Ricardo Ravelo
Desde la desaparición en febrero pasado de Pancho León –socio de los hijos de Marta Sahagún en negocios con Pemex– , su padre ha recurrido a todas las instancias de procuración de justicia, así como a los amigos y a investigadores privados, a fin de encontrarlo o al menos obtener más información. Nada ha conseguido: las versiones se multiplican y se enredan, aunque las más creíbles tienen que ver con el entramado de política y narcotráfico que priva en La Laguna.
Le decían “el rey del acarreo”, por las multitudes que atraía durante la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador, cuyo coordinador fue en la Comarca Lagunera; bailaba, gritaba y, dicharachero, pregonaba que tenía mucho dinero. Su nombre: Francisco León García, mejor conocido entre los laguneros como Pancho León y desaparecido en forma misteriosa el 21 de febrero de este año.
La investigación sobre su paradero se ha convertido en un dilema para las autoridades, tanto de Coahuila como federales, pues a casi 10 meses de su desaparición nadie sabe si está vivo o muerto, ni la causa por la que fue secuestrado.
Alrededor del caso circulan varias versiones: que fue “levantado” por el narco; que el empresario Carlos Herrera Araluce –presuntamente asociado con el cártel de Sinaloa– ordenó que lo desaparecieran; que fueron Los Zetas, que se trata de un asunto político…
Cuando desapareció, Francisco León García vivía un momento de esplendor: explotaba con éxito una mina de mármol de 100 hectáreas, la cual le dejaba ganancias por más de 2 millones de pesos mensuales; de acuerdo con su padre, don Francisco León López, Pancho León estaba asociado con los hermanos Bribiesca Sahagún en múltiples negocios, los más importantes los tenían –dice él– en Petróleos Mexicanos (Pemex).
–¿Qué negocios tenía concretamente su hijo con los hijos de Marta Sahagún? –se le pregunta durante la entrevista, efectuada el pasado martes 16.
–Eran contratos para obtener algunas sustancias derivadas del petróleo que sirven para elaborar combustibles. Gasolina y diesel, concretamente. Eso es lo que le puedo decir.
Según León López, dichos contratos datan de 2003, específicamente durante la gestión de Vicente Fox como presidente de la República. Y cuando se le pide que especifique cuántos contratos tenían su hijo y los Bribiesca, dice: “No le puedo decir cuántos, pero eran varios. Muchos de esos contratos los conseguí yo con mis relaciones”.
Respecto de la sociedad entre su hijo y los hijos de la exprimera dama, sostiene que ellos (los Bribiesca) buscaron a León García para asociarse.
Puertas cerradas
León López dice que no sabe nada de su hijo desde el 21 de febrero de este año: “Los amigos, socios y conocidos me han cerrado las puertas”. Y agrega: “Hasta Manuel Camacho Solís, quien fue su principal impulsor político, ha guardado silencio y ni las llamadas telefónicas me contesta”.
–¿Le ha llamado usted muchas veces? –se le pregunta.
–Sí, muchas. Primero me dijo que me iba a ayudar a investigar el caso, pero le he llamado y no obtengo respuesta. Decidí ya no molestarlo.
En efecto, como coordinador regional de las Redes Ciudadanas de López Obrador, Camacho Solís se acercó a Francisco León García. Lo consideraba un activista eficaz y clave para atraer adeptos a favor del candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, integrada por el PRD, el PT y Convergencia.
Con el apoyo del PRD y el impulso de Camacho, Pancho León buscó la senaduría por el estado de Durango. Con su característico lenguaje populachero, León decía que estaba “dispuesto a partirse la madre por los pobres”. Contradictorio, también solía pregonar su riqueza: “Tengo dinero para hacer una campaña cada mes, y pago impuestos” (Proceso 1546).
Tras perder la senaduría, León García quiso ser dirigente del PRD duranguense. No pudo. Luego se metió a la pelea por la presidencia municipal de Gómez Palacio, donde terminó confrontado con el cacique Carlos Herrera, quien aparece como uno de los personajes bajo sospecha por su desaparición, según las conjeturas de don Francisco León López.
Sus aspiraciones se vieron frenadas, en parte, por la muerte del activista Jaime Meraz, quien fue asesinado junto con tres de sus familiares –entre ellos su esposa y uno de sus hijos– presuntamente por personajes del narcotráfico afincados en La Laguna.
Meraz también buscaba la dirigencia estatal del PRD y enfrentaba una fuerte competencia con Pancho León, quien se enredó con la familia Herrera Araluce presuntamente con el fin de obtener apoyo financiero y político para alcanzar sus objetivos en Gómez Palacio. Aunque León López aclara que Ernesto Herrera –hijo de Carlos Herrera– era compadre de Pancho, a quien le bautizó dos hijas.
Tal relación ahora es vista por el padre de León García “como un error” y piensa que su hijo “fue utilizado”: “Mi hijo tenía una situación económica importante. Insisto, no tenía necesidad de ligarse a nadie, por eso creo que se aprovecharon de su inmadurez como político”.
Después de hacer públicas sus aspiraciones a la presidencia municipal de Gómez Palacio, sobrevinieron los problemas para el empresario Francisco León. Según cuenta su padre, en vísperas de su desaparición fue llamado por Carlos Herrera y ambos sostuvieron una discusión bastante acalorada acerca del tema. Luego sobrevino el secuestro.
