Daniel Lizárraga A diferencia de sexenios anteriores, ahora la ley ordena al gobierno que informe del uso que le dio a la bolsa destinada a la transición gubernamental. Pero un análisis de los gastos del equipo de Felipe Calderón como presidente electo revela un derroche que no tuvo medida ni control, y que el erario sigue siendo utilizado para pagar edecanes, banquetes, arreglos florales y artículos de lujo.
Durante el período de transición de gobierno, el entonces presidente electo Felipe Calderón y sus colaboradores dilapidaron al menos 25 millones 781 mil pesos en efectivo en banquetes, comidas en restaurantes de las zonas más exclusivas de México, transporte en camionetas blindadas y contratos a modelos para engalanar actos públicos y privados.
El 7 y el 20 de septiembre de 2006 Hugo Salvador Martínez Mier, actual director de Operación y Servicios Generales de la Presidencia, pagó los servicios de cuatro modelos –dos de ellas extranjeras– presuntamente para que asistieran a reuniones oficiales y a un festejo por la entrega de la constancia de mayoría a Calderón.
El recibo de honorarios fechado el 20 de septiembre, cuya copia tiene Proceso, está a nombre de Humberto Niño de Rivera Rivero (de cuya actividad empresarial no se encontraron datos en internet ni en el Registro Público de la Propiedad en la Ciudad de México) y cubre el siguiente servicio: “2 edecanes para eventos celebración entrega de constancia de mayoría. 2 días de trabajo por un total de 9 mil 200 pesos”.
Sin embargo, la entrega de la constancia de mayoría fue el 5 de septiembre y tuvo lugar en las instalaciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); la celebración pública se efectuó en la sede del PAN en la colonia Del Valle.
El 20 de septiembre, no hubo celebraciones, al menos en público. Ese día Calderón y su equipo tuvieron actividades privadas: visitaron el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y luego recibieron al expresidente Miguel de la Madrid.
Y antes, el 7 de ese mes, la agencia de modelos Multinivel envió dos edecanes extranjeras para una reunión de Calderón con su equipo, que ese día fueron a recoger el bando solemne de la Cámara de Diputados que acreditó al presidente electo; después comieron con senadores panistas, ofrecieron una rueda de prensa a corresponsales extranjeros y por la noche hubo una fiesta. De acuerdo con la agenda oficial y con versiones obtenidas por este semanario, la celebración fue privada.
“A mí me contactó un señor de nombre Hugo Martínez, me recomendaron mis clientes de la Cámara de Diputados y del Senado. Yo mandé dos extranjeras para un evento chiquito, las querían rápido, de un momento para otro”, dijo a Proceso la dueña de Multinivel.
Cuando se solicitaron en Los Pinos datos concretos sobre la contratación de las cuatro modelos, no hubo respuesta.
Gasto sin control
Vicente Fox enfrentó su primer escándalo por el derroche de recursos públicos en Los Pinos en 2001, cuando se descubrió la compra de equipo y accesorios a precios elevadísimos, como toallas de más de 4 mil pesos. El caso, conocido como toallagate, provocó la renuncia de Carlos Rojas como director de compras de la Presidencia y el inicio de una auditoría cuyos resultados completos aún no son de acceso público.
Seis años después su sucesor, Felipe Calderón, antes de asumir el cargo gastó en sólo tres meses alrededor de 129 mil 600 pesos en modelos y edecanes, 1 millón 420 mil pesos en cuentas de restaurantes y banquetes, 10 mil 707 pesos en un sillón ejecutivo y 4 mil 312 pesos en 50 pines troquelados para el día de la toma de posesión. El dinero provino de la bolsa de 150 millones de pesos destinada al cambio de gobierno.
Los archivos sobre el equipo de transición fueron entregados en dos discos por Banjército –encargado del fideicomiso creado para manejar los fondos para la transición–, por orden del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), luego de que este semanario tramitara, en enero pasado, un paquete de peticiones basadas en la Ley Federal de Transparencia.
Durante el sexenio de Vicente Fox, Proceso reveló que el gobierno de Ernesto Zedillo depositó en una cuenta personal del guanajuatense más de 25 millones de pesos del erario, cuyo destino hasta el momento no puede conocerse con precisión porque los datos se ocultan bajo el secreto bancario.
Ahora, el presidente Calderón y su equipo están obligados a rendir cuentas sobre los 150 millones de pesos que les autorizó la pasada legislatura, pero el flujo de efectivo no fue controlado ni investigado; por el contrario, contó siempre con la venia de las secretarías de la Función Pública y de Hacienda durante la última etapa de la administración foxista.
De acuerdo con el archivo que Proceso integró durante seis meses de investigación, Calderón y sus colaboradores contrataron servicios de valet parking, estacionamientos y pensiones, con un costo de 108 mil 674 pesos para el erario. Una de las empresas proveedoras fue Parkingtech.
