Verónica Espinosa
No menos enredadas que los trucos del expresidente Fox para escamotear sus bienes al escrutinio público, las maniobras de Marta Sahagún con el mismo fin, que abundan en datos oficiales falsos, podrían disfrazar más ilegalidades.
LEÓN, GTO.- Actividades como sus conferencias en el extranjero, entrevistas para exhibir las comodidades y regalos obtenidos cuando fungieron como pareja presidencial, junto con el escándalo que ahora los envuelve y la posibilidad de que sean sujetos a una investigación formal, dejaron a Vicente Fox y a Marta Sahagún vestidos y alborotados, pues debieron aplazar la boda religiosa que habían preparado para mediados de septiembre.
Según averiguó Proceso, Marta Sahagún había elegido el viernes 14 del pasado mes para su segundo enlace religioso –el primero fue con Manuel Bribiesca Godoy–, una vez que Vicente Fox ya estaba libre de su matrimonio con Lillian de la Concha. Pero todo quedó en suspenso por los escándalos que rodean a la pareja.
En el más reciente de éstos, Sahagún aparece como responsable de solicitar “regalos” a empresarios que colaboraban o celebraran convenios con Vamos México, como Luis Moreno Vélez. Según declaró este empresario al diario El Universal la semana pasada, Sahagún le habría pedido en 2002 un auto Jeep Wrangler rojo para obsequiárselo a su esposo en ocasión de su segundo informe de gobierno.
El vehículo era igual que el del presidente estadunidense George W. Bush para recorrer su rancho en Texas. La coincidencia en gustos es auténtica: Bush y Fox intercambiaron sillas de montar durante su primer encuentro oficial, en febrero de 2001 en San Cristóbal.
Laberintos
Tal como ocurre con los datos de las propiedades, cuentas, inversiones y adquisiciones declaradas por Fox cuando era presidente –según detalló Proceso en su edición anterior–, también constituye un galimatías la información sobre los bienes de Marta Sahagún, a quien Fox mencionó como cónyuge y dependiente en sus declaraciones ante la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Por ejemplo, se omite la propiedad del Jaguar S-Type blanco con placas de Guanajuato que está registrado ante la Secretaría de Finanzas del Estado, a nombre de Sahagún, y dado de alta con un domicilio de Celaya donde ella no reside. De acuerdo con la página de internet de la distribuidora de autos de esa marca, en 2006 el vehículo tendría un costo de un millón de pesos.
Mientras en la declaración patrimonial de conclusión del encargo de Fox se informa que Sahagún es dueña de una casa en la calle Guadalupe número 260, interior 120, del fraccionamiento Parque Central, en el registro del Jaguar se le atribuye a la esposa de Fox un domicilio en Guadalupe 258, colonia Alameda.
En realidad se trata de la misma casa, una modesta residencia de dos pisos ubicada en el fraccionamiento Residencial Alameda, que fue construido hace unos 15 años y cuenta con menos de 20 casas. Está muy cerca del domicilio que Marta y Manuel Bribiesca Godoy compartieron en la privada de Azcarateo, cuando solían asistir a misa en el templo de la Calzada, ubicado a un costado del fraccionamiento.
En la escritura 7,945 del Registro Público de la Propiedad consta que el 18 de febrero de 2005 Sahagún adquirió por 550 mil pesos la vivienda de su amiga Rosa María Ponce Gutiérrez de Vázquez, cuya familia es propietaria de una importante cadena de refaccionarias. No obstante, amigos de los jóvenes Bribiesca Sahagún aseguraron a Proceso que Bribiesca Godoy vivió en dicha casa durante unos meses, cuando se estaba divorciando de Marta.
Los datos del registro revelan que la compraventa tuvo otro movimiento: un día antes, el 17 de febrero, el registrador público de Celaya Julio Óscar González consignó la “venta e hipoteca” del inmueble, con Rosa María Ponce como vendedora, Marta Sahagún como compradora y Banorte como acreedor.
Dos meses y medio después, el 2 de mayo de 2005, se registró una apertura de crédito simple y con garantía hipotecaria sobre el inmueble, de Banorte a Marta María Sahagún Jiménez, por 850 mil pesos.
En la declaración de conclusión del encargo de Fox ante la SFP, este terreno de 197 metros cuadrados con 180 metros cuadrados de construcción aparece en dos ocasiones: “Casa (modificación): Liquidación de crédito: 550,000 pesos”, y enseguida como “casa (remodelación). Crédito: 300,000 pesos”.
En la declaración de Fox, correspondiente a 2006, Marta aparece con un saldo de gravámenes o adeudos por 813 mil 217 pesos hasta diciembre de 2005.
Ocupación: presidente
El matrimonio Bribiesca Sahagún adquirió entre 1973 y 1987 otros dos inmuebles que posteriormente se quedaron a nombre de Marta cuando se hizo la repartición de bienes por el divorcio. Así lo confirmó en ese entonces Bribiesca Godoy a la reportera.
Uno es el terreno ubicado en la colonia Michinelas, en la carretera Celaya-Salvatierra. Mide 10 mil metros cuadrados y Marta lo declaró con un valor cercano a los 110 mil pesos.
