Desaparecido

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO, A LAS 11:30 DE LA NOCHE

GABRIEL GOMEZ CAÑA, POR ULTIMA VEZ SE LE VIO EL SABADO 25 DE MARZO PASADO,  A LAS 11:30 DE LA NOCHE Orizaba, Veracruz.- Llevaba una playera negra, pantalon de mezclilla, es de complexion delgado y piel morena...Es militante del Frente Popular Revolucionario y activista de Organizaciones Sociales.

15 octubre 2007

El insulto como arma


J. Jesús Esquivel

Aunque hace apenas dos años el presidente Vicente Fox felicitaba al “muy profesional equipo de Proceso” por su “libertad e independencia editorial” al hacer “un periodismo sin concesiones”, ahora monta en ira cada vez que, en cualquier lugar del mundo, algún periodista le menciona al semanario. Y es que, dice, esta “revistucha” sólo publica “mentiras” sobre la riqueza acumulada por él, por su esposa Marta y por los hermanos Bribiesca…

WASHINGTON.- “Periodicucho”, “revistucha”, “pasquín de basurero”, “buena para nada”, “agresiva” y “sin remedio”, son algunos de los calificativos que Vicente Fox utiliza ahora públicamente para referirse a Proceso.

Ante la sola mención de este semanario –que ha publicado información sobre sus bienes, los de Marta Sahagún y de los hermanos Bribiesca–, Fox se irrita, explota o, por lo menos, emite claros signos de incomodidad, como un día de febrero pasado, cuando, en el Centro Kennedy de Washington, lo abordó este corresponsal (Proceso 1581). “Es una revista muy fuerte de oposición en México –comentó–, es una revista agresiva de una manera muy personal contra Marta y contra mi persona”.

Acompañado de su esposa, debutaba allí en el papel de conferencista internacional, al que siguió el de predicador de la superación personal y luego, en la actualidad, el de escritor. En todos estos roles, el expresidente no ha dejado de pregonar que él fue una especie de paladín de la democracia mexicana y un mandatario tolerante, y que le abrió las puertas a la libertad de expresión después de siete décadas de hegemonía priista. Pero él mismo se ha encargado de destruir esta imagen en su relación con los periodistas.

Por ejemplo, el lunes 23 de abril en la ciudad de Estrasburgo, al salir de la oficina del líder socialista Martin Schultz, Fox se topó con un grupo de reporteros mexicanos en su camino a la cafetería del Parlamento Europeo.

–Señor Fox, nos van a correr si no nos dice nada. Va a tener que cargar en su conciencia con más desempleados –le comentó en broma uno de los reporteros.

–¿Ni siquiera a Notimex le va a hablar? –preguntó otro.

–Mañana los atiendo –contestó Fox.

–¿Incluso a Proceso? –le preguntó Marco Appel, corresponsal de este semanario en Bruselas .

Y entonces Fox se detuvo para señalar:

–¿Tú eres Proceso (sic)? ¡Uh, que la canción! No… pues salúdame a tu patrón allá, por favor...

–¿Se refiere a (Julio) Scherer?

–A todos, mándales mis más gratos recuerdos…

–¿No lo hemos tratado bien en Bruselas? –inquirió a su vez el corresponsal del diario Reforma en Estrasburgo.

–Entre Reforma y Proceso, ahí se la llevan –contestó Fox mientras seguía caminando.

–Hacemos sólo nuestro trabajo –le recordó el corresponsal de Proceso.

–¿Trabajo? ¡Destrozar no es trabajo! –replicó molesto.

–No lo destrozamos…

–Tú no, tu revista sí.

–La revista la hacemos personas…

–Malas personas. No tienen remedio. Me eché seis años igual: ¡Proceso no tiene remedio!

Tres días después de este incidente, en la Universidad Católica de Harding, en Searcy, Arkansas, donde ofreció una conferencia sobre democracia y la relación entre México y Estados Unidos, Fox arremetió nuevamente contra este semanario al detenerse a saludar a un pequeño grupo de mexicanos.

–¡Somos de Guanajuato! –gritó uno de ellos.

–¡Ah, son paisanos! ¿Ya los viste, Marta? –dijo Fox a su mujer.

Y se puso a platicar con ellos sobre “lo bonito que son los encinos en Guanajuato”… En ese momento, el corresponsal en Washington se le acercó. Marta Sahagún se percató de ello y jaló al expresidente del brazo. Éste volteó a ver al reportero y fue cuando soltó:

–No voy a responder a tus preguntas. Proceso sólo está jodiendo.

–Señor expresidente, sólo quiero ver si me puede dar una entrevista –le aclaró el corresponsal.

–Primero habla con tu patrón –respondió Fox endureciendo el tono.

–¿A quién se refiere? ¿A don Julio Scherer?

–Ese está muy viejo, me refiero a tu director, a Rafael (Rodríguez Castañeda). Dile que me deje de jorobar.

–Yo sólo quiero la entrevista…

–A la próxima te la doy a ti, pero aquí en Estados Unidos, y sólo si me dejan de fregar.

Marta Sahagún volvió a jalarlo del brazo y ambos –rodeados de guardias de seguridad de la Universidad de Harding– abordaron una camioneta Cheyenne que los alejó del lugar.

La ostentación en “Quién”

El 14 de septiembre pasado, la revista Quién publicó el reportaje titulado Los Fox, su vida después de Los Pinos, donde marido y mujer posaron para la revista haciendo gala de las costosas remodelaciones que hicieron al rancho de San Cristóbal. El texto –que fue recogido por Proceso en la portada de su edición 1611 con el título Lo que la Presidencia nos dejó…– ocasionó irritación ciudadana por la ostentación del lugar, mientras la mayoría de los mexicanos se debaten en la pobreza. El propio Congreso de la Unión decidió entonces investigar la riqueza de los Fox.

La indagatoria legislativa se produce justamente cuando Fox y Marta Sahagún recorren varias ciudades de Estados Unidos para promover el libro La revolución de la esperanza, de la autoría del expresidente y de Rob Allyn.

La gira de Fox como escritor comenzó el lunes 8 de octubre en Nueva York. Y ese mismo día reanudó sus ataques a Proceso. Durante una entrevista con la agencia de noticias estadunidense Associated Press (AP), Fox llamó “patán” al senador perredista Ricardo Monreal, quien lo denunció penalmente por enriquecimiento ilícito ante la Procuraduría General de la Republica, y calificó de “mentiras” la información que ha publicado Proceso sobre sus bienes.

Fox rechazó allí la acusación de enriquecimiento ilícito y afirmó que los cargos que le imputan son “una venganza sin sustento alguno”. Luego de decir que este semanario es un “periodicucho”, preguntó: “¿Qué les duele, qué problema tienen, quién les paga? Lo desconozco. Pero está totalmente descalificado Proceso para hacer lo que hizo, porque no ha dicho más que mentiras”, declaró en la entrevista con AP.

El jueves 11, Vicente Fox reapareció en Washington para seguir promoviendo su volumen, y en una librería del centro de la ciudad, acompañado de su esposa Marta, autografió alrededor de 200 ejemplares.

Este reportero hizo fila en espera de que el expresidente le autografiara un ejemplar de La revolución de la esperanza, y cuando le tocó su turno, pidió al autor personalizar el autógrafo. Fox entonces levantó la vista y dijo:

–Para Proceso no, con todo lo que han escrito.

–Para mí y para Proceso –aclaró el reportero.

–No, para Proceso no; para ti sí, pero no para Proceso. No deberías trabajar ahí, no te conviene…

–La última vez que lo vi, en Little Rock (Arkansas), me dijo que la próxima vez que nos viéramos en Estados Unidos usted me daría una entrevista –le recordó el corresponsal.

–No una entrevista a Proceso… ¡Imagínate! Con todo lo que escriben…Yo debería escribir en Proceso para que ganen dinero…

Aunque, por lo visto, Vicente Fox ya no recuerda que, hace apenas dos años, con motivo del 29 aniversario de Proceso, había afirmado todo lo contrario.

El 6 de noviembre de 2005, en una elegante tarjeta encabezada por el águila mocha de su Escudo Nacional, el primer mandatario de la nación expresaba al director de este semanario, Rafael Rodríguez Castañeda:

“La libertad y la independencia editorial que Proceso ha defendido a lo largo de este tiempo hoy celebran 29 años. Por este motivo, me es muy grato felicitarle y hacerle llegar un sincero abrazo.

“A usted y a todos quienes forman parte del muy profesional equipo de Proceso, mi reconocimiento y mi invitación a que sigan brindándonos, semana a semana, una revista, como bien lo señalan, de periodismo sin concesiones.”

Firmaba la misiva Vicente Fox Quesada en calidad de presidente de la República.

Rumbo y Telemundo

A mediados del presente mes de octubre, en Houston, Texas, Vicente Fox concedió una entrevista al reportero Rodrigo Paris, del semanario Rumbo, y cuando surgió el tema de sus bienes y la corrupción en su gobierno, el guanajuatense montó en ira contra Proceso e inclusive personalizó las críticas:

“Estoy viendo para adelante. Entonces dejo que aquellos se hagan bolas allá atrás, que sigan con sus calumnias, sus mentiras, sus engaños. Al final nadie se las va a creer. Al final, la verdad va a salir a flote. Esa revistucha de Proceso es una revista buena para nada, más que para provocar escándalos, para hacer calumnias. El señor Scherer francamente no merece ni siquiera mi consideración. Es un pasquín de basurero, porque en Proceso se empeñan cada ocho días en estar con los mismos refritos, las mismas historias tontas y equivocadas. Yo fui el primer presidente de la República que hizo público su patrimonio, que está en el internet, y ustedes lo pueden ver ahí en www.centrofox.org.mx. Ahí está lo que tengo, ahí está lo que he tenido de ingreso y lo que he tenido de gasto. Soy transparente, rindo cuentas y no me preocupan estas tonterías.”

Luego, en Los Ángeles, California, concedió una entrevista a Rubén González Luengas, conductor y reportero de la estación local de la cadena de televisión en español Telemundo.

