El esplendor de las maras

Un problema que crece y se prolifera como consecuencia de la falta de criterio y toma de conciencia.

El libro de Fernández Menéndez y Ronquillo.
Estado embrionario
La realidad política y social Argentina ha acaparado la atención general pero no ha conseguido que el tema de las maras sea dejado de lado.

Porque como se anticipó desde el blog, en Argentina, existe un estado embrionario de maras como consecuencia de la abulia de las autoridades a cargo de la seguridad del país. Hay un estado de situación que demuestra importantes avances en términos de tácticas y estrategias que contribuyen a una evolución concreta y eficaz del crimen organizado. Sin embargo, existe un discurso sostenido de auto convencimiento total o parcial que indica que el problema de la inseguridad es un derivado de la pobreza y la exclusión social. Lo cual, evidencia conocimiento autárquico o bien, falta de conocimiento sobre cómo se fueron desarrollando los procesos sociales y urbanos.

Es decir, si bien es cierto que la marginalidad está vinculada al delito, lo que actualmente sucede, va más allá de esa condición de pauperismo. Y eso ha quedado demostrado en pericias y en el modus operandi de los narcoterroristas que circulan y abundan en todo el país.

Expansión de maras

Poco a poco, el fenómeno de las maras se expandió al hemisferio sur del continente americano.
Debido a eso, muchos países experimentaron olas de violencia que distaban de tener relación con situaciones de pobreza.

Sucedió en Brasil, Chile y por supuesto en Argentina.

Este último tuvo, en los últimos tiempos, un importante ascenso narcoterrorista. Ahora bien, el problema es absolutamente generalizado. Las plantaciones de coca son muchas.

La base colombiana

Colombia es el punto de cultivo de coca más importante y el que abastece a la gran mayoría de las Naciones. La zona de Sierra Nevada, por ejemplo, es altamente peligrosa. Allí hay depósitos de droga, plantaciones y asentamiento de personas que trabajan en el mercado del narcotráfico. Razón por la cual, el gobierno colombiano ha decidido la fumigación de dichas plantaciones de coca.

Se entiende, que el 70% de la cocaína que sale de la costa norte de Colombia realiza la siguiente ruta: Cruzar el caribe para llegar a Belice, Nicaragua, Panamá, Honduras, Guatemala. Todo este camino por mar para luego pasar la mercadería a camiones que cruzan México buscando el mercado de USA. Mientras que el porcentaje restante va a lugares como Jamaica, Haití, Puerto Rico y República Dominicana.

“De los maras a los zetas”

El libro “DE LOS MARAS A LOS ZETAS” de Jorge Fernández Menéndez y Víctor Ronquillo publicado por editorial Grijalbo, confirma este corrido y cuenta que:
“Durante el año 2005 unas mil quinientas personas murieron ejecutadas por el narcotráfico en México.”

Además, el estudio magistral que los autores realizaron demuestra, que de un tiempo a esta parte, han sido muchos los individuos que decidieron convertirse en mareros. Ahora bien, esa conversión no es sencilla. Requiere del adiestramiento de gente especializada.

De ahí, la entrada en escena de los zetas en México y los Kaibiles en Guatemala. En síntesis, al tiempo que Estados Unidos habla de la guerra contra el terrorismo, evita indagar sobre la guerra que se está librando en la frontera con México.

Continúa Laura Etcharren