Además de estos servicios de atención personalizada a sus visitantes, el equipo de transición desembolsó 77 mil 578 pesos por arreglos florales, macetas y plantas de ornato para sus festejos. La tienda especializada Manuela cobró 36 mil 305 pesos por entregas semanales de adornos grandes y medianos, de pie y para escritorio.
Lo mismo se pagaron decenas de cafés de 52 pesos en la cadena Starbucks que cuentas por 8 mil 450 pesos en el restaurante del hotel W, México City de Polanco.
Algunos gastos se destinaron directamente a Calderón. En vísperas de que tomara posesión en el Congreso, el 11 de noviembre de 2006, se pagaron a la empresa PM 80 mil 500 pesos por diseñar e imprimir hojas tamaño carta, media carta y personal, así como tarjetas de atentos saludos. Todo en serigrafía sobre opalina importada y con sus sobres.
Los pagos realizados mediante la caja chica manejada por Felipe Calderón se calculan en 25 millones 781 mil pesos, pero la cifra puede ser significativamente mayor, puesto que existen decenas de justificantes ilegibles, entre ellos los que amparan gastos en las giras por el extranjero.
De fiesta
El caso de las edecanes es ilustrativo. La agencia de modelos Multinivel está ubicada en la calle de Elefante 81, Penthouse 3, en la colonia Del Valle, según consta en la factura número 1437 que su propietaria, Leticia Gómez Islas, entregó al equipo de transición y cuyo original se encuentra en los archivos de Banjército.
En esa dirección hay un edificio de 10 pisos y, según el vigilante, ahí no operan empresas. El Registro Público de la Propiedad de la Ciudad de México carece de referencias sobre esa firma y tampoco hay otras propiedades de giro comercial a nombre de Leticia Gómez.
La factura se extendió por concepto de “pago de servicios de modelo 7 de sep, 2006”. Luego se agregó: “Pago de servicios por hora extra. Mismo evento”. El monto total es de 5 mil 290 pesos y el cheque fue autorizado por Hugo Salvador Martínez Mier, cuya firma aparece en el documento.
Leticia Gómez Islas dice trabajar como profesional independiente y pagar impuestos. La única vez que atendió al equipo de transición fue ese 7 de septiembre. En los actos oficiales para los que se contrató a edecanes no volvieron a llamarla, según se comprueba en las 2 mil 267 facturas revisadas.
En su página en internet, Multinivel afirma contar con experiencia en el manejo de reuniones gubernamentales. Pero tampoco hay rastro de ella en el sistema Compranet, donde las dependencias tienen la obligación de registrar todas sus adquisiciones, y el director de la agencia ZC Model Management –una de las más importantes en el ramo–, Luis Tagle, dijo no tener idea de la existencia de Multinivel como una de sus competidoras.
Entrevistada vía telefónica, Leticia Gómez Islas aseguró que “un señor de nombre Hugo Martínez” la contrató por recomendación de otros clientes importantes: la Cámara de Diputados y el Senado.
–¿A dónde mandó sus modelos?
–Fueron dos extranjeras a las oficinas de la colonia Del Valle. Me habló el señor Hugo Martínez diciendo que las querían para ese mismo momento, en calidad de ya. Me hubiera gustado mandar a dos mexicanas por el tipo de evento del que se trataba, pero no fue posible. Era un trabajo para ahorita.
–¿Recuerda la fecha precisa?
–No, pero fue antes de que Felipe Calderón fuera presidente. Es más, yo no tengo nada que ver con él, ninguna relación personal. A mí me llamaron para contratar el servicio de modelos, como lo vengo haciendo desde hace 20 años.
–¿Fue para un festejo o acto en especial, como la entrega de la constancia de mayoría?
–Sí, creo que para eso.
–¿Cómo se explica eso, si la entrega de constancia de mayoría fue antes?
–No recuerdo bien, pero estoy segura de que fue para un evento chiquito.
–¿A qué evento se refiere, si ese día no hubo festejos en público?
–Claro que sí hubo.
–El entonces presidente electo sólo tuvo reuniones de trabajo. La celebración fue el 5 de septiembre.
–Cómo no. Claro que sí hubo festejo: a mí me hablaron para enviar a las modelos en calidad de urgente.
–¿Por qué su empresa no aparece en el Registro Público de la Propiedad?
–Porque trabajo como persona física. Lo que te puedo decir es que a mí me pagaron por dos modelos, como te dije, para un evento chiquito. Voy a revisar mis archivos. Además, en el Registro Público de la Propiedad no te informaron bien: el alta de la empresa ya está en trámite. De hecho, vamos a tener nuevas oficinas.
