domingo, 20 enero 2008
María Teresa Jardí
La injerencia en Yucatán de Patricio Patrón Laviada va a llegar hasta donde se la permita Ivonne Ortega. Las crónicas anunciadas tienen la virtud de que, cuando se anuncian, aún se está a tiempo de cambiar las cosas para que no ocurran o para que ocurran de distinta manera.
Aquí se pudo impedir la entrada del narcotráfico por la puerta grande que le abrían los Patrón Laviada.
Pero la sociedad yucateca, con su doble moral tan arraigada, prefirió no enterarse de lo que la crónica anunciaba y todavía no hemos visto nada por lo que toca a la violencia que el fenómeno de mantener la droga como mercancía clandestina trae aparejado, junto con la derrama de euros, colonizados que vamos siendo otra vez por España, y de dólares y de pesos y de inmoralidad y cancelación de principios y valores, por no hablar de la ética enterrada en el panteón del olvido a la mexicana.
El usurpador es muy obvio en sus actuaciones. Le ordenaron, los que mandan, rematar el país y se necesita reprimir al pueblo para hacerlo. Y la función del gallego, que está entre los que mandan, es callar y controlar al pueblo.
A Patricio Patrón Laviada lo necesitan para acabar con el bienestar ciudadano que pueda quedarle al Sureste.
Pensando el bienestar en función de las personas y no del dinero que acumulan las familias mafiosas que se han apoderado del país, convertido en botín, de manera por demás deshonesta. Porque al menos Hitler llegó porque el pueblo alemán votó por él. Mientras que aquí al usurpador le tuvo que legalizar el fraude y le han tenido que reformar la Constitución, constitucionalizando el que los ejércitos, el nacional y el paralelo, mejor conocido como Estado Mayor Presidencial, y las policías, que de día son AFIS y de noche se convierten en "Zetas", puedan reprimir, violando la Constitución de 1917, a todo el que se oponga a la colonización, cosnstitucionalizando la violación a las más elementales garantías constitucionales, para que puedan reprimir, de manera "legalizada", al pueblo. Y, para reprimir al usurpador hasta a un gallego le han impuesto como secretario de Gobernación acabando de asesinar, por una gastritis, eso dirán cuando tengan que justificarse, porque no les quede la menor duda de que el tiempo pone las cosas en su sitio, a la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos, para convertir, la hasta hace bien poco independiente y soberana República Mexicana, en colonia, nuevamente, de la "Madre Patria" o, peor aún, de la ultraderecha que cada vez tiene menos cabida en la Península Ibérica, porque, claro, a algún país tienen que exportar los españoles a sus canallas, pensarán los españoles y PRIAN mexicano, tan corrupto, es el que les abre las puertas, que antes les fueron abierta en otros lugares, de los que cuando ya nada tenía remedio, fueron corridos, como de Argentina, por ejemplo.
Patética la historia de Felipe Calderón Hinojosa. Peor, en mucho, que la de Victoriano Huerta.
Cuando nada se hace para enfrentar lo que las crónicas anuncian a pesar de la claridad del anuncio es porque se está de acuerdo con lo que se anuncia al precio de convertirse, las más de las veces, en cómplice y todas en encubridor.
Un ejemplo, muy claro, lo tenemos en Ana Rosa Payán, que hoy le ve todos los defectos a Patricio Patrón Laviada. Defectos que tenía Patricio Patrón Laviada cuando ella callaba porque con él gobernaba desde el Ayuntamiento de Mérida.
La ceguera suele ir de la mano de los intereses personales, que las más de las veces son bastardos intereses, enfrentados a los intereses del pueblo al que se imponen gobiernos como el Patrón Laviada que corrompen todo lo que tocan. Y, por eso, para corromper, lo nombra el gallego, que desde Gobernación deja en claro quién es el que manda, director de la PROFEPA.
Ivonne Ortega tiene la palabra por lo que a Yucatán toca. Su tiempo, para pasar a la historia como una respetable gobernadora, se acaba. Quizá quede muy rica si elige sumarse al bando traidor al pueblo mexicano.
Pero nadie tenemos la tenemos la vida comprada y siempre se acaba y cuando miras para atrás te das cuenta de lo rápido que pasa y te vas sin llevarte nada más que lo correcto que hayas podido hacer y lo mucho o poco que hayas podido disfrutar haciéndolo.
Hace unos minutos acabo de enterarme que una joven vecina se mató con su hijo de once años, que soñaba con ser astronauta, en un accidente de carretera. Aprovecho para enviarle, desde aquí, mi pésame a Alonzo, el padre, y a los abuelos del increíble niño, incluso por tan educado en estos tiempos sin valores.
