Verónica Espinosa Como Carlos Salinas de Gortari mimó a Agualeguas, Vicente Fox ordenó desde la Presidencia que el municipio donde están sus propiedades fuera embellecido y gozara de una gran infraestructura. Canalizó directamente recursos federales y estatales a San Francisco del Rincón, especialmente a la comunidad de San Cristóbal, todo por encima del marco legal.
SAN FRANCISCO DEL RINCÓN, GTO.- A su gusto y capricho, Vicente Fox negoció, ordenó y dispuso el uso de recursos del erario federal, estatal y municipal para dotar a la comunidad de San Cristóbal de una imagen digna para la residencia de un expresidente, o “presidente”, como todavía se hace llamar.
Todo ello al estilo de sus antecesores en el cargo, como lo hizo Carlos Salinas de Gortari (al que siempre criticó) en Agualeguas, Nuevo León.
Además Fox dispuso que se realizaran obras de infraestructura de primera que, como ahora se aprecia plenamente, darán servicio a los proyectos de él y de Marta Sahagún: la fundación Vamos México y el Centro Fox que se erige en lo que fue la hacienda de sus padres.
José Velázquez Villalpando, quien fue presidente de este municipio de 2003 a 2006, narró a Proceso cómo tuvo que buscar al entonces mandatario –que se resistía a recibirlo porque era del PRI– para negociar con él que la localidad se beneficiara (con una carretera para comunicar a la zona agrícola o la terminación del libramiento San Francisco-Purísima) a cambio de avalar las obras que Fox ordenó para la comunidad donde erige su centro de estudios.
A los 7 millones de pesos que Ramón Martín Huerta entregó al municipio de San Francisco a finales de 2000, cuando era gobernador del estado –a fin de que San Cristóbal luciera al máximo en el encuentro de George W. Bush y Fox en el rancho de éste–, se suman alrededor de 20 millones de pesos, en su mayor parte transferidos de la federación por instrucciones de Fox. Este dinero se gastó en la construcción de la unidad deportiva modelo (que el municipio consideraba excesiva para las necesidades de la comunidad), el empedrado de las calles aledañas, el sistema de drenaje y la planta de tratamiento de agua.
Por si fuera poco, se amplió a cuatro carriles la carretera León-Cuerámaro, que tampoco era prioritaria para las necesidades de San Francisco. Y a pesar de que en el proyecto original esa vía llegaba hasta La Sandía, desembocó justamente en la entrada principal a San Cristóbal. En esta ampliación se invirtieron 63 millones de pesos, de acuerdo con una ficha de la Secretaría de Obras Públicas de Guanajuato.
En el más ortodoxo estilo autoritario, Fox también dispuso que se remodelara la plaza cívica en Nuevo Jesús del Monte, comunidad cercana a San Cristóbal en la cual está su rancho La Estancia. El expresidente comparte esta propiedad con Marta Sahagún, a quien le regaló una hectárea, y originalmente fue adquirido a nombre de su hija mayor, Ana Cristina Fox de la Concha, quien posteriormente se lo “donó” a su padre, de acuerdo a sus escrituras.
Para impulsar todas esas obras, Fox encargó a uno de sus colaboradores en la Oficina de la Presidencia que les diera “el empujón” y destrabara cualquier complicación que surgiera para realizarlas.
El actual director general del Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas en Solidaridad (Fonaes), Jacobo Pérez Lizaur, fungió como jefe de la Unidad de Desarrollo Regional y coordinador de la Unidad de Enlace de la Oficina de la Presidencia con las entidades federativas; a él le tocó operar la transferencia de recursos para las obras en San Cristóbal, e incluso darle curso al presupuesto federal canalizado directamente al municipio a fin de cumplir los acuerdos con el alcalde Velázquez Villalpando.
Como parte de esa labor, Pérez Lizaur ayudó al gobierno municipal a entrar al programa federal Hábitat, aun cuando San Francisco no llegaba al número de habitantes que se requería, como reconoce el exalcalde: “Ahí sí hubo un empujón de Pérez Lizaur. Se nos reconoció como ciudad conurbada con Purísima, y ya no hubo problema”.
Pérez Lizaur fue colaborador de Javier Usabiaga cuando éste fue secretario de Desarrollo Agropecuario, con Fox como gobernador de Guanajuato. Posteriormente, en la oficina de la Presidencia, el funcionario ocupaba un cargo de confianza con el nivel salarial KC3, al que corresponde un salario de poco más de 180 mil pesos mensuales, de acuerdo al tabulador que publica la Presidencia en internet.
La familia de Pérez Lizaur tiene un rancho en el que cría borregos de raza fina en San Miguel de Allende, de los cuales regaló un hato a Vicente Fox de la Concha (Vicentillo), según contó a la reportera un exfuncionario estatal, quien también corroboró la intervención de Jacobo Pérez para “cumplir los encargos de Fox”.
