Por Germinal
Para Bastienne, mi hija con amor
Y un recuerdo al noble pueblo cubano
Lo que vimos este lunes pasado en Oaxaca, en donde se llevaron a cabo dos actos que tienen que ver con el carácter y la historia de este México nuestro, es una fotografía fiel de dos visiones de países diametralmente opuestos; una basada en la simulación y el engaño, y la otra basada en sus raíces más profundas y verdaderas.
Por un lado la expresión más pura de un pueblo que reclama para sí, la voz de su alma. Grupos de hombres y mujeres decididos a recuperar el lenguaje más genuino de los hombres nube, un lenguaje, que al ser nacido de lo más profundo de su esencia, tiene la fuerza para increpar al tirano y a su séquito, para decir aquí estamos. ...¡Ésta es nuestra casa, ésta es nuestra tierra, ésta es nuestra agua, aquí nacieron nuestros abuelos, y aquí inventamos el maíz!
Es la expresión de lo mas real, y es lo mas real porque la naturaleza de Zapotecos, Mixes, Mixtecos, Triques hasta completar 16 diferentes etnias que habitan Oaxaca, es sinónimo de dar y colaborar, son los inventores del Tequio, es la verdadera Guelaguetza.
Del otro lado, está la simulación, la cultura de plástico, la de los usos del agandalle como premisa del que se siente sagaz, inteligente, arrojado y exitoso. El del poder heredado en una suerte de valores entendidos, como el resultado de un juego de birlibirloque que solo produce ilusiones y espejismos.
¡Es la realidad aparente que acierta a producir una guelaguetza metrosexual!
Pero este México nuestro, tan dado a las ceremonias y las liturgias, hace que también el poder se alimente de simbolismos, así sean estos, de reuniones forzadas por la abyecta coerción del tirano, o la frívola necedad de las niñas bien, que no ven en el folklore, otra cosa que la pobreza a colores, y armadas de punto de cruz, aciertan a exclamar …¡mira! ¡Que lindos!, ¡Que Increíble! …¡Son curiositos nuestros inditos! ¡Que lindo es México!
Pero las dicotomías de las percepciones, no solo están en Oaxaca, el grupo en el poder, el que manipula, dicta y traza los rumbos del país desde hace mas de 20 años, no solo trocó el ser por el tener, si no que ahora lo que le importa es el parecer. Si De la Madrid, Salinas y Zedillo representaron los últimos saltimbanquis de la simulación priista, Fox, y el Pelele, inauguraron el gobierno del spot, otra forma de realidad aparente, una suerte de Matrix mexicano con la misma carga de violencia.
Son gobiernos de probeta que por su naturaleza, les está impedido interactuar con los que supuestamente gobiernan, y en esa realidad aparente, jamás sabrán del sabor de la gobernanza, que es la única forma en que se puede disfrutar el poder.
Pero en este terreno también hay una realidad real, la del gobierno legítimo, el que busca resolver la situación del ofendido y humillado, la del gobierno que tiene la sensibilidad suficiente, para ofrecer el respeto de una visita en persona, en vivo y estrechando las manos y recibiendo el calor del que siempre ha sufrido de injusticia.
Es el gobierno que no le teme al pueblo ¡…porque es pueblo!, ese pueblo que al igual que el oaxaqueño, está preñado de generosidad y de esperanza, es el pueblo que da lecciones de compasión en terremotos y desgracias, y que supera con gallardía las catástrofes, y que es capaz de exportar valor y trabajo a raíz de un exilio forzado por la insensibilidad, corrupción e irresponsabilidad del gobierno que parece, del gobierno del spot.
Y hay otra dosis más de realidad aparente, la que construye el profesional de la mentira y el chantaje, la que lleva ponzoña por discurso, la del fariseo vocinglero que no se detiene en presentar lo más deleznable de la condición humana de sus propios empleados si ello le produce ganancia, es la que se ha encargado de llenar los vacíos educativos del “jodido”, porque la ineptitud del que parece, estima mas necesario rescatar a los banqueros.
Y en esa realidad aparente, se funden jilgueros y sicofantes, con burócratas y gerentitos, para parodiar algo que se semeje a un gobierno, y en su afán de parecer, uno se viste de soldadito cuya chaqueta le queda grande, otro que cebó al monstruo con permisos de juegos de azar, queriendo componer la figura, se ha convertido en un hombrecito pequeñito, pequeñito. Y mientras las arpías se hacen pedazos, la educación puede esperar, pues que tanto es tantito, si los nacos aguantan todo, además ahí están los noticieros, los reality shows, las “sesudas” mesas de análisis, para esconder y negar lo que es obvio, la absoluta y total incapacidad para ofrecer a la tele-audiencia y radio-escuchas programas de calidad y medianamente honestos.
Pero aquí también está naciendo la contra parte, los medios alternativos, la magia del ingenio combinado con la gana de cambiar a este México nuestro, ha traído a los hados de la Guelaguetza verdadera, y convocado también al espíritu del México del terremoto del 85, y juntos hombres y mujeres de buena voluntad, construimos un ágora cibernética tan real, que somos capaces de juntar esfuerzo, talento y amor por México para transformarlo, y se da el intercambio de ideas, se instaura el entusiasmo y se lanzan consignas, se ventilan problemas, se leen ponencias y se cuestionan acciones, se practica la autocrítica de una forma tan honesta, que lo hacemos sin anestesia, y de esta manera se contribuye a lograr la victoria de la razón, porque la revolución de las conciencias, ya cambió al pueblo y le permite desdeñar las ofertas de un gobierno espurio, que lo único que acierta ofrecer son las cuentas de vidrio, que alguna vez les sirvieron al opresor.
México, D.F. a 26 de Julio de 2007
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