Según el entrevistado, León García era un tanto misterioso. Solía desaparecerse por varios días sin avisar, pero como su familia ya lo conocía estaba confiada pues de un momento a otro llamaba por teléfono y decía: “Estoy bien, no se preocupen”.
El 21 de febrero Pancho León se dirigía a su mina de mármol, una propiedad de 100 hectáreas. Había sido llamado para tratar asuntos de trabajo. Cuando transitaba por la carretera Ramos Arizpe-Paredón se comunicó por teléfono con sus familiares. “Estoy bien”, dijo en forma lacónica.
“Esa fue la última vez que tuvimos comunicación con mi hijo –recuerda León López– y desde entonces ya no volvimos a saber nada. Al ver que pasaban los días, la preocupación aumentó. Yo preguntaba si había llamado y me decían que no, y entonces comencé a buscarlo por todas partes.”
Transcurridos cuatro días de su desaparición, comenzó el suplicio de su búsqueda. El señor fue a ver al procurador de justicia de Coahuila, Jesús Torres Charles, y le narró el caso. El funcionario dijo: “Se va a investigar por aire y por tierra”. Convencido, el padre de León García entregó a la procuraduría aparatos de comunicación de su hijo, teléfonos y agendas.
El procurador le sugirió al quejoso que fuera a ver a Enrique Ruiz Arévalo, por aquellas fechas jefe del Grupo Antisecuestros con sede en Torreón, para que investigara por su cuenta el caso. León López atendió la sugerencia. Tan pronto como pudo habló con Ruiz, y éste comenzó a investigar, pero días después él mismo fue secuestrado y hasta la fecha nada se sabe sobre su paradero.
Luego, el padre de Pancho León presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) y formalizó otras en las procuradurías de Durango y de Coahuila. Trató de hablar con el gobernador Humberto Moreira, pero no tuvo acceso a él, por lo que le encargó el asunto al secretario de Gobierno, Homero Ramos Gloria.
Investigaciones trabadas
El 2 de marzo de este año, desesperado por la falta de resultados en la investigación, don Francisco León hizo gestiones para exponerle el caso al procurador general de la República, Eduardo Medina Mora. No lo atendió, pero lo turnaron con el subprocurador, José Luis Santiago Vasconcelos.
En la charla, Vasconcelos le preguntó a León López sobre la relación de su hijo con Carlos Herrera. El padre del empresario desaparecido le contó al funcionario que Ernesto Herrera, hijo de Carlos, era compadre de Pancho León, pues había bautizado a las hijas de éste, Ivonne y Sofía. Según le dijo Vasconcelos a don Francisco, una de las hipótesis respecto de la desaparición es que Pancho tenía una novia en Torreón, quien había sido compañera sentimental de Arturo Hernández González, El Chaky, personaje identificado por la PGR como gatillero de Vicente Carrillo Fuentes.
Ante la falta de certeza en los resultados de las investigaciones, Francisco León acudió al despacho de José Luis Nazar Daw, hijo de Miguel Nazar Haro, para que le ayudara en la investigación, pues quería saber qué había pasado con su hijo.
–¿Qué le dijo el señor Nazar?
–Cuando le hablé de Hassan Manzur (próspero empresario de La Laguna, cuya riqueza ha sorprendido por la rapidez de su crecimiento), Nazar me dijo que no podía atender mi caso.
Siguió tocando puertas. El último despacho al que acudió fue al del influyente panista Antonio Lozano Gracia, exprocurador general de la República.
Según León López, Lozano le dijo que tenía buenas relaciones con la autoridad (se refería a la PGR), pero que su despacho trataba asuntos relacionados con cobros y robos, pero no atendían desapariciones. No obstante, le recomendó que fuera a ver a un amigo suyo, Emilio Islas Rangel, un exfuncionario de la PGR que, según le dijo Lozano, era “un fregón” en esos asuntos.
Islas le pidió también teléfonos celulares de Pancho León, agendas y otros datos para comenzar la investigación privada ante la falta de resultados por parte de la PGR, obligada a esclarecer el caso. Este contacto lo estableció León López antes de Semana Santa y hasta la fecha no ha obtenido resultados.
En medio de esta entrevista, el padre del empresario desaparecido fue a ver en la PGR al subprocurador de Derechos Humanos y Atención a Víctimas, Juan de Dios Castro Lozano. El funcionario sólo le dijo que, desde su punto de vista, “el caso era político” y desechó otras causas, como el narcotráfico.
Francisco León López sostiene que, después de nueve meses de buscar a su hijo, le han llegado rumores de que Carlos Herrera amenazó a Pancho días antes de que lo hicieran desaparecer:
“Sé que tuvieron una reunión. Mi hijo fue llamado por Octaviano Rendón Arce (notario de cabecera de Herrera Araluce y exalcalde de Gómez Palacio) y se citaron en una quinta localizada en Villa Juárez. Tengo información de que el encuentro fue acalorado y tuvo que ver con el proyecto de la alcaldía. Es lo que me dijeron, pero todo esto debe investigarse para conocer la verdad.”
A través de otras fuentes se pudo saber que las investigaciones de la procuraduría de Coahuila y de la PGR, aunque están estancadas, apuntan a varios sospechosos de conocer qué pasó con León García: se trata de Rafael Rodríguez Pantoja, exempleado del IFE; Jaime Álvarez, conocido como El Pitufo, Hassan Manzur e Ignacio Ramírez, éste último ligado a Carlos Herrera y quien manejaba la campaña de Pancho León a la presidencia municipal de Gómez Palacio. l
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