Gerardo Fernández Casanova
“Que el fraude electoral jamás se olvide”
De fuente generalmente bien imaginada recibo información confidencial. El caso es que en la reunión de Fox y Asnal, con Espino y Granier, en San Cristóbal Ranch, el primero fue condecorado por el segundo con el Galardón al Mérito Falangista, por el fraude patriótico que salvó a México, y con él, a toda la América Latina, de la escalada populista que significaba el triunfo de Andrés Manuel en las elecciones presidenciales de 2006. La versión me fue confirmada por una conversación sostenida con distinguidos panistas en la que, sin la menor vergüenza, ponderaron al tal Fox como un héroe nacional de talla internacional, precisamente por el mismo motivo, aduciendo que, creciéndose al castigo por el fracaso del desafuero, supo finalmente vencer al chavismo vernáculo personificado en el famoso Peje. A mis argumentos, que colocan al homenajeado como traidor a la democracia, la única respuesta fue:
“La patria es primero” ya que ha existido siempre, en tanto que la democracia es de reciente estreno y bien puede seguir esperando. Les recordé que en 1986 el PRI le arrebató al PAN, por la vía del fraude, la gubernatura de Chihuahua con el mismo argumento “patriótico” (por cierto en un proceso instrumentado por Elba Ester Gordillo como delegada especial del PRI) caso que incluyó la intervención airada del entonces Senador Helms de los Estados Unidos, denostando contra el presidente De la Madrid por el atropello. La respuesta de mis interlocutores era de esperarse: no hay comparación entre la patria del PAN y la que entonces defendía el PRI; la de ellos es la moderna digna y generosa, en tanto que la priísta era la obsoleta nacionalista y corrupta. Ante la ineficacia de la discusión me retiré sumamente preocupado por mi Patria, que es la misma que la de la mayoría de l@s mexican@s, esa que no es ni moderna ni corrupta, la que se expresa en las grandes concentraciones de pueblo con una sola voz y que reclama ser respetada. La Patria a secas, pues.
Camino de mi casa, rumiando el malestar por la absurda discusión, pude atar algunas conjeturas sobre el tema. Recordé que FeCal promueve una iniciativa de ley antiterrorista que, creo que por pura coincidencia, se asemeja a la llamada Ley Patriota impuesta por Bush en USA después del 11-S; lo patriótico, y también patético, es que califican a la protesta popular como terrorismo y facultan a la policía a violar la privacidad del ciudadano común en sus comunicaciones, cuentas bancarias, lecturas, etc. Concluyo que la de los panistas es, en efecto, una actitud patriota; sólo que su patria es la bañada por el río Potomac con sede en la Casa Blanca.
A un año de cometido el asqueroso fraude electoral, la información se decanta y se confirma lo que entonces se adivinó. El asunto no fue sólo un fraude electoral, sino todo un proceso fraudulento de traición a la Patria y a la democracia. Ante el despertar de la conciencia popular generado en torno a la candidatura de López Obrador, y ante el riesgo implícito para los privilegios de los poderosos, la derecha cerró filas y tomó la decisión de conjurar el peligro “a como diera lugar”, sin parar mientes en viejas posturas democráticas ni de otras moralinas de viejo cuño; se juntaron casi todos los corruptos, tanto los que elegantemente esconden su corrupción en negocios empresariales, como los burdos del estilo de la Martha, la Gordillo y sus gobernadores que directamente medran con el presupuesto; así mismo, ahí estuvieron los del gran capital internacional, bajo el lema: ¡Ni un Chávez más!
Todos ellos invirtieron en el fraude y todos están recuperando su inversión con creces. Fraude en la campaña para destruir al entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Fraude en la nominación de los Consejeros del IFE. Fraude en la intervención de Fox y todo el aparato de gobierno. Fraude en la guerra sucia de la campaña electoral. Fraude en el exceso de recursos. Fraude en los spots de la cúpulaempresarial. Fraude en los manejos del cuñado cibernético. Fraude en la adulteración de las actas de escrutinio. Fraude en el robo de más de un millón y medio de votos. Fraude en el dictamen del Tribunal Electoral. Fraude en la toma de posesión. Fraude en la manipulación informativa. Fraude en el empleo del ejército para apuntalar al régimen espurio. Fraude en el combate al narcotráfico. Fraude en la ley del ISSSTE. Fraude en el precio de la tortilla y de la leche. Fraude en los asuntos de seguridad pactados con los gringos. Fraude en la privatización del mercado de los energéticos. Fraude en el desmantelamiento de las empresas públicas. Fraude. Fraude. Fraude.
En la Asamblea de la Convención Nacional Democrática del próximo domingo tendremos que ser exigentes. ¡Ya basta! Vamos al paro nacional.
Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx
“Que el fraude electoral jamás se olvide”
De fuente generalmente bien imaginada recibo información confidencial. El caso es que en la reunión de Fox y Asnal, con Espino y Granier, en San Cristóbal Ranch, el primero fue condecorado por el segundo con el Galardón al Mérito Falangista, por el fraude patriótico que salvó a México, y con él, a toda la América Latina, de la escalada populista que significaba el triunfo de Andrés Manuel en las elecciones presidenciales de 2006. La versión me fue confirmada por una conversación sostenida con distinguidos panistas en la que, sin la menor vergüenza, ponderaron al tal Fox como un héroe nacional de talla internacional, precisamente por el mismo motivo, aduciendo que, creciéndose al castigo por el fracaso del desafuero, supo finalmente vencer al chavismo vernáculo personificado en el famoso Peje. A mis argumentos, que colocan al homenajeado como traidor a la democracia, la única respuesta fue:
“La patria es primero” ya que ha existido siempre, en tanto que la democracia es de reciente estreno y bien puede seguir esperando. Les recordé que en 1986 el PRI le arrebató al PAN, por la vía del fraude, la gubernatura de Chihuahua con el mismo argumento “patriótico” (por cierto en un proceso instrumentado por Elba Ester Gordillo como delegada especial del PRI) caso que incluyó la intervención airada del entonces Senador Helms de los Estados Unidos, denostando contra el presidente De la Madrid por el atropello. La respuesta de mis interlocutores era de esperarse: no hay comparación entre la patria del PAN y la que entonces defendía el PRI; la de ellos es la moderna digna y generosa, en tanto que la priísta era la obsoleta nacionalista y corrupta. Ante la ineficacia de la discusión me retiré sumamente preocupado por mi Patria, que es la misma que la de la mayoría de l@s mexican@s, esa que no es ni moderna ni corrupta, la que se expresa en las grandes concentraciones de pueblo con una sola voz y que reclama ser respetada. La Patria a secas, pues.
Camino de mi casa, rumiando el malestar por la absurda discusión, pude atar algunas conjeturas sobre el tema. Recordé que FeCal promueve una iniciativa de ley antiterrorista que, creo que por pura coincidencia, se asemeja a la llamada Ley Patriota impuesta por Bush en USA después del 11-S; lo patriótico, y también patético, es que califican a la protesta popular como terrorismo y facultan a la policía a violar la privacidad del ciudadano común en sus comunicaciones, cuentas bancarias, lecturas, etc. Concluyo que la de los panistas es, en efecto, una actitud patriota; sólo que su patria es la bañada por el río Potomac con sede en la Casa Blanca.
A un año de cometido el asqueroso fraude electoral, la información se decanta y se confirma lo que entonces se adivinó. El asunto no fue sólo un fraude electoral, sino todo un proceso fraudulento de traición a la Patria y a la democracia. Ante el despertar de la conciencia popular generado en torno a la candidatura de López Obrador, y ante el riesgo implícito para los privilegios de los poderosos, la derecha cerró filas y tomó la decisión de conjurar el peligro “a como diera lugar”, sin parar mientes en viejas posturas democráticas ni de otras moralinas de viejo cuño; se juntaron casi todos los corruptos, tanto los que elegantemente esconden su corrupción en negocios empresariales, como los burdos del estilo de la Martha, la Gordillo y sus gobernadores que directamente medran con el presupuesto; así mismo, ahí estuvieron los del gran capital internacional, bajo el lema: ¡Ni un Chávez más!
Todos ellos invirtieron en el fraude y todos están recuperando su inversión con creces. Fraude en la campaña para destruir al entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Fraude en la nominación de los Consejeros del IFE. Fraude en la intervención de Fox y todo el aparato de gobierno. Fraude en la guerra sucia de la campaña electoral. Fraude en el exceso de recursos. Fraude en los spots de la cúpulaempresarial. Fraude en los manejos del cuñado cibernético. Fraude en la adulteración de las actas de escrutinio. Fraude en el robo de más de un millón y medio de votos. Fraude en el dictamen del Tribunal Electoral. Fraude en la toma de posesión. Fraude en la manipulación informativa. Fraude en el empleo del ejército para apuntalar al régimen espurio. Fraude en el combate al narcotráfico. Fraude en la ley del ISSSTE. Fraude en el precio de la tortilla y de la leche. Fraude en los asuntos de seguridad pactados con los gringos. Fraude en la privatización del mercado de los energéticos. Fraude en el desmantelamiento de las empresas públicas. Fraude. Fraude. Fraude.
En la Asamblea de la Convención Nacional Democrática del próximo domingo tendremos que ser exigentes. ¡Ya basta! Vamos al paro nacional.
Correo electrónico: gerdez999@yahoo.com.mx
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