Otro proveedor del servicio de edecanes fue Humberto Niño de Rivera Rivero. Su recibo de honorarios fechado el 20 de septiembre de 2006 es por 9 mil 200 pesos y se extendió por concepto de “2 edecanes para eventos celebración entrega de constancia de mayoría. 2 días de trabajo”. No obstante, el festejo al que se hace referencia ocurrió 16 días antes de la fecha señalada en el recibo y corrió a cargo del PAN.
La empresa Adessso México también prestó al equipo de transición el servicio de edecanes y le organizó ruedas de prensa, talleres, reuniones de trabajo y banquetes, por lo que cobró en total 114 mil 250 pesos.
Addeso tampoco se encuentra en el Registro Público de la Propiedad en la Ciudad de México. El domicilio ofrecido como referencia al equipo de transición (Heriberto Frías 806, departamento 503) es en realidad el domicilio de Gustavo Alberto Soto Armenta, cuyo nombre aparece en al menos nueve facturas y que se negó a ser entrevistado.
Soto Armenta, por cierto, tiene un homónimo o también es socio de una empresa llamada Sistemas Avanzados en Blindajes, de acuerdo con el folio mercantil 314727, localizado en el Registro Público de la Propiedad.
Suculento presupuesto
Alrededor de 1 millón 420 mil 353 pesos gastaron Felipe Calderón y sus colaboradores cercanos en cuentas de restaurantes y en banquetes, ya sea entre jornadas de trabajo o para invitados especiales.
El 24 de noviembre, cuando aumentaba la incertidumbre acerca de si el presidente electo podría rendir protesta ante el Congreso de la Unión, su equipo organizó una comida en Au Pied de Cochon, uno de los restaurantes más caros de la Ciudad de México y ubicado en el hotel Presidente Intercontinental. La cuenta fue de 18 mil 439 pesos.
Ese día Calderón presentó a su gabinete social y se comprometió a combatir la pobreza extrema que padecen 20 millones de compatriotas. “Vamos a impulsar una política social comprometida, que atienda las demandas más sentidas de aquellos mexicanos que por su condición personal requieren particularmente la intervención del Estado”, dijo en su casa de transición de la colonia Del Valle.
Como se puede comprobar por tres facturas localizadas por Proceso, ahí sirvió desayunos privados Banquetes Mayita, una de las firmas utilizadas por familias ricas y empresas de la farándula. Por ejemplo, se encargó del servicio en la boda del embajador de Estados Unidos, Tony Garza, con la multimillonaria mexicana María Asunción Aramburuzabala.
A ese nivel se atendieron los colaboradores de Calderón con recursos públicos. Su exigente paladar los llevó con frecuencia a comer en el Club de Industriales, en el Club de Banqueros y en los hoteles W City y Camino Real.
El 24 de octubre, Calderón convocó a los legisladores del PAN a un “brindis de acercamiento”, justo cuando el dirigente nacional de su partido, Manuel Espino, buscaba en Alemania el apoyo necesario para dirigir la Organización Demócrata Cristiana. Esa tarde, el restaurante El Asturiano facturó 59 mil 962 pesos.
El 6 de noviembre, el restaurante La Raclette sirvió en la casa de campaña un desayuno para siete comensales, incluido el presidente electo, por 7 mil 591 pesos. Ese día Calderón apareció en público a las 18:30 horas para condenar un par de bombazos en el Distrito Federal: “Los mexicanos queremos paz, vivir en libertad, en armonía y con seguridad”.
El ritmo de gastos marcado por los calderonistas entre restaurantes y banquetes arroja, en promedio, 2 millones 125 mil 565 pesos a la semana. Lo mismo para reuniones de trabajo privadas que para atender a la clase política o patronal.
Pero también existen facturas que no cuadran con las actividades. El 14 de noviembre Calderón hizo una gira por Hermosillo, Sonora, donde pidió a los gobernadores hacer a un lado las diferencias y discutir sobre un destino común. Ese día, La Raclette facturó un servicio completo por más de 50 mil pesos.
Otros comederos frecuentados por el equipo de transición son: Angus, Chateau de la Palma, Pajares, Gastronómica Zaida, Suntory y el restaurante del hotel Four Seasons.
En otro rubro relacionado con los gastos durante la transición gubernamental, Felipe Calderón, su familia y quizás algunos de sus colaboradores usaron camionetas blindadas, por lo cual pagaron no menos de 2 millones 106 mil pesos a las empresas WBA y Kefa, principalmente, aun cuando gozaban de la protección del Estado Mayor Presidencial.
Por cierto, los oficiales al mando de ese cuerpo militar no han rendido cuentas de los 20 millones de pesos asignados a sus cuarteles durante esos tres meses.
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