Misión: Encubrir a la Presidencia
Daniel Lizárraga Al menos uno de los hilos con que Zhenli Ye Gon tejió su red de impunidad durante la administración de Vicente Fox conduce hasta la Presidencia de la República y a los círculos cercanos al propio Fox y a Felipe Calderón. Para comprobarlo, basta un seguimiento puntual del primer permiso de importación falso del empresario chino que se detectó en la Cofepris...
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ace un año y siete meses, cuando aún era procurador general de la República, Francisco Daniel Cabeza de Vaca –actual consejero jurídico de la Presidencia– supo que se había descubierto un permiso de importación apócrifo a nombre de la empresa Unimed Pharm Chem de México, cuyo principal negocio era vender seudoefedrina, precursor para elaborar metanfetaminas.
No obstante, la denuncia penal que presentó por ello la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) desde el 17 de enero de 2006 y la averiguación previa correspondiente (AP/PGR/DF/RS-1/144/006) se archivaron todo ese año. El procedimiento no registró avances durante las elecciones presidenciales, el conflicto poselectoral y el período de transición gubernamental.
Una vez desatado el escándalo por el decomiso de un total de 207 millones de dólares en la residencia de Ye Gon, un equipo de auditores especializados de la Secretaría de la Función Pública (SFP) desempolvó esa querella y además descubrió 234 permisos de importación apócrifos, o cuando menos irregulares, de los cuales nueve están estrechamente vinculados con el tráfico ilegal de seudoefedrina que encabezaba el empresario chino.
Estas numerosas autorizaciones para recoger medicamentos y precursores químicos en las aduanas no provienen de talleres de impresión clandestinos, sino de las oficinas de la Cofepris, organismo descentralizado de la Secretaría de Salud, que el sexenio pasado encabezó Julio Frenk Mora.
En su edición anterior (1603), Proceso informó del descubrimiento de decenas de permisos de importación apócrifos, pero al ampliarse las indagatorias esos documentos ya se cuentan por centenares.
Conveniente lentitud
La primera pista concreta sobre cuál era el negocio real de Ye Gon se obtuvo en la Cofepris desde el 25 de octubre de 2005, según consta en un memorando escrito por Silvia Hernández Rivera, subdirectora ejecutiva de Importaciones y Exportaciones de la comisión.
El documento forma parte de la denuncia penal presentada ante la delegación de la PGR en la Ciudad de México. Cabeza de Vaca, entonces procurador general, no pudo ignorar dicha denuncia, puesto que en 2004 y 2005 la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) le advirtió al gobierno de Vicente Fox que posiblemente operaran en México organizaciones extranjeras de narcotraficantes (Proceso 1603).
A partir del descubrimiento del primer permiso de importación apócrifo, los auditores de la SFP desempolvaron las copias de esa denuncia y la integraron a su investigación.
En el referido memorando, Hernández Rivera le avisa a la subdirectora ejecutiva de lo Contencioso de la Cofepris, Gabriela Calzada, sobre la presunta falsificación del permiso de importación 1-81167-2005 a nombre de Unimed Pharm Chem de México, S.A. de C.V.
Para el 18 de noviembre, es decir 24 días después, el asunto se turnó a la Coordinación General Jurídica; estaba a un paso de la denuncia penal. En una carta posterior, la subdirectora de lo Contencioso subrayó ante la Coordinación General Jurídica y Consultiva, bajo el mando de Julio Antonio Hernández Barros:
“Solicito a usted emita sus comentarios en relación a la posible falsificación, si considera se realice la denuncia de hechos o en su caso qué elementos hacen falta para integrar la denuncia. Se anexa el original del permiso de importación, así como de la relatoría de las inconsistencias que muestran la copia de dicho permiso.”
Entonces sobrevino el primer retraso significativo: pasaron dos meses para que la denuncia llegara a la PGR, cuyo titular, Daniel Francisco Cabeza de Vaca, gozaba de toda la confianza del presidente Vicente Fox.
Proveniente de León, Guanajuato, donde fue notario público y secretario de Gobierno en el mandato local de Vicente Fox, cuando éste asumió la Presidencia, Cabeza de Vaca fue jefe de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Gobernación bajo el mando de Santiago Creel; luego fue ascendido a subsecretario de Asuntos Jurídicos y de Derechos Humanos de la dependencia, un cargo hasta entonces inexistente.
En mayo de 2005 el presidente Fox lo nombró procurador general de la República, en sustitución de Rafael Macedo de la Concha tras el problema político generado por el proceso de desafuero contra Andrés Manuel López Obrador. Ahora, ya con Calderón en el gobierno, fue nombrado Consejero Jurídico de la Presidencia. Una carrera política vertiginosa en las administraciones panistas.
El 17 de enero de 2006, en pleno despliegue de las campañas electorales, la PGR de Cabeza de Vaca recibió la denuncia de la Cofepris –entonces dirigida por otro reconocido panista, Juan Antonio García Villa–, en la que se puntualizó:
“Con motivo de una prórroga (para la importación de medicamentos) fue ingresado un trámite ante la Cofepris con el número 05330020281167 a favor de la empresa UNIMED PHARM CHEM MEXICO S.A. DE C.V., con fecha 18 de abril del 2005 (el permiso original) y salida al 3 de mayo. Como parte del proceso ordinario que lleva la Cofepris fueron localizadas anomalías en el documento.”
El número asignado por algún funcionario de la misma Cofepris al pedimento de importación correspondiente al permiso mencionado de la compañía de Ye Gon, pertenecía en realidad a la prestigiada empresa Productos Roche.
El problema no sólo fue el uso indebido del número, sino que esa autorización nunca fue recogida. Además, según la acusación de la Cofepris, se falsificaron las firmas de dos funcionarias de la Cofepris: la gerente, Laura González, y la directora ejecutiva, cuyo nombre no se menciona en el documento.
La delegación metropolitana de la PGR envió la denuncia a la mesa XI de la misma dependencia, en el Reclusorio Sur de la Ciudad de México. Este fue el único movimiento del expediente. En los registros de la Cofepris no hay notificaciones, cartas, oficios ni otras muestras de que se trabajó sobre esa primera pista sobre la forma en que Ye Gon realizó el tráfico ilegal de seudoefedrina.
Sólo hasta el 21 de noviembre, en la víspera del cambio de gobierno, la Administración Central de Contabilidad y Glosa del Sistema de Administración Tributaria (SAT) le mandó un oficio más que peculiar a Miguel Lombera González, jefe de la Comisión de Autorización Sanitaria (CAS) de la Cofepris.
En el documento, firmado por Gilberto Almazán Elizondo en ausencia del titular de la oficina, José Alfonso Torres Cabello, se le dice a Lombera que desde el 12 de mayo de 2006 –seis meses atrás– se le envió a la CAS un oficio mediante el cual se solicita su colaboración para verificar diversos permisos, presuntamente apócrifos.
“En respuesta –dice el funcionario del SAT– se recibió un oficio sin fecha y con número CAS/311/06 en donde informa los resultados de la Comisión Federal. Sin embargo, la información asentada menciona que los permisos se presumen o pudieran ser apócrifos, lo que no resulta claro y contundente para que esta Administración Central proceda al ejercicio de las facultades conferidas.”
Entre los documentos que se pedía investigar a la Administración Central de Contabilidad y Glosa está precisamente el otorgado a Unimed Pharm Chem de México, sobre el que la propia Cofepris ya había presentado una denuncia penal con plena seguridad de que era falso.
Nada más se supo sobre los permisos falsos durante el gobierno foxista, que Cabeza de Vaca conoció desde enero de 2006, y el funcionario apareció como el nuevo Consejero Jurídico de la Presidencia.
Apenas el pasado lunes 23 –a un año y nueve meses del primer indicio cierto sobre las importaciones ilegales de Ye Gon, y cuando la confiscación de una fortuna al chino ya se había convertido en un escándalo con tintes políticos– el Órgano Interno de Control en la Secretaría de Salud y la PGR finalmente reaccionaron: mediante un oficio le pidieron a Ernesto Ramos Gutiérrez, actual titular de la Coordinación General Jurídica y Consultiva de la Cofepris, más información sobre el primer permiso apócrifo, detectado en octubre de 2005.
La respuesta consistió, simplemente, en mandarles una copia de la denuncia penal e informarles que había sido consignada al Reclusorio Sur.
Quien ahora tiene los hilos de esta historia sobre los permisos apócrifos de Ye Gon, en cuyo lentísimo procesamiento tiene un papel importante el consejero jurídico de la Presidencia, Daniel Cabeza de Vaca, es Germán Martínez Cázares, el secretario de la Función Pública y amigo cercano de Felipe Calderón.
De Martínez se dice que podría dejar el gabinete para asumir la dirigencia nacional del PAN. Pero en su actual cargo tiene que averiguar cómo Laura Guerrero, hoy directora de Auditoría a Órganos Desconcentrados de la Secretaría de Salud, detuvo en seco una investigación contra Ye Gon antes de que éste saltara a la fama.
En efecto, en enero pasado se empezó a recopilar información sobre Ye Gon en la Contraloría Interna de la Secretaría de Salud. Se trataba de una auditoría de rutina, pero cuidadosa porque ya había llamado la atención la forma indiscriminada en que la seudoefedrina ingresó a México durante el gobierno foxista.
Sin embargo, cuando se descubrieron los 207 millones de dólares en la casa de Ye Gon en las Lomas de Chapultepec, Guerrero frenó la investigación interna. Proceso pidió a la Dirección de Comunicación de la SFP una entrevista con algún funcionario sobre este tema, pero el área sólo dijo que no habría comentarios y que las pesquisas seguirían su curso “normal”.
Sospechosos permisos “legales”
El miércoles 26 de julio, en una rueda de prensa realizada en Los Pinos, el procurador Eduardo Medina Mora aseguró que a partir de 2004 Ye Gon burló a las autoridades mexicanas mediante papeles falsos.
“La documentación con la cual se tramitaron los pedimentos de importación no traía aparejados permisos de Cofepris, porque no tenían obviamente una cobertura en la regulación. También tenían facturas, que ahora podemos afirmar son falsas, de empresas chinas inexistentes que no corresponden con la empresa que realmente les surtió el producto y los conocimientos de embarque. Los pedimentos de importación fueron tramitados con base en documentación apócrifa”, dijo.
Con el afán de ser contundente, agregó:
“Es evidente que la indagatoria no ha concluido, que la Procuraduría General de la República investiga todas las posibles relaciones, apoyos o soportes que hubiera podido recibir el señor Zhenli Ye Gon, sus coacusados y las empresas que él encabezaba, para efectos de poder hacer esta importación ilegal, insisto, con documentación falsa, sin los permisos respectivos de Cofepris y planteando a la Administración General de Aduanas pedimentos de importación que estaban sustentados en información falsificada, en documentación falsificada e información no apegada a la realidad.”
Medina Mora atribuyó el uso de papeles apócrifos a sólo un grupo de empresas chinas fabricantes de seudoefedrina y subrayó que después de 2004 la Cofepris no otorgó permisos para importar precursores químicos a nombre de las firmas de Ye Gon.
El procurador omitió que el gobierno calderonista ya tiene información en el sentido de que esa falsificación de documentos sí pasó por algunas oficinas de la Cofepris. Los auditores de la SFP han encontrado indicios de que en la Comisión de Autorización Sanitaria (CAS) se fabricaron los permisos de importación a favor de Ye Gon, lo que pone en entredicho las palabras de Medina Mora.
Extrañamente, a la conferencia de prensa del jueves 26 no acudió el secretario de la Función Pública, Germán Martínez, aun cuando desde hace alrededor de tres semanas su dependencia mantiene abiertas dos auditorías relacionadas con Ye Gon.
En su intento por constreñir el tema de las importaciones ilegales de seudoefedrina y el tráfico de permisos falsos hasta después de 2004, Medina Mora tácitamente respaldó la idea de que los cargamentos introducidos por Ye Gon a México entre 2001 y 2003 fueron legales. Así lo dijo:
“Vale la pena señalar que Cofepris, en términos de la entonces vigente regulación en materia de Importación de Precursores Químicos, especialmente seudoefedrina, concedió permisos de importación a las empresas relacionadas con el señor Ye Gon hasta el año 2004.”
De esta explicación se desprende que en el último tercio del sexenio foxista el empresario chino pudo burlar a las autoridades sólo mediante documentación falsa. Esto significa que durante las campañas electorales, la elección en sí misma y el conflicto poselectoral, no pudo ser localizado por las autoridades.
Sin embargo, Proceso (número 1603) difundió el contenido de una parte de la auditoría abierta en la Cofepris –bajo el control de la SFP– en la cual consta que Ye Gon obtuvo “permisos legales” antes de 2004. Según puede comprobarse en copias de 23 de estas autorizaciones, los documentos se otorgaban en un promedio de seis días.
Por ejemplo, el 7 de enero de 2004 Ye Gon solicitó un permiso para importar 11 mil kilogramos de sulfato de seudoefedrina. Cinco días después obtuvo la autorización IPQ-004-2004 para recoger sus contenedores en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Al día siguiente, 8 de enero, el empresario chino pidió licencia para traer al país 10 mil kilogramos de clorhidrato de efedrina. La autorización salió ese mismo día, según consta en el permiso IPQ-006-2004. Para Medina Mora estas autorizaciones fueron “legales”, de acuerdo con lo que dijo en Los Pinos
15 julio 2007
Ye Gon: La Historia del Proceso 3
Etiquetas:
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