El otro inmueble formó parte importante de la historia familiar de los Bribiesca Sahagún: es el rancho La Soledad, ubicado en la carretera Panamericana, entre Cortázar y Celaya, sobre un camino de terracería de unos 3 kilómetros.
En un recorrido efectuado por la reportera y el fotógrafo el jueves 4, ninguno de los habitantes de los ranchos vecinos pudo informar de la ubicación de ese rancho. Ni siquiera reconocían el nombre de La Soledad.
–¿Dónde está el rancho de Marta Sahagún? –se reformuló la pregunta.
–Ah, pos por ahí hubieran empezado. Está antes del vivero. Pero ella ya tiene más de dos años que ni se aparece, se lo rentó a los Berentsen.
Efectivamente, el rancho de 100 mil metros cuadrados parece otro. Ya no se ve la modesta casa de dos cuartitos ni el pedazo de jardín –eso sí, bien cuidado– donde el primogénito, Manuel Bribiesca Sahagún, festejaba sus cumpleaños con ruidosas parrandas.
La propiedad, cercada de malla metálica y arbustos, es explotada por la empresa Viveros de Pastos Finos del Bajío, S.A. de C.V. Aproximadamente 30 trabajadores trabajan en un área delimitada por un río.
Para Marta Sahagún quedaron en el pasado las modestas comidas campiranas. De su segundo matrimonio y del sexenio en Los Pinos cosechó “favores” solicitados o exigidos a empresarios. Es el caso del Jeep rojo que tanto le gusta a su esposo, pero que está a nombre de Gustavo Bustamante, otro empresario radiofónico de la Ciudad de México y que también debió afrontar los requerimientos de Marta, primero como vocera y luego como “primera dama”.
Otra camioneta utilizada por los Fox, una X-Trail con matrícula de Guanajuato, está a nombre de Juan Antonio Acuña, jefe de escoltas.
El registro del Jeep rojo es una falsedad más: la Secretaría de Finanzas de Guanajuato lo tiene dado de alta con domicilio en la carretera León-Cuerámaro kilómetro 13, San Cristóbal, donde no vive el presunto propietario.
Es el domicilio del Centro Fox, de la Granja Fox y, a partir de noviembre pasado, también de la Consultoría para el Desarrollo Social y la Democracia, una sociedad civil formada por el expresidente y Marta Sahagún para “prestar servicios profesionales en el ramo de la política, economía, finanzas y administración pública”, además de ofrecer capacitación y exposiciones sobre estos temas.
Mediante esta consultoría, la pareja expresidencial anuncia su intención de “impartir toda clase de cátedras, seminarios, conferencias, cursos, simposios, en México y en el extranjero”; coordinar y contratar servicios de impresión, edición y distribución de trabajos relacionados con dichas especialidades; adquirir toda clase de bienes y servicios necesarios, así como “obtener por cualquier título, concesiones, permisos, autorizaciones o licencias, así como celebrar cualquier tipo de contratos con toda clase de personas físicas o morales, mexicanas o extranjeras, relacionados con su objeto”.
El correspondiente contrato de sociedad está registrado bajo la escritura pública 102,740, fedatada el 30 de octubre de 2006 en el Distrito Federal por el notario 49, Arturo Sobrino Franco, el mismo al que Vicente y Marta acudió dos semanas antes junto con sus amigos Federico Sada González y Liliana Melo de Sada para constituir la asociación civil del Centro Fox.
En la consultoría sólo figuran los dos como socios. Vicente Fox funge como presidente y Marta Sahagún como secretario, y cada uno aporta 20 mil pesos para formar el capital social.
La citada escritura pública asienta que ambos vivían en la residencia oficial de Los Pinos cuando constituyeron la sociedad. Ahí, él manifiesta su ocupación: “Presidente de la República Mexicana”, mientras que Marta dice dedicarse “al trabajo social en beneficio de las mujeres y niños”.
Una semana después de hacer la escritura pública ante el notario, los Fox recibieron el alta de su consultoría en el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Su domicilio fiscal quedó establecido en la carretera León-Cuerámaro kilómetro 13, Guanajuato, San Francisco del Rincón.
EL 23 de febrero de 2006 todavía se registraron dos últimos movimientos relacionados con La Estancia ante el notario Marcelo Gay Guerra.
En el primero, Banamex revierte la propiedad de una fracción del inmueble a Vicente Fox Quesada, según la escritura 8622. Se trata de un solar de 7 mil 980 metros cuadrados en la parte baja de La Estancia. Colinda con el camino construido para comunicar al rancho del expresidente con la carretera León-Cuerámaro y con los terrenos donde está la cabaña de José Fox, que se encuentra registrada a nombre de su hija María Paola Fox Lozano.
Según el avalúo fiscal rústico anexo a la escritura que hizo la Tesorería Municipal de San Francisco del Rincón, el solar –que no tiene construcciones, aunque es atravesado por el camino interior de La Estancia y cuenta con un aljibe– tenía un valor de 11 mil 731 pesos.
Ese día, en la misma escritura, quedó asentado que Vicente Fox donó ese predio a su mujer.
01 octubre 2007
Los "guardaditos" de Marta
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