque también se evidencia la falta de condiciones estructurales y de infraestructura edilicia.
Pues estos motivos, hacen que las soluciones o los posibles intentos por poner fin al defasaje que se vive en el país, se diluyan en sí mismos.
Y cuando no, solo operan a modo de paliativos, ya que entre otras cosas, la relación con la policía no es buena.
Al contrario.
Traspasa todo tipo de límites.
Porque los delincuentes, en su relación con esta fuerza, en un punto, se sienten más débiles.
Ello se debe:
“(…)
a una convicción inicial.
La policía tiene poco que ver con la ley;
es una banda más, mejor armada y más potente.”
(Kessler; 2004)
Los delincuentes amateurs tienen esa percepción sobre la policía.
En cambio, las organizaciones de tipo maras, ven en la policía una competencia, o bien, una aliada y protectora de lo que puede darse en llamar, alta delincuencia.
Bajo estas características, se desarrollan distintas tácticas y estrategias.
Al tiempo que se observa, que en los últimos veinte años, la sociedad carioca contemporánea ha ido experimentando una profunda mutación, producto de un capitalismo tardío y de un proceso de formación social que pudiera “adaptarse” a los ritmos de la globalización.
Laura Etcharren
Lugar: Buenos Aires, AR
Socióloga- Analista de medios de comunicación y especialista en la problemática de Las Maras.
lauraetcharren@lexpress.net
www.sociedadymedios.blogspot.com