Apoyo interesado
En la visita que corresponsales extranjeros hicieron a las obras del Centro Fox a finales de mayo pasado, el expresidente –luego de insistir en que “jamás de los jamases” usó dinero público en sus propiedades– les presumió:
“Afortunadamente esta comunidad, como la mayoría de Guanajuato, tiene su escuela primaria, secundaria, su bachillerato, su video bachillerato, su centro de salud, su unidad deportiva, y tiene servicios que provee el municipio y que provee el gobierno del estado.”
Incluso, les anunció a los corresponsales que el Centro Fox “va a construir algunas calles, va a pavimentar algunas calles, va a hacer los estacionamientos, va a trabajar en la imagen urbana de la comunidad, porque queremos una comunidad modelo”, que se integrará a los servicios del centro y se verá beneficiada con “energía alternativa, plantas de tratamiento de agua, construcciones inteligentes para personas con capacidades diferentes, red digital que también beneficiará al resto de los vecinos de la comunidad”. No habló de los acuerdos con Velázquez Villalpando.
Proveniente de una familia dedicada a la agricultura y a la venta de maquinaria para el campo, José Velázquez ganó la alcaldía de este municipio para el PRI en 2003. Sin embargo, Fox se tardó 100 días en darle una cita.
“Somos familias de agricultores, nos conocemos por esa actividad, por el cultivo de la papa. Fue hasta que José (Fox) le recordó a Vicente quién era yo, que aceptó recibirme en el casco de la hacienda en enero de 2004”, narra Velázquez, entrevistado en su oficina de la Granja Victoria.
“Lo excepcional fue que me tocó ser el alcalde del presidente de la República, y cada presidente quiere dejarle mejoras, dejar su huella en su tierra natal. Aunque Fox siempre se ha sentido más de León que de San Francisco, y creo que les dio más a los leoneses, el caso era aprovechar que teníamos al presidente de la República aquí. Yo me pude dar el lujo de decir que era el presidente del presidente de la República”, dice.
Cuando por fin Fox le dio cita en la hacienda, Velázquez acudió acompañado de su secretario del ayuntamiento y los directores de Obras, Servicios y Compras. Recuerda:
“Cuando me reconoció, me dijo: ‘Ah, entonces contigo sí quiero trabajar’. Y hablamos de hacer obras conjuntas en cada comunidad del municipio, porque existía mucho atraso. Le dije que necesitaba su ayuda porque había proyectos que requerían de recursos federales, como la carretera a Piedras Negras o el libramiento. Él aceptó, quedó en que se encargaría de conseguir los recursos que faltaran”.
No sólo a San Cristóbal se le asignaron directamente recursos federales: “La carretera Maguey-Peñuelas-Piedras Negras se hizo con dinero que bajó directo de la federación, fueron 18.6 kilómetros que pasan por la zona agrícola de San Francisco. En el caso del libramiento, el dinero federal se transfirió al estado”, señala el exalcalde.
Fue entonces cuando Fox le dijo que presentara sus proyectos y le pidió dirigirse específicamente con Jacobo Pérez Lizaur en la Oficina de la Presidencia.
En cuanto a San Cristóbal, Velázquez Villalpando le dijo a Fox que el municipio tenía programados 270 mil pesos para rehabilitar las canchas de futbol y beisbol de la comunidad.
“Me dijo que por qué no hacíamos mejor una deportiva. Le expliqué que era mucha obra para San Cristóbal, de acuerdo con el número de habitantes y la distribución de recursos que tenía que hacerse para todo el municipio. Pero Fox dijo que lo vería con el gobierno del estado y la Conade, y quedamos en que nosotros daríamos los 270 mil pesos que nos correspondían.”
El exalcalde aceptó la propuesta a cambio de darle un uso regional a la unidad deportiva, como subsede de la cabecera para actividades del municipio, “y Fox me aseguró que así se haría”. Esto lo confirma quien era secretario del ayuntamiento, Martín Pacheco.
En ese centro deportivo se invirtieron alrededor de 6 millones de pesos y todavía no funciona plenamente.
Acuerdo irregular
A decir de José Velázquez, cuando él habló con Fox “ya se había hecho el empedrado y las banquetas bonitas en 2000, pero se les olvidó poner el drenaje. Le dije al presidente que la comunidad lo estaba pidiendo”.
Según una ficha técnica entregada por la Comisión Estatal del Agua de Guanajuato (CEAG), durante el sexenio pasado el gobierno estatal aplicó un programa de saneamiento de aguas residuales en cabeceras municipales y comunidades con más de 2 mil 500 habitantes.
El municipio de San Francisco del Rincón tiene 86 localidades; las más importantes son la cabecera, con 62.5% de la población; San Ignacio de Hidalgo, con 2.1%; San Roque de Montes, con 2%; El Maguey, con 1.9%; San Cristóbal, con 1.8%; y San Roque de Torres, con 1.8%, conforme a la página del ayuntamiento. La cabecera cuenta con una planta de tratamiento que desde hace varios años no funciona, y por conflictos legales apenas está en proceso de rehabilitación.
