Por Ricardo García Jiménez
Felipe Calderón Hinojosa, el cuestionado presidente de México, intenta reimpulsar el reciclado y fallido Plan Puebla Panamá (PPP), que sus anteriores predecesores (Ernesto Zedillo Y Vicente Fox) no pudieron impulsar.
El hoy presidente de los mexicanos trata de asumir un liderazgo regional Latinoamericano, pero respaldado por el gobierno de los Estados Unidos que ve en Calderón Hinojosa, a su más fiel y sumiso aliado.
El objetivo de la reunión preparatoria de cara a la cumbre a celebrarse el 9 y 10 de abril en la ciudad de Campeche, es el revisar los balances y retos que implican operar (ahora si) el PPP. La reunión sostenida por los ocho mandatarios y un vicepresidente nicaragüense es analizar cuáles han sido los elementos adversos por los cuales no se ha podido implantar el PPP en toda la región. Asimismo se busca redactar los documentos que suscribirán los mandatarios para echar andar dicho Plan.
La gran mayoría de los ciudadanos de las distintas naciones implicadas en el PPP, desconocen que existe un elemento estratégico traducido en un "plan geoestratégico norteamericano" para impulsar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Donde el objetivo prioritario es imponer y favorecer a las transnacionales del petróleo (muy ligadas a la administración Bush); facilitar la privatización de las terminales aéreas y portuarias, la energía eléctrica, el agua, el gas y el petróleo y, principalmente, apoderarse de las riquezas en biodiversidad de las selvas Lacandona (Chiapas), Chimalapas (Oaxaca), y el Corredor Biológico Mesoamericano, que parte desde Guatemala hasta Panamá.
Debemos señalar que esta es una inmensa zona selvática que supera el millón de kilómetros cuadrados, habitados por más de 80 millones de personas, de las cuales 24 millones son indígenas que habitan en zonas naturales protegidas, que una vez entrado en vigor el PPP, las etnias serán desarraigadas de sus comunidades.
El gobierno de Calderón no cesa de presentar al PPP con un lenguaje de marketing, pero al final de las demagógicas promesas de desarrollo y bienestar, surge la verdad: consolidar en todo Mesoamérica la cuna del capital privado que saque y explote los recursos naturales.
Dentro del PPP están implicados los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá y dentro del área mexicana comprende los estados Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán (el Norte de Yucatán), sumando además a Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Veracruz; zona donde se extrae más del 90 por ciento de la producción petrolera nacional y recursos madereros.
Por lo tanto, el mito de que el PPP será un detonante que genere una derrama económica para la región es solo eso, un mito genial. El PPP solo vendría a ser un gran negocio para las grandes trasnacionales norteamericanas (DuPont, Pulsar, Monsanto, Novartis, Bayer, Diversa y otras en diferentes giros como Shell, Texaco, etc.), las cuales están desde hace más de diez años en disputa por la biodiversidad y el agua de esta región. Vaticinamos que el agua será uno de los botines más disputados por esas empresas.
Es los Estados Unidos de Norteamérica y sus empresas quienes les conviene la conversión del territorio mexicano y de toda la región centroamericana en un inmenso corredor de carreteras y vías férreas que atraviesen ciudades, montañas y ríos, llenas de maquiladoras que aprovechan la mano de obra barata, para explotar los recursos y a la fuerza de trabajo existente.
Es un hecho que los bajísimos salarios que se pagan en el norte de México (1.20 dólar por hora de trabajo industrial) se convierten en salarios del miedo en regiones como Honduras, Guatemala o El Salvador donde el salario apenas alcanza los 25 centavos de dólar la hora.
Vemos que con el PPP se establecerá una nueva forma de relaciones económicas (semi feudales) auspiciadas por los gobiernos de los distintos países involucrados, sumiendo en una ruina al pueblo mesoamericano.
Con el PPP, que bien podría llamarse Houston/ Panamá, es la nueva colonización, para que los estados elites sigan manteniendo sus niveles de riqueza a costa de la depredación del medio ambiente y de la pobreza de la mayoría de los habitantes del planeta; Hay que ser claros que el presidente Calderón es solo un eslabón más en esta estrategia cuyo fin es la esencia del capitalismo.
Calderón debería recordar que su ascenso a la presidencia se vio envuelto en un torbellino de dudas sobre el proceso electoral; Calderón debe recordar que el voto que le dio el triunfo se debió más a una clase en el poder que a la voluntad de los ciudadanos que casi en dos tercios de los que votaron lo hicieron también como una protesta en contra de las políticas económicas que han creado millones de pobres, a la escandalosa e insultante corrupción de políticos y empresarios. El pueblo no votó para elegir a un presidente que siguiera sosteniendo las políticas neoliberales, ni eligió a alguien que transformara a los indígenas en un folclor que la historia debería absorber, por lo tanto, Calderón "debería" (en teoría) asumir una posición más conservadora ante este llamado PPP.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario