Las actuales condiciones en el país, imponen al movimiento de trabajadores la necesidad de realizar una huelga nacional de gran envergadura en contra de las recientes reformas a la Ley del ISSSTE. Una y otra vez los trabajadores han demostrado su gran disposición.
Lamentablemente, para la lucha misma, las direcciones sindicales que la encabezan no están dispuestas a impulsar de manera seria esta iniciativa. Nos referimos a los burócratas dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y a los dirigentes de la Secc. XVIII de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) quienes en los hechos han venido mediatizando la propuesta que se venía perfilando de huelga nacional hacia el 31 de agosto.
En el caso de la UNT el llamado a una huelga nacional es simple demagogia. Es similar a los llamados que en su momento el vetusto y extinto líder cetemista, Fidel Velásquez, terminó por desgastar hasta el cansancio, al alardear con huelgas en todo el país por aumento salarial y que terminaban en maniobras para mejorar el control de los trabajadores. La expresión más reciente de ello la tuvimos en junio del año pasado, cuando la dirección colegiada de la UNT (Francisco Hernández Juárez, Agustín Rodríguez y Valdemar Gutiérrez) convocó a una supuesta huelga nacional en defensa de la autonomía sindical de los trabajadores mineros, a propósito de la tragedia de Pasta de Conchos, acción que por supuesto no prepararon y mucho menos realizaron. Esta es la esencia política de la UNT: realizar declaraciones mediáticas para dar una imagen de lucha ante la opinión pública y ante sus agremiados, pero en el terreno de la acción, operan de manera distinta, sin ninguna disposición a dar batallas consecuentes a favor de los intereses de los trabajadores.
Frente a las reformas a la Ley del ISSSTE la primera declaración de la UNT y en específico de Agustín Rodríguez, fue la de realizar una huelga nacional para el 31 de agosto, que ahora vienen cambiando por la propuesta "light" de realizar un plantón en la Cámara de Diputados a partir del primero de septiembre, fecha en que inicia el segundo periodo ordinario de sesiones.
Por su parte la Sección XVIII de la CNTE le impuso al Consejo Nacional de Huelga (CNH) el realizar para el 31 de agosto un cuarto paro cívico nacional, acción que fue resuelta sin la participación de las bases magisteriales y sin mayor discusión al interior del CNH. Y como no hubo definición al respecto, entendemos que esta acción sería como las anteriores: de 24 horas.
Ambas políticas, cada una por su lado, están conduciendo al movimiento hacia el desgaste y por ende a la derrota, al diluir los esfuerzos de un movimiento que sigue extendiéndose actualmente. Nuevamente no se ha preparado ésta acción para ampliarla hacia otros sindicatos y para convertirla en una acción de mucha mayor fuerza.
Lo que los trabajadores debemos exigir a estas direcciones sindicales es que se garantice la participación democrática de todos los trabajadores en la preparación del plan de lucha, para abrogar las reformas a la ley del ISSSTE. Junto con ello debemos exigir que se ejecuten las iniciativas acordadas por la base; es decir, desterrar toda tentativa de acordar acciones entre unos pocos o a través de instancias controladas por la burocracia, como es el caso del Consejo General de Representantes del STUNAM.
Los trabajadores debemos discutir y preparar de manera unitaria la huelga nacional, único mecanismo con que contamos para derrotar de manera efectiva las iniciativas de Felipe Calderón y los organismos financieros internacionales.
La próxima jornada de movilizaciones debe desembocar en una huelga nacional indefinida, pero el 31 de agosto no debe quedar en el nivel alcanzado hasta ahora, un paro de 24 horas o un nuevo plantón.
Requerimos una acción que deje muy claro que el movimiento va en ascenso, en repudio a las contrarreformas y que prepare las condiciones para la huelga nacional indefinida, que no sólo revierta la reforma en materia de pensiones, sino todas las iniciativas que el gobierno de derecha pretende imponer a los trabajadores.
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