Lo que más le dolería en los años que le quedan de vida, además de alguna tragedia personal, sería la traición de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ''que le fallara a toda la gente que lo sigue", afirma la escritora Elena Poniatowska, quien presenta hoy su libro Amanecer en el Zócalo: los 50 días que confrontaron a México.
A manera de un diario, publicado por Planeta, sin autocomplacencias ni complicidades, en esta crónica la ganadora del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos 2007 plasma los claroscuros del movimiento de resistencia civil que el año pasado se plantó ''en el ombligo de México" y ocupó las calles del Centro Histórico y el Paseo de la Reforma.
La narración -de la cual La Jornada presentó un adelanto hace unos días- sorprende a propios y extraños, porque confirma que la periodista, contrario a lo que muchos pensaron entonces, participó en el movimiento para contar todo lo que veía, sin matizar, sin ocultar, sin mentir.
Por eso en estas páginas lo mismo están los insultos que recibía por teléfono, que la descripción de algunos perredistas llegando al plantón ''en sus camionetotas de lujo", así como la preocupación constante de su familia y, sobre todo, los ideales de las miles de personas que inundaron las calles.
Gallardía tremenda
En entrevista, Elena Poniatowska, colaboradora de La Jornada, no duda al elegir con qué se queda de todo lo vivido esos días: ''Con la gente, a todos nos nutren. Lo que más amamos de un país es su gente, la sonrisa, la palabra amable, el 'yo le ayudo'. Lo primero con lo que me quedaría es con las señoras que llegaban con tamales, te los daban o te jalaban a una tienda de campaña y decían: 'yo quiero que usted pruebe mi arroz', me quedaría con eso... y con AMLO, porque sí creo que es un hombre extraordinario, con una capacidad de mando que no he visto en otros".
La periodista recuerda la impresión que alguna vez le causó una foto de José López Portillo sentado frente a una mesa, ''así con sus patillas de cochero, mirando a un niño y en los ojos del pequeño había tanta ilusión que pensé cómo es posible que un presidente de México que está en contacto con esa pureza, con esa confianza, con esa nobleza, la traicione.
''Se les borra el casete, de pronto ya no ven más que el dinero que van a ganar o las mujeres que pueden conquistar. Esa foto me marcó mucho. Por eso digo, que si a AMLO se le llega a ocurrir traicionar a la gente, sería un dolor muy grande.
''En el plantón, lo más impresionante fue la presencia de los viejos a los que no les importaba tirarse en un montón de periódicos o en una colchoneta, mujeres que son unas personajazas. Es la misma gente que salió a las calles después de los sismos, pero entonces había mucha tristeza. Ahora, se reían hasta de la lluvia, porque había una gallardía tremenda."
Al final de su crónica, Poniatowska escribe: ''Espero que este movimiento deposite en mí únicamente lo esencial. Ahora sé que para AMLO están los que son sus amigos y luego los que son útiles en determinado momento. No me hago ilusiones. Jesusa y yo somos útiles, ella mucho más que yo puesto que es una activista y yo me inclino por la soledad aunque me cale".
Ese es el tono de las reflexiones que la escritora va intercalando con las noticias aparecidas en la prensa. Al respecto, reitera que en libro ''no hay complacencias. Desde el primer momento, cuando AMLO vino a mi casa por primera vez y mi hijo Mane le preguntó, que pasó con Ponce, con Bejarano, qué explicación nos va a dar de todo eso, así, muy directo, él lo tomó muy bien, lo resolvió, sabía que con nosotros estaba en un terreno de limpieza, no de adulación o incondicionalidad. Guillermo Haro (el padre de sus hijos) me dijo alguna vez que jamás había que ser incondicional de nadie. Es una buena lección.
''Por eso, en el libro está toda la emoción por la valentía, la entereza, la creatividad de la gente, pero también la crítica a lo que nosotros mismos somos. Es cierto que perro no muerde perro, que ellos entre sí no se echan de cabeza, pero yo veía eso, escribo lo que vi, pero también soy muy autocrítica, pues me preguntaba qué diablos estoy haciendo. Mi hermana a cada rato me cuestionaba, ¿te crees Juana de Arco o te caíste y te golpeaste la cabeza?"
-A punto de cumplirse un año del inicio de aquel movimiento, ¿cómo se siente?
-Lo veo como una experiencia que me acercó mucho a la gente, que me enriqueció, que me enseñó que la inventiva y la originalidad no están sólo de lado de quienes toda la vida se han cultivado, sino que el talento brota, así como la hierbita entre las piedras. En México hay gente imaginativa, creativa, inteligente, valiente y con una capacidad de entrega a una causa que muy pocos poseen.
El libro Amanecer en el Zócalo se presenta este sábado a las 17 horas en la explanada del Monumento a la Revolución. Participan Jesusa Rodríguez (a quien está dedicado el volumen) y Rafael Barajas, El Fisgón.
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