María Teresa Jardí
La injerencia en Yucatán de Patricio Patrón Laviada va a llegar hasta donde se la permita Ivonne Ortega. Las crónicas anunciadas tienen la virtud de que, cuando se anuncian, aún se está a tiempo de cambiar las cosas para que no ocurran o para que ocurran de distinta manera.
Aquí se pudo impedir la entrada del narcotráfico por la puerta grande que le abrían los Patrón Laviada.
Pero la sociedad yucateca, con su doble moral tan arraigada, prefirió no enterarse de lo que la crónica anunciaba y todavía no hemos visto nada por lo que toca a la violencia que el fenómeno de mantener la droga como mercancía clandestina trae aparejado, junto con la derrama de euros, colonizados que vamos siendo otra vez por España, y de dólares y de pesos y de inmoralidad y cancelación de principios y valores, por no hablar de la ética enterrada en el panteón del olvido a la mexicana.
El usurpador es muy obvio en sus actuaciones. Le ordenaron, los que mandan, rematar el país y se necesita reprimir al pueblo para hacerlo. Y la función del gallego, que está entre los que mandan, es callar y controlar al pueblo.
A Patricio Patrón Laviada lo necesitan para acabar con el bienestar ciudadano que pueda quedarle al Sureste.
Pensando el bienestar en función de las personas y no del dinero que acumulan las familias mafiosas que se han apoderado del país, convertido en botín, de manera por demás deshonesta. Porque al menos Hitler llegó porque el pueblo alemán votó por él. Mientras que aquí al usurpador le tuvo que legalizar el fraude y le han tenido que reformar la Constitución, constitucionalizando el que los ejércitos, el nacional y el paralelo, mejor conocido como Estado Mayor Presidencial, y las policías, que de día son AFIS y de noche se convierten en "Zetas", puedan reprimir, violando la Constitución de 1917, a todo el que se oponga a la colonización, cosnstitucionalizando la violación a las más elementales garantías constitucionales, para que puedan reprimir, de manera "legalizada", al pueblo. Y, para reprimir al usurpador hasta a un gallego le han impuesto como secretario de Gobernación acabando de asesinar, por una gastritis, eso dirán cuando tengan que justificarse, porque no les quede la menor duda de que el tiempo pone las cosas en su sitio, a la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos, para convertir, la hasta hace bien poco independiente y soberana República Mexicana, en colonia, nuevamente, de la "Madre Patria" o, peor aún, de la ultraderecha que cada vez tiene menos cabida en la Península Ibérica, porque, claro, a algún país tienen que exportar los españoles a sus canallas, pensarán los españoles y PRIAN mexicano, tan corrupto, es el que les abre las puertas, que antes les fueron abierta en otros lugares, de los que cuando ya nada tenía remedio, fueron corridos, como de Argentina, por ejemplo.
Patética la historia de Felipe Calderón Hinojosa. Peor, en mucho, que la de Victoriano Huerta.
Cuando nada se hace para enfrentar lo que las crónicas anuncian a pesar de la claridad del anuncio es porque se está de acuerdo con lo que se anuncia al precio de convertirse, las más de las veces, en cómplice y todas en encubridor.
Un ejemplo, muy claro, lo tenemos en Ana Rosa Payán, que hoy le ve todos los defectos a Patricio Patrón Laviada. Defectos que tenía Patricio Patrón Laviada cuando ella callaba porque con él gobernaba desde el Ayuntamiento de Mérida.
La ceguera suele ir de la mano de los intereses personales, que las más de las veces son bastardos intereses, enfrentados a los intereses del pueblo al que se imponen gobiernos como el Patrón Laviada que corrompen todo lo que tocan. Y, por eso, para corromper, lo nombra el gallego, que desde Gobernación deja en claro quién es el que manda, director de la PROFEPA.
Ivonne Ortega tiene la palabra por lo que a Yucatán toca. Su tiempo, para pasar a la historia como una respetable gobernadora, se acaba. Quizá quede muy rica si elige sumarse al bando traidor al pueblo mexicano.
Pero nadie tenemos la tenemos la vida comprada y siempre se acaba y cuando miras para atrás te das cuenta de lo rápido que pasa y te vas sin llevarte nada más que lo correcto que hayas podido hacer y lo mucho o poco que hayas podido disfrutar haciéndolo.
Hace unos minutos acabo de enterarme que una joven vecina se mató con su hijo de once años, que soñaba con ser astronauta, en un accidente de carretera. Aprovecho para enviarle, desde aquí, mi pésame a Alonzo, el padre, y a los abuelos del increíble niño, incluso por tan educado en estos tiempos sin valores.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario