inSurGente.- Los contenidos curriculares en los institutos españoles están confeccionados de manera que los alumnos no tienen dónde elegir. Es "necesario" optar por la rama de Ciencias, porque la de Letras no encuentra ya salida laboral, a menos que se haga Derecho. Todo está perfectamente calculado para que los jóvenes elijan, por narices, una carrera que les conduzca al mundo empresarial (todo muy al estilo gringo). Si estudias Historia o Latín, allá tú. Las Humanidades, la rama que verdaderamente ofrece una oportunidad para el enriquecimiento intelectual, han sido exterminadas, borradas de la faz de la Tierra.
Ya ningún chaval de quince años conoce a Aristóteles, ni a Nietzsche.
Y, de rebote, habrá suerte si le suenan los nombres de Hitler o Franco.
En general, la sociedad del llamado "Primer Mundo" va idiotizándose cada vez más. Se deja embaucar por toda suerte de fuentes que la organizan y dirigen hacia los designios de la estupidez. Y es el Capitalismo —feroz depredador de la conciencia humana— el gran culpable de este terrible estado de idiocia emergente. Es decir, la incansable búsqueda de la riqueza material (que es lo que, al fin y al cabo, representa el Capitalismo) hace que el individuo se olvide de lo
más importante: la riqueza intelectual. Dentro del "rebaño" que encarna la sociedad actual no importa qué está mal o qué está bien, pues si los poderosos dicen que algo está mal, el rebaño opinará que está mal; si aquéllos dicen lo contrario, la opinión de éste será, en efecto, la contraria. No existe una ética subjetiva, no hay libertad de pensamiento, por más que nos lo quieran hacer creer. No existe el verdadero criterio… y esto se debe a la pobreza intelectual.
Continúa La Crisis
Ya ningún chaval de quince años conoce a Aristóteles, ni a Nietzsche.
Y, de rebote, habrá suerte si le suenan los nombres de Hitler o Franco.
En general, la sociedad del llamado "Primer Mundo" va idiotizándose cada vez más. Se deja embaucar por toda suerte de fuentes que la organizan y dirigen hacia los designios de la estupidez. Y es el Capitalismo —feroz depredador de la conciencia humana— el gran culpable de este terrible estado de idiocia emergente. Es decir, la incansable búsqueda de la riqueza material (que es lo que, al fin y al cabo, representa el Capitalismo) hace que el individuo se olvide de lo
más importante: la riqueza intelectual. Dentro del "rebaño" que encarna la sociedad actual no importa qué está mal o qué está bien, pues si los poderosos dicen que algo está mal, el rebaño opinará que está mal; si aquéllos dicen lo contrario, la opinión de éste será, en efecto, la contraria. No existe una ética subjetiva, no hay libertad de pensamiento, por más que nos lo quieran hacer creer. No existe el verdadero criterio… y esto se debe a la pobreza intelectual.
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