La acusación "contradictoria"
W
ASHINGTON.- Al gobierno de México “le conviene que mi cliente no siga poniendo en evidencia los vínculos con el narcotráfico que hubo detrás de la campaña del presidente Calderón en 2006, y la mejor forma de hacerlo es logrando que Ye Gon se quede en una cárcel aquí”, señala Martin McMahon, uno de los abogados del empresario chino Zhenli Ye Gon en Estados Unidos, cuyas autoridades lo acusan ahora de narcotráfico.
El litigante atribuye las acciones de los gobiernos de ambos países contra Ye Gon a “una conspiración política orquestada por el gobierno de México en colaboración con el de Estados Unidos contra mi cliente”.
El caso de Ye Gon, a quien el gobierno de México acusa de tráfico de precursores químicos para la fabricación de drogas sintéticas, lavado de dinero y delincuencia organizada, dio un giro de 180 grados el lunes 23, cuando efectivos de la agencia federal antidrogas de Estados Unidos, DEA, lo arrestaron en la ciudad de Wheaton, Maryland.
El arresto no obedeció, sin embargo, al pedido de detención con fines de extradición que el gobierno mexicano le hizo oficialmente a Washington el lunes 9, sino a cargos por tráfico de metanfetaminas fincados a Ye Gon en Estados Unidos.
McMahon dice que él es uno de los primeros sorprendidos por el repentino cambio en la situación de su cliente. En entrevista, dice a Proceso: “No tengo las pruebas para fundamentar que hay un acuerdo tácito entre los gobiernos de México y Estados Unidos”, pero suena “ilógico que ahora sea el gobierno estadunidense el que acuse a Ye Gon de narcotráfico, cuando públicamente varios voceros del Departamento de Justicia habían declarado a los medios de comunicación (mexicanos) que (en Estados Unidos) no existía ninguna acusación contra Ye Gon”.
Peligro de muerte
El pasado martes 24 de julio, cuando Ye Gon fue presentado ante la juez Deborah Robinson, de la Corte Federal del Distrito de Columbia, sorpresivamente el fiscal Julius Rothstein, a nombre del Departamento de Justicia, entregó a la magistrada una “queja criminal” firmada por el agente especial de la DEA Eduardo Chávez, con la que oficialmente el gobierno de Estados Unidos acusa a Ye Gon de conspirar para manufacturar y distribuir en su territorio “500 gramos o más” de metanfetaminas.
De acuerdo con dicha queja, el empresario chino debería permanecer hasta 10 años en prisión en caso de ser declarado culpable de ese delito.
“No tiene sentido –insiste McMahon–, todos suponíamos que Ye Gon había sido detenido a petición del gobierno de México, pero no fue así. El cambio de rumbo del caso nos obligó a recurrir a otros métodos de defensa, al darnos cuenta de que contra mi cliente existe una conspiración política.”
La juez Robinson ordenó el arresto de Ye Gon, sin derecho a fianza, bajo el cargo que le imputa el Departamento de Justicia. También determinó que la audiencia preliminar contra el empresario por narcotráfico se lleve a cabo este viernes 3 de agosto a las 9:30 de la mañana.
Ante esa determinación, McMahon y su colega Ning Ye decidieron solicitar asilo en Estados Unidos para su cliente, ya que, alegan, el empresario es víctima de persecución política por parte del gobierno mexicano y podría ser asesinado.
“Yo soy el testigo clave de los fraudes de la elección presidencial del Partido Acción Nacional”, sostiene Ye Gon al justificar la petición de asilo político que el martes 24 presentaron sus abogados ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos.
“Definitivamente, seré asesinado bajo el régimen corrupto de México, bajo el régimen de Felipe Calderón y del Partido Acción Nacional, por venganza política, persecución y el deseo ardiente de estos últimos de silenciarme”, reitera Ye Gon en su declaración de pedido de asilo, difundida por McMahon y Ning Ye en Washington.
Según McMahon, la intención del gobierno mexicano es que a Ye Gon se le juzgue y sentencie en Estados Unidos por el delito que le imputan; “así, el gobierno mexicano evita que Ye Gon, estando en México, siga exponiendo el fraude electoral y la relación del PAN con el narcotráfico. Supongo, y no conozco los procesos políticos mexicanos, que estando allá las declaraciones de Ye Gon deberían ser sujetas a una investigación que, de darse, destaparía la caja de Pandora”.
Dudas y contradicciones
Entre las nuevas dudas sobre el caso de Ye Gon en Estados Unidos, destacan las causadas por el Departamento de Justicia, que antes del arresto de Ye Gon negaba que tuviera cargos contra él.
