DESDE MILENIO
Poco afecto a utilizar un espacio periodístico para comentar trances personales, y en sentido contrario a las recomendaciones clásicas de no anticipar la defensa propia la víspera de estar sentado en el banquillo de los acusados, procedo a exponer mi verdad sobre lo acontecido en las recientes elecciones de Zacatecas. Lo hago por atención a los diversos correos electrónicos enviados a este espacio y teniendo en mente la definición de “verdad” de Karl Popper, para quien la “verdad objetiva” es la suma de las “verdades subjetivas”. Va, pues, mi verdad.
1. El resultado electoral no es imputable a una persona. Los procesos políticos son multifactoriales y estructurales. Tienen que ver con tendencias y contextos históricos, más que con voluntades y actuaciones individuales. En Zacatecas, la votación del PRD ha presentado una sostenida tendencia a la baja. En 2004 el partido obtuvo la más alta votación en la entidad, 231 mil 979 votos, al combinarse favorablemente una candidatura atractiva al electorado como la de Amalia García y una valoración ciudadana positiva del primer gobierno perredista en la entidad. Dos años después, sin embargo, en la elección presidencial de 2006, obtiene 187 mil 088 votos (una baja de 44 mil 891 votos) y un año después, en la pasada jornada electoral, alcanza poco más de 159 mil votos. Es decir, el PRD registra un descenso mayor a los 72 mil votos (32%) en tres años. Entre los factores exógenos y endógenos que explican esta situación colocaría, en orden de importancia, la embestida que a nivel nacional padece el PRD por parte del gobierno federal y los poderes fácticos que intervinieron en la elección presidencial; la valoración ciudadana crítica al actual gobierno estatal, al que un virtual estrangulamiento presupuestal federal le ha impedido cumplir con sus compromisos y expectativas; y el divisionismo que causó entre los perredistas el proceso de selección de candidatos. Desconocer estos factores y responsabilizar de todo a un ex gobernador que dejó el poder, el gobierno y la tierra colorada de la Suave Patria hace tres años, es una visión reduccionista y voluntarista por decir lo menos.
2. Revisar la actuación de las corrientes y los procedimientos de selección de candidatos. La consulta abierta a la ciudadanía para designar a candidatos a cargos de representación popular o de dirección partidista no siempre reporta los beneficios esperados en materia de representación política, cohesión interna y posicionamiento frente a la ciudadanía. Es el mejor procedimiento de selección cuando existe transparencia, imparcialidad y participación amplia de la sociedad. En cambio, deviene un mecanismo de exclusión y división cuando se utiliza de manera facciosa para beneficiar a una corriente en detrimento de las restantes que conforman un partido plural y diverso por naturaleza como es el PRD. En Zacatecas, en los últimos tres años, se han realizado tres procesos de consulta a la ciudadanía y a la militancia: una, para seleccionar a los dirigentes estatales en 2005; dos, para postular candidatos a diputados federales y senadores en 2006; tres, para designar candidatos a las alcaldías y a las diputaciones locales. En cada una de ellas se registraron protestas, denuncias y deserciones de militantes que afectaron la cohesión interna del PRD, un fenómeno que fue minimizado o simplemente ignorado por la corriente llamada “foro nuevo sol”, que buscó a toda costa y a cualquier costo avasallar y someter a las restantes expresiones.
3. Frente a la exclusión de facto, se buscó una inserción formal en el Frente Amplio Progresista (FAP). Mi participación fue en favor, no en contra, del PRD y se dio en varios momentos. Destaco dos. En el mes de febrero de 2007, intercedí en favor de un acuerdo de inclusión de los perredistas disidentes en las candidaturas al Congreso local; solicitaban tres candidaturas de mayoría relativa (de 18) y una de representación proporcional. La respuesta fue: “Las candidaturas se ganan con votos, no con acuerdos”. Quince días antes de la elección, con las encuestas que anunciaban el resultado por venir, propuse una alianza de facto PRD-Convergencia y PT, es decir, relanzar el FAP e ir unidos a las urnas. Ni siquiera hubo respuesta. Ahora sabemos que el FAP hubiese obtenido 32 de 58 alcaldías, 14 de los 18 distritos electorales y 48% de la votación estatal efectiva. Más que hace tres años. La izquierda se hubiese consolidado como la primera fuerza política de manera indiscutible y contundente.
10 julio 2007
MI VERDAD I
Etiquetas:
PRD en Zacatecas
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