González Luengas comenzó su entrevista cuestionando a Fox sobre las contradicciones contenidas en La revolución de la esperanza, en relación con los hechos políticos, económicos y sociales que vivieron los mexicanos durante su presidencia. Pero la última pregunta de González Luengas ocasionó que el presunto buen jinete del Bajío perdiera los estribos…

–Fíjese que me están diciendo que me quedan… ¿dos preguntas? ¿Ya no puedo… ya no puedo… ya no puedo hacerle…? –inquiere González Luengas.

–¡Dale, dale, sí, échale! Una más…

–concede el de Guanajuato.

–Una más… bueno… entonces… No sé cuál escoger, si la de Guillermo Ortiz o ésta –dice González Luengas mostrando al expresidente unos documentos–, pero yo creo que escojo ésta porque es el tema que está ahorita… Mire, no solamente ha sido la revista Proceso, y lo digo con la mejor intención… Yo leo estos libros, y digo: Si esto... –no alcanza a terminar su frase el reportero que, en ese momento, levanta un ejemplar del libro La familia presidencial, escrito por Anabel Hernández y Arelí Quintero, a la vez que coloca sobre sus rodillas un ejemplar de Proceso.

Fox lo interrumpe:

–Préstame mi libro, también para mostrarlo siquiera…

–A ver, aquí está…

–Porque si no, nada más te estás llevando tú el rating y yo nada –comenta Fox.

–No, no, no… Yo siempre trato...

–¡Échale, échale, dale, dale! –reitera ansioso Fox.

–No sólo la revista Proceso… –trata de aclarar González Luengas cuando un asistente de Fox intenta acabar con la entrevista, aunque el expresidente se opone.

–¡No, déjalo, déjalo…! ¡Dale…! ¡Vamos…! Porque, si no, luego esto queda corto y me andan criticando que no les hago caso. ¡Adelante! –reta Fox.

Pero cuando al fin González Luengas puede formular su pregunta, pidiendo al exmandatario aclarar el origen de sus bienes y los de su esposa, Fox sonríe, se mueve en su asiento, se moja los labios, manotea, toca al entrevistador y hasta reformula las preguntas para insistir en que los cargos que le achacan son “mentiras” y “basura” publicadas en Proceso y en el libro de Hernández y Quintero.

–Lo que tengo ahí está (en sus declaraciones patrimoniales en el Centro Fox), y si no, te tendría que llamar yo un mentiroso, un calumniador, ¡a ti, a ti!

–Yo no lo estoy acusando –replica González Luengas.

–¡A ti, a ti!

–¡Yo no lo estoy acusando!

–¡Sí, me estás acusando delante del publico!

–Yo no lo estoy acusando, yo le estoy diciendo...

–Ese es el clásico aventar la piedra y esconder la mano…

–Usted lo que quiere es una entrevista suavecita…

–¡Eres un mal entrevistador!

–Bueno, seré un mal entrevistador, pero pues ni modo, discúlpeme.

–Ojalá lo saques con tu audiencia.

–¡Por su puesto que lo voy a

sacar!

–¡Porque estas mintiendo!

–No, yo no estoy mintiendo.

–¡Estas mintiendo!

–Le estoy preguntando de gente que lo ha acusado a usted.

–Dijiste que Marta era dueña...

–Eso dicen los títulos de propiedad de Guanajuato –insiste el reportero de Telemundo, pero sólo ocasiona mayor enojo y desesperación de Fox, quien, para dar por terminada la entrevista, hace un gesto irónico y cambia el tono procurando parecer más cordial: “amigos como siempre, viejito”.

Pero al levantarse, Fox ya no puede contener su irritación con González Luengas y, antes de irse, le espeta: “¡Eres un vulgar!”.

En entrevista con Proceso, González Luengas dice no estar sorprendido por la actitud de Fox. “Es un prepotente, un inseguro, un megalómano que actúa como un desquiciado”, asegura, y destaca que antes de que lo llamara “vulgar”, el expresidente de México le dijo algo así como “carajo, pobre estúpido”.

–¿Por que le mencionaste a Fox lo publicado por Proceso? –pregunta este corresponsal a González Luengas.

–Porque hay un contexto. Antes de mi entrevista, le dio una al corresponsal de Telemundo en México, al reportero Carlos Botifol, de la cadena nacional. Y cuando le preguntó sobre las acusaciones de su enriquecimiento ilícito, Fox en dos ocasiones habló de Proceso. Dijo algo así como que esa revistucha o periodicucho era responsable de los cargos que le imputan a él y a su esposa, y que se ha encargado de generar las dudas sobre el origen de sus bienes –explica González Luengas.

El reportero de Telemundo, nacido en la Ciudad de México, considera que todo lo que hace Fox en Estados Unidos es parte de una estrategia para intentar ocultar los errores que cometió durante su sexenio, y agrega: “Pero se expone, y eso no le gusta, como se vio en mi entrevista. Se portó como patrón. Adoptó la posición del hacendado ante los peones de que él es el único que tiene la razón y todos los demás están equivocados. Se encabronó, pues…” l

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