“El presidente pensaba nada más en hacer más bonitas las calles, echarles asfalto. Yo le sugerí entrar al programa de saneamiento y hacer de una vez la planta en forma piloto, para posteriormente echar a andar otras en las comunidades, jalando ese recurso federal. Pero ya no se hizo ninguna, la de San Cristóbal fue la única”, explica Velázquez Villalpando.
Además, el trámite fue totalmente irregular: en la mencionada ficha, la CEAG refiere que la planta costó poco más de 4 millones 909 mil pesos, de los cuales 2 millones 208 mil fueron aportación del estado y 2 millones 700 mil del municipio.
Sin embargo, Velázquez asegura que no se erogó un solo peso del presupuesto original del municipio: “Firmamos el acuerdo para hacer la planta, aceptando que le aportaríamos. Pero luego, cuando se pararon las obras, el presidente nos reclamó y le dije que el municipio no tenía dinero para entrarle. Fox le dijo al gobernador Romero Hicks que entregara un aumento de participaciones al municipio para contar con los recursos que nos correspondían, y así se hizo”.
De la misma forma, el exalcalde obtuvo de Fox el dinero para otras obras en su trienio. Por ejemplo, el cableado subterráneo que en 2005 se proyectó para la cabecera: “Me faltaban 2 millones de pesos, y Fox le dijo a Romero Hicks que me los diera como aumento de participaciones”.
Para la instalación del drenaje fue necesario que el estado erogara poco más de 6 millones y medio de pesos, y levantar el empedrado que se había hecho cinco años antes.
En el mismo período que se construyó la planta de San Cristóbal (2005-2006) el estado habilitó otras ocho, pero en cabeceras municipales. Una de ellas se destinó al uso de dos municipios conurbados, Moroleón y Uriangato, cuya población rebasa en conjunto los 100 mil habitantes, mientras que se calculan 2 mil 900 en la comunidad donde residen los Fox.
Durante una gira, el 25 de febrero del año pasado el presidente Fox inauguró la carretera Maguey-Piedras Negras, la unidad deportiva y la planta de tratamiento de agua.
Año y medio después, esta planta no funciona debido a problemas técnicos y porque existen desacuerdos entre el Sistema de Agua Potable de León –que se encarga del abastecimiento– y el sistema operador de San Francisco. Para la CEAG, no obstante, la planta está parada “por problemas de suministro de energía”.
La planta está ubicada en la parcela escolar, de acuerdo con el acta de donación que tiene el exalcalde Velázquez Villalpando. “La idea era dotar del agua tratada a la parcela para hacerla producir, pero no sabíamos de dónde tomaríamos para regar los pastos y jardines de la unidad deportiva, y le propuse al presidente tomar una parte que sobraría de la parcela para ello. Hacía falta una bomba, y Fox dijo que él la iba a poner”, precisa.
En la Subsecretaría de Gestión para la Protección Ambiental del gobierno federal este proyecto quedó registrado bajo la clave 11642005SHD005, como “Planta de tratamiento de aguas residuales de la localidad de San Cristóbal (El Cerrito), municipio de San Francisco del Rincón”, según la Gaceta 2005 de información sobre trámites, que se publica en internet.
La razón es que la planta está detrás del casco de la exhacienda donde se construye el Centro Fox y colinda con las tierras de El Cerrito, la sociedad de producción rural fundada a mediados de los ochenta por los hermanos Fox Quesada y su padre José Luis Fox Pont, en cuya acta constitutiva figura como socia Lilián de la Concha Estrada.
La empresa ha sido insistentemente involucrada en transferencias de recursos destinados a sufragar los gastos de Fox como candidato presidencial y a pagar deudas de su familia, como lo ha referido públicamente el antiguo amigo de Fox, Lino Korrodi.
Acerca del trámite amañado, el exalcalde priista de San Francisco dice que “no fue lo correcto, pero ahí están las obras y el municipio se vio beneficiado”.
–¿Le pareció un trato justo? –se le pregunta.
–Sí. Los presidentes siempre han querido dejar huella en sus lugares de origen. Salinas exageró con Agualeguas porque hasta aeropuerto le puso.
José Velázquez asegura que Fox incluso dejó cuando menos otros 60 millones de pesos destinados a terminar obras como el bulevar Las Torres y la construcción de una biblioteca para la cabecera, pero esos recursos “se perdieron porque mi sucesor –el panista Antonio Salvador García– no quiso darle seguimiento a las gestiones, quiso cortar con todo lo del gobierno priista”.
Y en cuanto al plan de construir el Centro Fox, “nunca me dijo nada –afirma el expresidente municipal. Tal vez ya sabía que lo iba a hacer, por eso quiso apoyarnos para hacer la biblioteca aquí y remozar el centro histórico, para que no le reclamáramos que tuviera una mejor biblioteca en San Cristóbal que en la cabecera municipal”.
15 octubre 2007
San Cristóbal, como Agualeguas
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