Dos días después de que el empresario chino solicitara asilo político –y en otra “acción deliberada para facilitarle las cosas al gobierno de México”, opina McMahon–, el Departamento de Justicia entregó a la Corte Federal del Distrito de Columbia un “encauzamiento judicial con fecha del 11 de mayo de 2006”, en el que señala a Ye Gon como responsable de traficar “500 gramos o más” de metanfetaminas a Estados Unidos, cargo por el cual “técnicamente” se da por anulado el éxito de la solicitud de asilo político. En cambio, según el expediente, por ese delito el acusado podría ser sentenciado a un año de cárcel.
Otra duda surge al comparar el encauzamiento judicial y la “queja criminal” que el Departamento de Justicia presentó contra Ye Gon ante la mencionada corte federal, dice el abogado: el primero señala que por el tráfico de metanfetaminas el chino podría ser sentenciado a un año de cárcel, mientras que en la queja se asegura que la pena de castigo “máxima” para el mismo cargo son 10 años.
Aunque McMahon considera que esa discrepancia fundamenta más su versión de la conspiración política, agrega que el gobierno estadunidense tendrá que ofrecer una explicación: “En la audiencia del 3 de agosto, el Departamento de Justicia debe aclarar todas estas dudas, pero además nosotros vamos a llevar a un experto en sustancias químico-farmacéuticas que les demostrará que son falsas las acusaciones que le imputan a Ye Gon”.
Pero eso no es todo en materia de contradicciones. En el encauzamiento judicial contra Ye Gon, el Departamento de Justicia establece que el acusado “conspiró para manufacturar y traficar 500 gramos o más de una mezcla de sustancias que contenían una cantidad detectable de metanfetaminas” desde 1999 hasta marzo de 2007, mientras que la queja criminal señala que el empresario llevó a cabo esa misma actividad de “diciembre de 2005 a marzo de 2007”, señala McMahon.
El litigante asegura que, como parte de la supuesta conspiración política contra su cliente, “seguramente” este viernes 3 de agosto el Departamento de Justicia estadunidense incluirá en la exposición de su queja delitos relacionados con el lavado de dinero, a fin de sostener la causa contra Ye Gon sin caer en contradicciones; “lo cual beneficiará a mi cliente –apunta McMahon– porque, como están las cosas, todo es una contradicción”.
La noticia del arresto de Ye Gon, el martes 24, coincidió con la visita de Eduardo Medina Mora, procurador general de la República, a Washington. En conferencia de prensa realizada en la embajada mexicana, el funcionario dio a entender que el gobierno de Felipe Calderón ya se resignó a que Ye Gon purgue en Estados Unidos la pena que se le imponga por narcotráfico, para que luego sea extraditado a México, lo cual podría demorar varios años e incluso suceder después de que termine el presente sexenio.
“Nosotros no tenemos una percepción, digamos, patrimonialista del caso. Lo que queremos es que el señor Zhenli Ye Gon enfrente a la justicia de la manera más severa y donde sea más inmediatamente practicable, y ese es el mismo interés que tiene la autoridad estadunidense, por eso hemos compartido tanto la evidencia generada en nuestro país a partir de la investigación del Ministerio Público Federal, como la obtenida en Estados Unidos”, dijo el procurador mexicano.
En la misma línea de que el gobierno mexicano se confabuló con el estadunidense para acallar el escándalo político, sobre todo para seguir librando de un escrutinio legislativo y judicial a Javier Lozano Alarcón.
Por cierto, en su solicitud de asilo el empresario chino vuelve a señalar al titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social como el hombre que, con amenazas, lo obligó a esconder 150 de los 207 millones de dólares que le confiscó en total la PGR en su casa de las Lomas de Chapultepec.
“Una vez que termine el sexenio de Calderón, digamos incluso cuatro años después (si Ye Gon fuera sentenciado a 10 años de cárcel en Estados Unidos), ¿quién se va a acordar de mi cliente y del secretario del Trabajo? Nadie. Esta es la clave de todo y la razón por la que ahora resulta que Estados Unidos acusa de narcotráfico a Ye Gon”, resume McMahon.
Sin embargo, confía en conseguir la libertad “condicional” del empresario chino en la sesión de este viernes 3 de agosto ante la Corte Federal del Distrito de Columbia. l
15 julio 2007
Ye Gon: La Historia del Proceso 2
Etiquetas:
PROCESO
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario